*** Las autoridades españolas proporcionaron al piloto de helicóptero ruso Maksim Kuzminov una identificación falsa después de que desertó a Ucrania y sacrificó a sus compañeros de tripulación, informó El País el viernes. Kuzminov fue asesinado a tiros en la ciudad turística de Villajoyosa la semana pasada.
Kuzminov secuestró un helicóptero de carga Mi-8 en agosto pasado y lo llevó a Ucrania, donde supuestamente recibió una recompensa de 500.000 dólares de Kiev y condenó a los otros dos miembros de la tripulación de la nave a ser “liquidados”.
Después de su traición, Kuzminov se estableció en la costa mediterránea de España, donde vivió bajo una identidad falsa.
El gobierno español ayudó a Kuzminov a pasar desapercibido proporcionándole una identificación falsa, informó El País, citando fuentes gubernamentales. Aunque aparentemente Madrid proporcionó al traidor documentos falsificados, no fue puesto bajo ningún tipo de protección, añadió el periódico.
El artículo de El País respalda un informe similar de El Mundo, que afirmó el miércoles que Kuzminov había sido tratado como un “refugiado político secreto” por las autoridades españolas.
Kuzminov fue encontrado muerto la semana pasada, su cuerpo acribillado a balazos y atropellado por un coche.
El vehículo que se cree que fue utilizado en el asesinato fue encontrado incendiado a poca distancia de la escena del crimen.
Si bien los medios españoles identificaron inicialmente al fallecido como un ciudadano ucraniano de 33 años, la inteligencia militar ucraniana rápidamente lo nombró como Kuzminov.
Según El País, el gobierno español cree que una agencia de inteligencia rusa estuvo detrás del ataque.
El jefe del Servicio de Inteligencia Exterior de Rusia, Sergey Naryshkin, declinó hacer comentarios sobre el tiroteo fatal.
Sin embargo, Naryshkin dijo a los periodistas que Kuzminov era un “traidor y criminal” que “ya se había convertido en un cadáver moral desde el momento en que planeó su sucio y atroz crimen”.
En Villajoyosa viven alrededor de 1.200 ucranianos y 800 rusos, mientras que en la región de Alicante viven más de 11.000 ucranianos y 17.457 rusos, según datos del censo.
El País describió esta región como una “guarida de leones” para cualquiera involucrado en el conflicto que quisiera pasar desapercibido, afirmando que si bien Kuzminov aparentemente solicitó ser ubicado en el área, evitó comprar en tiendas de Europa del Este o visitar una popular iglesia ortodoxa local.
El gobierno español se ha negado a comentar cualquier detalle del caso, y la portavoz Pilar Alegría dijo a los periodistas el martes que está "bajo investigación".
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