Pablo Gonzalez

Tomas Borge Martínez: Poeta y revolucionario

Amado y odiado; temido y admirado. Su personalidad engendraba esa dicotomía y esa paradoja.

Sí, efectivamente fue uno de los fundadores del Frente Sandinista de Liberación Nacional, pero disfrutaba que se contara la historia de que era el único de los fundadores vivos, para molestar a los otros.

 Se reía a solas.
 De sus travesuras o de las travesuras de los otros. 
Vivía una vida particular. 
Sabía que se la había jugado varias veces y vivir para él, era como un disfrute. 
Demandaba respeto y no veía bien al que no se lo diera.

Se sentía con el ánimo de poder decir las cosas que pensara y basaba parte de sus afirmaciones en todas y cada una de las experiencias vividas.

Defendía cada una de sus acciones, pero también las valoraba, las equilibraba.

 Quería la unidad del sandinismo pero reprochaba el pensamiento en contra del Frente y a veces hasta defendía situaciones aparentemente indefendibles.

Aquilataba a cada uno de los miembros de la Dirección Nacional. 

Se sentía con ese derecho. 

Veía a los seres humanos con sus bondades y con sus defectos.

 Amaba a “Modesto” pero le reprochaba su terquedad; a Bayardo y a Lenín los veía como sus hijos grandes; le dolió profundamente la muerte de Carlos Núñez; le concedía méritos a los trabajos de Jaime Wheelock y Luis Carrión; a Víctor Tirado López lo respetaba, pero conversaba sólo lo esencial para evitar ponerse de acuerdo; con Daniel negociaba de todo y por todo; y a Humberto lo leía y lo cuestionaba, quería haber escrito la obra con él.

De la obra de Sergio Ramírez “Adiós muchachos” consideró que en lo referente a la historia del FSLN estaba ajustado, pero no le gustaba que se hubiera ido a fundar otro partido.

 Hablaba, refunfuñaba y siempre fruncía el ceño para indicar que algo o alguien no le era empático. 

A René Núñez lo quería como un hermano y a Doris Tijerino, la respetaba, la admiraba, la quería. 

Tenía un especial cuidado en seguir el desempeño político de cada uno de los miembros, mujeres y varones que formaban el Frente, pero de manera particular con los y las comandantes guerrilleros y con los y las periodistas.

Tenía ese don especial de evaluar productos de comunicación: radio, prensa, televisión, cine.

Derrochaba amor a cada uno de sus hijos e hijas y amaba a su manera a cada una de sus esposas.

 A Julia, a Josefina, a Marcela, a todas, pero sus ojos estaban puestos en el desarrollo de los gemelos.
 En German veía a un futuro escritor.

 Era como un planificador familiar, como un creador de la prospectiva de la nación y de su familia.

Gran lector, conocedor de la historia de Nicaragua y de todas las mañas de la política criolla nicaragüense y de los principales avatares de la historia política latinoamericana. 

Amaba a Fidel Castro como a un hermano, un líder y un ejemplo a seguir. 

Lo admiraba. Le reprochaba que no hubiera tenido olfato para detectar a los traidores.
 
El haber nacido un 13 de agosto, fecha en que también Fidel cumplía años lo llenaba de satisfacción y de orgullo. 

Fidel dio muestras del afecto mutuo cuando juntos realizaron la obra “Un grano de maíz” en la que Fidel narra historias y anécdotas solamente a Tomás y confirma informaciones que ambos habían planificado con anterioridad.

Amigo de la palabra hablada y escrita, pero más de la palabra hablada. 
De la oratoria, de la retórica. 
De las voces, del eco de la palabra y de las metáforas para llamar a las cosas con adjetivos porque consideraba que la población lo entendía mejor. 
Tenía el don de comunicarse con la gente y por ello fue envidiado. 
Él lo sabía, pero reflexionaba y no quería dar batalla más allá que la esencial. Cuando se le preguntaba su profesión se autodefinía como poeta y revolucionario. 
De esa manera escribió con su puño y letra en la hoja oficial del Parlamento Centroamericano cuando fueron requeridos sus datos biográficos.
 De sus poemas, algunos se han publicado, otros, no. 
Su obra sigue dispersa.

Sus correrías por América del Sur para escapar de la persecución somocista lo hicieron formar parte de lo mítico y del imaginario de la guerrilla nicaragüense y de la latinoamericana. 

La cárcel le dio la fortaleza para proclamarse vencedor de la tortura y de las mazmorras somocistas.

En el seno del sandinismo, se le conocía como “el viejo”, y sus órdenes eran cumplidas a cabalidad. Siempre había que estar delante de él para evitar discusiones.

 A veces se tornaba cariñoso como si le faltara el afecto, pero con los que consideraba enemigos era implacable.

En el Frente se desempeñó como miembro, militante, miembro de la Dirección de la Fracción de la Guerra Popular Prolongada (GPP), Miembro de la Dirección Nacional Conjunta, Miembro de la Dirección Nacional, Vice-secretario General; Secretario de Relaciones Internacionales, Diputado por el FSLN, Diputado por el Estado de Nicaragua ante el Parlamento Centroamericano, y en sus funciones en el Gobierno se desempeñó como Ministro del Interior.

 Siempre fue el Presidentes de los diferentes Congresos del FSLN, siendo el último, el pasado febrero de 2012. En la actualidad era diputado ante la Asamblea Nacional y embajador en cuatro Estados de América Latina: Perú, Ecuador, Bolivia y Paraguay.

Entre sus trabajos más delicados estuvo la formación de la Dirección General de Seguridad del Estado (DGSE) y la fundación de la Policía Nacional, a quien llamó “los ojos y oídos de la Revolución”. 

Este es uno de los más grandes aportes a la seguridad de la nación nicaragüense.

En los años 80, El Ministerio del Interior publicó varios discursos y el Departamento de Propaganda y Educación Política, algunos de sus discursos en la obra “Habla la Dirección de la Vanguardia” en sus dos ediciones, la nicaragüense y la edición búlgara.

Entre sus obras, se destacan: La paciente impaciencia; La ceremonia esperada; Un grano de maíz (entrevista a Fidel Castro Ruz). 

Numerosos escritos en los diarios de Nicaragua y en entrevistas concedidas a numerosos diarios del mundo y publicadas en diferentes idiomas.

Al 10 de abril de 2012, Tomás Borge contaba con 301,000 entradas sobre su nombre y 95,000 fotografías e imágenes.

Sigue siendo un personaje y una personalidad que es demandada y encontrada a través de los buscadores de web, por numerosos investigadores, poetas, políticos y profesionales de todas y cada una de las profesiones.

Cualquier investigación sobre la historia de las ideas o la historia política de Nicaragua que se precie de ser fundamentada debe estudiar sus pensamientos. 

Ahora, después de su muerte son más de 13 millones de entradas sobre su nombre y fotos de todos y cada uno de sus pasos en la vida.

Hoy, 2 de mayo, los principales diarios del mundo reportan su muerte y todos los amigos y amigas dan a conocer sus bondades, sus acciones y sus detractores, sus desaciertos como ser humano que era, pero, ¿cómo puede un hombre cuidar de la seguridad interna de un Estado sin ganarse enemigos y ser temido? ¿Cómo?

Todos y todas, cada uno de los sandinistas y también los nicaragüenses saben que le tocó un trabajo difícil, incomprendido en muchas ocasiones, pero trabajo que él supo cumplir a cabalidad: 

La Dirección General de Seguridad del Estado, la Policía Nacional y todos los órganos del poder nacional para cuidar la seguridad interior son testigos y fieles baluartes de ese trabajo.

Sirva esta síntesis de la vida y obra de Tomás Borge Martínez como pésame ante sus familiares, hijos e hijas y ante el Frente Sandinista de Liberación Nacional, partido del cual fue uno de sus fundadores.

Lilly Soto Vásquez

Guatemala de la Asunción, 2 de mayo de 2012

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