VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

Nicaragua: La guerrilla de Pancasan (1967)


En el curso del año 1966 el FSLN, procede a la preparación de la acción guerrillera de Pancasán y sale un comunicado firmado por dirigentes del Frente Sandinista, entre las cuales estaba la firma de la Compañera Doris Tijerino que se firmaba Conchita Alday.
  
En esta experiencia por primera vez la guerrilla logró desprenderse del carácter invasionista que la había definido, porque en Pancasán las acciones armadas fueron organizadas no en Honduras, sino en las montañas del centro del país. 

Es en Pancasán y Fila Grande donde se centran los trabajos de la preparación guerrillera con el apoyo de campesinos de la región y donde empiezan a destacarse compañeros como Oscar Turcios y Rigoberto Cruz, que ya había estado, este último, en la incursión armada del año 63 y otros compañeros. 

En esta jornada la vanguardia sufrió una derrota militar que después analizara con mucha propiedad Ricardo Morales y cuando nosotros empecemos a analizar más profundamente esta historia vamos a tener en cuenta toda esa bibliografía que recoge esas situaciones. 

Sin embargo esta experiencia tuvo un significado inmenso para la lucha revolucionaria; se reafirma la lucha armada al confirmarse la imposibilidad de lograr el derrocamiento de la dictadura militar por medios pacíficos.

 Cuando digo se reafirma, es que el pueblo nicaragüense adquiere conciencia de que sólo la lucha armada es la única capaz de derrotar a la dictadura somocista. 

Esto significa un total descrédito para los llamados métodos cívicos de lucha, que después fueron famosos a pesar de todo, desde los púlpitos de nuestras Iglesias católicas de parte de algunos jerarcas, que siempre insistieron en la necesidad dé la lucha cívica hasta en los últimos momentos de la dictadura somocista.

 Sin embargo, en la conciencia del pueblo esta posición se desacredita y adquiere fuerza el requerimiento de la lucha armada. 

El 22 de enero la oposición burguesa conduce al pueblo a la masacre y se inicia, el último capítulo de la vigencia de la burguesía, como sector social rector de la lucha antisomocista en nuestro país.

 Ese día junto con los campesinos que murieron se sepulta la posibilidad de que la burguesía, nicaragüense pueda conducir la lucha antisomocista en nuestro país. 

No sólo por lo que ahí ocurrió, sino que después de la masacre de centenares de nicaragüenses, esta oposición burguesa se replegó cómodamente y pactó con el régimen somocista. 

En el año 1971 Fernando Agüero firmó un pacto político con Somoza, que le llamaron el Kupia-Kumi. 

Y el objetivo fundamental de ese famoso pacto Kupia-Kumi, firmado por Somoza y Agüero, no era recuperar la paz en Nicaragua, que desde el punto de vista de las posibilidades de la burguesía, no estaba de ninguna manera en peligro, significó el proyecto de aplastar el movimiento revolucionario nicaragüense. 

Es por eso que pese a la derrota militar que significó Pancasán y Fila Grande, para el Frente Sandinista esta lucha tuvo un inmenso significado ya que logró arrancar definitivamente del pueblo nicaragüense la influencia, convenciéndolo, a pesar de que eran cuatro pelagatos los que en aquel momento encabezaban la lucha, de que la nuestra era la única organización verdaderamente capaz de representar los intereses populares, y la única fuerza capaz de enfrentar en serio a la dictadura somocista, lo cual elevó la autoridad moral y el prestigio político del Frente Sandinista de Liberación Nacional. 

Ya para este período el Frente Sandinista ha logrado la creación del destacamento de vanguardia que sobrevive a pesar de los golpes serios que recibimos. Ustedes recuerdan que por el lado de Pancasán masacraron a un grupo de compañeros entre los cuales estaba Silvio Mayorga y no hubo ningún sobreviviente en esa escuadra guerrillera que dirigía Silvio y donde estaban concentrados una serie de cuadros extraordinariamente valiosos del Frente Sandinista, entre ellos Rigoberto Cruz, el Chelito Moreno y otros, para no mencionarlos a todos. 

Ya teníamos un aparato clandestino en la ciudad, lo cual nos permitía alguna propaganda armada y actos de recuperación económica, que nos ayudaban a soportar la enorme escasez de recursos que teníamos en aquel momento. 

Había días en que los combatientes en la clandestinidad no tenían ni para el pan nuestro de cada día, ni para la tortilla, tampoco había recursos para transporte, para llevar las cosas a las montañas y no había recursos para mantener a los guerrilleros y el extraordinario espíritu de sacrificio que tuvieron algunos compañeros en ese momento al igual que lo habían tenido antes, en el 63, es digno de ser recogido en las páginas de la historia de nuestra organización. 

Ya tenía cierta difusión política la propaganda Sandinista, ya habíamos hecho algunas pequeñas, muy pequeñas escuelas de entrenamiento, que después de la acción del 27 de diciembre adquirieron un nuevo nivel, ya habíamos puesto a prueba los incipientes mecanismos de contactación con las masas a través de lo que nosotros empezamos a llamar, creo que desde aquel entonces, organismos intermedios, los Comités Cívicos Populares y el FER, que desempeñó un papel extraordinariamente importante. 

En 1967, hicimos un esbozo de programa y unos estatutos y apuntes sobre la línea estratégica del Frente Sandinista, que posteriormente sirvieron de base para un mayor desarrollo de este programa y de estos estatutos. 

Ya, incluso, teníamos actividad internacionalista, porque fue en ésta época que muere heroicamente en defensa de los intereses del pueblo palestino el compañero Patricio Argüello, ya estaba incorporado también como expresión internacionalista a nuestras filas el compañero Víctor Tirado López. 

Ya hemos hecho un análisis crítico de la concepción del foco guerrillero, que despertó tanto entusiasmo entre los combatientes por la liberación nacional en América Latina y que Carlos Fonseca y todos nosotros vimos con algo más que suspicacia. Este análisis crítico nos fue de mucha utilidad para encontrar un camino adecuado en la estrategia. 

Fragmento del texto Apuntes iniciales sobre FSLN, Cmdte Tomás Borge Martínez

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