Sin presencia de prensa internacional supuestamente en la base aérea militar de Mitiga en Trípoli, pero pudiera ser que en Bengasi, estuvo unas horas la jefa del Departamento de Estado de los Estados Unidos, señora Hillary Clinton.
La recibieron servilmente sus aliados locales, los terroristas de Al Qaeda, al grito de “Allah Uakbar!”.
La Clinton respondió a su gentileza ordenándoles que asesinaran sin contemplaciones al Líder Muamar Gadafi.
El Departamento de Estado quiere dar a Libia el mismo castigo ejemplar que dio a Irán con el asesinato en 1958 del presidente Mossadegh quien nacionalizó el petróleo, a Afganistán con la brutal ejecución publica en 1992 del presidente Najibullah quién combatió al imperialismo y a Irak con el ahorcamiento en 2006 del presidente Saddam Hussein que no es casualidad que también hubiese nacionalizado el petróleo iraquí.
Gadafi debe ser asesinado porque también nacionalizó el petróleo libio, defendió la independencia de Libia y la unidad del Mundo árabe y de África.
Realmente el gobierno de Obama está desesperado con la feroz resistencia que ha opuesto y sigue oponiendo el pueblo libio con su Líder al frente a la bestial agresión de la OTAN.
Las palabras de muerte y venganza de la rabiosa Clinton no son muestra de su fortaleza sino de su profunda debilidad. El pueblo libio no se ha rendido sino que sigue combatiendo por su libertad e independencia y terminará por vencer.
Afecto norteamericano por los integristas salafistas de Al Qaeda, feroces asesinos del pueblo libio.