Un 23 de diciembre de 1961, murió la legendaria miliciana holandesa Fanny Schoonheyt, conocida como "la reina de la ametralladora", que aterrorizó a los franquistas desde las trincheras con su gran manejo de las armas.
Fanny llegó a la República como periodista en 1934 y acabó alistándose al Ejército Republicano en el frente de Aragón en julio de 1936, donde tomó experiencia en el arte del combate, llegando a ser famosa por su conocimiento técnico y por su valentía en las batallas, se convirtió incluso en instructora de nuevas tropas cerca de Barcelona, donde los periódicos antifascistas de la ciudad le hicieron entrevistas y le pusieron su famoso apodo tras conocer de primera mano su capacidad militar.
En 1937, por desgracia, tuvo un accidente con un jeep militar durante un viaje como instructora donde quedó herida, por lo que decidió irse durante un tiempo a Paris para convertirse en piloto de aviones de combate y volver a la República para bombardear desde el cielo a los franquistas... sin embargo, cuando consiguió su formación, ya no pudo volver al combate, debido a la caída de la República.
Junto a 800 exiliados republicanos más, se exilió en República Dominicana, donde tuvo problemas con el dictador fascista Rafael Trujillo, por lo que tuvo que exiliarse de nuevo en la isla de Curazao, retomando su trabajo como periodista y fotógrafa hasta 1955, donde vuelve a su Rotterdam natal, muriendo de un infarto con solo 49 años.
