Nicaragua: La CIA entrenando a los traidores y cobardes a la Patria.

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19 de agosto de 1991 y el último intento del KGB por salvar a la URSS?


"Todo individuo que ha tenido algún tipo de relación con Rusia no puede evitar la sensación de lo trágico de esta". Vyacheslav Keborkov (De su libro “Canal Secreto” Editorial GEIA, Moscú 1997 en ruso.)


En los últimos 30 años, sobre todo en los centros de investigación internacional, se ha venido desarrollando una profunda investigación de corte histórico sobre la Guerra Fría y cada una de sus etapas. El proceso conocido como “Perestroika” (1985-1991) y el “Derrumbe del Bloque Socialista” (1991-1992), constituyen la etapa final de esta guerra.

Considero, que no sólo por razones académicas, la Caída del Bloque Socialista será un tema a debatirse por muchas décadas más. Éste, al igual que la Revolución Bolchevique, las Guerras Mundiales del siglo pasado, el surgimiento del Arma Nuclear, el período de descolonización, la Crisis del Caribe de 1962, la Guerra Fría y sus conflictos locales, el Ataque Terrorista del 11 de septiembre de 2001, el Covid-19 y otros temas políticos relevantes sin duda seguirán ocupando un espacio en el estudio de historia de las Relaciones Internacionales, donde cada aporte como fuente de análisis o historia tendrá cabida.

El derrumbe del socialismo es un punto de partida del nuevo orden internacional en que vivimos actualmente y no hay alguna persona en el mundo que de una u otra manera no haya sido afectada o beneficiada por este cambio de corte global. ¿Fue esto justo?, ¿Un error de cálculo y control?, ¿Qué tanto tiene que ver la mentalidad de una nación o la influencia de los individuos, los líderes, etc.?, ¿Qué tanto tienen razón los argumentos, que ese debía ser el fin del Imperio Soviético (…) el imperio del mal que anunció Reagan?

¿Viven mejor ahora los rusos y en general todos los pueblos que integraban la Unión Soviética?, ¿Valió la pena?, ¿A quién y por qué?, ¿Quiénes perdieron y qué perdieron?, ¿Quienes ganaron y que ganaron? ¿Cómo pudo suceder que un imperio como el soviético sucumbiera tan estrepitosamente?, con tantos recursos naturales, con tantos recursos técnicos científicos y un enorme sistema de seguridad política y militar ¿Cómo pudieron sucumbir las aspiraciones de tantos pueblos en la Perestroika de Mijaíl Gorbachov1 y la Glasnost de Alexander Yakovlev?

Con gran sorpresa encontré grandes cantidades de bibliografía procedente de altos funcionarios del poco, pero mucho más temido conocido KGB. Obras muy técnicas y profesionales como “Bajo la lupa de la Contrainteligencia” intrigas secretas de la Perestroika de V. Shironin, “Caso Personal” B.A. Kruichkov (en dos tomos), “La Mano de Moscú” de L. B. Shebarshin “El KGB y el Poder” de F.D.Bobkov y muchos otros más.

En sus trabajos estos antiguos oficiales del KGB, exponen sus puntos de vista sobre la caída del Estado que estaban supuestos a defender. Indudablemente sus perspectivas no solo colocan en otro ángulo el plano de la investigación académica, sino que por la inexistencia total de dichas obras en nuestro mercado vienen a completar otras perspectivas para muchos desconocidos.

Además, me proporcionaron otra óptica para incluirla entre las causas del final de la URSS y el nacimiento de la Comunidad de Estados Independientes (CEI) incluyendo entre ésta a la actual Federación Rusa.

 Un proceso que afectó en el plano nacional a la Revolución Sandinista y su voluntad de existir hasta hoy día, modificándola por un periodo de 17 años a “gobernar desde abajo”. Comparto poco de estas para generalizar lo ocurrido el 19 de agosto de 1991.

Sobre Gorbachev 

Leonid Bladimirovich Shebarshin, Jefe de la Inteligencia Soviética (1988-1991) pregunta y responde en su obra “De la Vida del jefe de la Inteligencia”, Moscú 1992, sobre ¿Qué tipo de persona llegó a colocarse a la cabeza de un gran Estado? Cada día que pasa, capa tras capa, se descubre lo secreto, lo no común. Sólo un hombre de tipo optimista que ama la vida, puede convertirse en aventurista. Él debe de creer en el sentido común general y la inclinación inmune de la sociedad hacia el progreso, o creerse el único inteligente entre los tontos.

En el primero de los casos la fuente de acciones aventuristas proviene del deseo de ser un benefactor de la humanidad. En el segundo caso solo se desea someter a la gente. El aventurismo se diferencia de la política porque los objetivos trazados no se miden con los medios que se tienen, no se calculan de antemano todas las posibles consecuencias de las decisiones tomadas.

Como resultado cada nuevo paso consecutivo toma un carácter repentino y conducen a nuevas consecuencias impredecibles. Tras esto lo que sigue es la bancarrota, de la cual se servirán los más visionarios o los mismos políticos aventuristas. Estos últimos se irán en la curva más baja de la espiral.

Amargamente me rio de mí mismo y hago la guatusa dentro de la bolsa del pantalón. Esta es el arma clásica del intelectual ruso. Pero no dejo de advertirle al retrato de Mijaíl Gorbachov que lo quitaré de ahí a la primera oportunidad.

Hay una pregunta clave ¿Cuál fue realmente el papel de Mijaíl Sergeevich (Gorbachov) en los sucesos de agosto de 1991? ¿Acaso el presidente sabía sobre los planes de los conspiradores? ¿Se pueden creer los rumores de que él lo aprobó en su manera inexpresiva de siempre y esperaba solo los resultados? Según dicen los de lengua floja, que en caso de éxito él se repondría de su enfermedad imaginaria y siempre seria presidente. En caso de fracaso los conspiradores serían culpables y se enviarían a la cárcel, y siempre él quedaría como presidente.

El Golpe de Estado del Jefe del KGB, Vladimir Kriuchkov

 Vladimir A. Kriuchkov destaca en su obra “Caso Personal” (Tomo 1-p-134) parte de una carta, que recibió de un oficial de la inteligencia ilegal soviética en el exterior en 1990 y quien expresa lo siguiente: “Como me duele escuchar a nuestros enemigos, y ver como se acarician las manos y dicen que ni todos los servicios secretos del mundo juntos pueden causar tanto daño a la URSS como los mismos rusos lo están haciendo”.

A inicios de 1999, la crisis había llegado hasta el extremo a todas las esferas de la sociedad y del Estado. De manera aguda se presentaban las relaciones interétnicas. Crecieron los enfrentamientos en los países del Privaltico. Las fuerzas separatistas actuaban de manera abierta, ignoraban las leyes de la URSS, las provocaciones aumentaban adudeciendo la situación. El llamado “Movimiento Democrático” era una fuerza estructura.

Este término impreciso estaba llamado a asegurar un techo amplio para las corrientes más diversas. En forma de oposición apelaba no solo a los errores del pasado, manipulando la situación de las cosas y sin mucho trabajo demostraban que la Perestroika no traía nada bueno, ya que esta solo intentaba retocar el maquillaje. Este tipo de propaganda tuvo su fruto por culpa de los principales personeros del proceso constructor; Gorbachev y Yakovlev.

Realmente no hubo un programa de cambio, perfeccionamiento y desarrollo minuciosamente planificado. Sus acciones tuvieron un carácter impulsivo, llevaban la destrucción consigo. 

Tanto los llamados demócratas como los inspiradores de la Perestroika se unificaron en cuanto a la esencia de sus aspiraciones y acciones. Ambos mantenían una posición de destrucción el sistema político, el mecanismo económico, la ideología y la estructura del sistema estatal.

Si los demócratas atacaban al PCUS directamente y no escondían sus objetivos —la destrucción del partido—; Gorbachev y Yakovlev lo socavaban desde adentro, preparando los planes de la desintegración partidaria generándose de esta división por lo menos dos partidos. El “comunista-domestico” a los que ellos no pertenecerían y el “social demócrata” para ellos.

En el Cuartel Central de la Seguridad del Estado y en sus estructuras locales, se recibía información de carácter operativo la cual no generaba ninguna duda. Yo procuraba informarle a Gorbachev sobre la actividad hostil de Yakovlev, pero todos mis intentos terminaban por su parte en frases indecisas, vacías o con la simple promesa de revisar lo informado

Era clara la falta de sinceridad de Gorbachev. 

El líder del partido actuaba contra el partido. El presidente de la URSS actuaba contra la URSS. En pocos meses, el cuadro geopolítico del mundo había cambiado de manera cardinal.

 La destrucción de los frutos de las últimas décadas de desarrollo (sobre todo en el continente europeo) resultado de los esfuerzos de varios siglos, que crearon las bases para las grandes transformaciones del Siglo XX.

A finales de Julio de 1991 estaba ya finalizado el proyecto de un nuevo “Tratado de la Unión”, que de facto venía a abolir el acuerdo de la Unión existente de Repúblicas Socialistas Soviéticas desde 1922. Este proyecto se elaboró y discutió a puertas cerradas, sin el consentimiento de la sociedad.

El 20 de agosto este nuevo tratado se debía de firmar, pero el 15 de ese mismo mes el periódico Novedades de Moscú lo publicó de manera íntegra, diciendo que el 20 de agosto sería el último día de la URSS. 

El 19 de agosto, Vladimir Kriuchkov encabezó el golpe de estado contra Gorbachev, mejor conocido como “El Comité Estatal para la Situación Extraordinaria” (GKCHP por sus siglas en ruso). 

Tres días después Gorbachev regresaba triunfante al Kremlin y Kriuchkov fue arrestado.

Cuatro meses después, el 31 el diciembre de ese mismo año, la URSS dejó de existir y más chocantes resultan las palabras de Gorbachev en su discurso en la Universidad Americana en Turquía en 1999. “El sueño de toda mi vida fue la destrucción del comunismo…para lograr realizar esta tarea utilice mi cargo dentro del partido y el país. Cuando personalmente conocí al mundo occidental, comprendí que no podía retroceder ante mi cometido. Y para lograrlo yo debía cambiar toda la dirección del partido y el país, así como toda la dirección de los países socialistas. Mi ideal en ese tiempo era el camino de los países socialdemócratas. La economía planificada no permitía que todo el potencial que poseían todos los pueblos del campo socialista se realizara. Logre encontrar compañeros de lucha para cumplir mis objetivos, entre ellos un lugar muy especial ocupan A. Yakovlev, E. Shevernadze, sus servicios prestados en el cumplimiento son invalorables”.

Por estos aventuristas de pacotilla, el mundo cambió y para siempre. La correlación de fuerzas y el orden internacional fue modificado hasta hoy día. 

Sin embargo, un sin números de procesos geopolíticos se han venido manifestando de tal manera, que el resurgimiento de Rusia, como potencia heredera de la URSS y su papel en la construcción de un orden internacional multi - céntrico es de nuevo una realidad inobjetable.

Kriuchkov como jefe del KGB, trató de impedir el derrumbe colosal, que ahora conocemos como “La mayor tragedia geopolítica del siglo XX”. Expresada por Vladimir Putin. A esa misma estructura pertenecía Putin, ahora ya muy conocido por intentar hasta hoy día de recuperar la gloria de un país con una historia milenaria.

Putin proviene de una de las estructuras más secretas del servicio de inteligencia, mejor conocida como la inteligencia ilegal. Se puede decir que es el secreto dentro del secreto. Putin es pues, el hombre del KGB, que, al igual, que Yuri Andropov y Vladimir Kriuchkov tenían y tiene un solo objetivo en su vida como es la defensa del Estado Ruso.

De ahí que es a Vladimir Putin a quien le pertenece la lógica, que “Caída de la URSS fue la catástrofe geopolítica más grande del siglo XX”. Pero sobre este dilema geopolítico desde la perspectiva de Euro-Asia como alta zona de influencia geopolítica global (según Halford McKinder) y la propuesta actual de la Federación Rusa de la construcción de “La Gran Euro-Asia” aun esta en construcción. Lo que, si es cierto, que, en la figura de Putin, el antiguo KGB ahora FSB, la defensa y sobrevivencia de Rusia goza de mayor comprensión, que en la escaza y torpe mente de Gorbachev y sus secuaces.

Nota: Partes integrantes del libro “La Caída de la URSS, la Mayor Tragedia geopolítica del Siglo XX” (I parte) escrito por Manuel S. Espinoza.


Por: Manuel Espinoza J.

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