Comandante Guerrillero y de Brigada, Marco Antonio Somarriba “Salvador”, clandestino del barrio Riguero, jefe militar en el barrio Santa Rosa y durante el histórico repliegue hacia Masaya.
Nace el 28 de abril de 1953 en León, del seno de un hogar proletario conformado por José Marcos Somarriba, carpintero, y Gudelia García, costurera.
Los años de infancia y su primaria transcurren en su ciudad natal, en una escuelita pública y la adolescencia en las aulas del Instituto Nacional de Occidente (INO) de Marco Antonio transcurre en León, en donde desempeña más tarde sus primeras responsabilidades como correo para en noviembre de 1971, convertirse en fundador del Movimiento Estudiantil de Secundaria (MES) junto al comandante Francisco Meza y el comandante de la revolución Carlos Núñez.
En 1972, se integra a las filas de la vanguardia bajo la responsabilidad del Cmdte. Carlos Roberto Huembes y asume la tarea de miembro del Comité Ejecutivo del Frente Estudiantil Revolucionario (FER), la cual desempeñará hasta 1975 cuando al pasar a la clandestinidad todos los miembros del comité les corresponde hacerse cargo a nivel nacional del FER, coordinando los comités ejecutivos de León, Managua y Carazo.
Ese mismo año, 1975, pasa a la clandestinidad y asume en Managua la responsabilidad de los barrios orientales bajo la orientación del Cmdte. de la revolución Luis Carrión, en donde funda la Federación de Movimientos Juveniles de Managua (FMJM).
En 1977 pasa a formar parte del comité central de Juventud Revolucionaria Nicaragüense (JRN) hasta mayo de 1978, en que es detenido en León “por ser militante del FSLN”.
Permaneciendo en las mazmorras somocistas por espacio de 10 días.
Al salir de la cárcel se integra al comité militar de Managua, al cual pertenecía antes de su captura,
Durante la insurrección de septiembre de 1978 forma parte del Estado Mayor de Managua y es así como el trabajo político y organizativo desarrollado por Marco se multiplica en los cientos de jóvenes que en la ciudad y especialmente en los barrios orientales se lanzaron a las calles, a demostrarle a la dictadura la disposición de nuestro pueblo de conquistar su liberación.
Para la insurrección victoriosa, desempeña la responsabilidad de jefe militar de la carretera norte, su acción dirigente y su capacidad militar organizativa estará presente en las barricadas y trincheras; lo mismo en el repliegue hacia Masaya en donde se integra al Estado Mayor y asume la responsabilidad de Batallón Cesar U.
Después del triunfo de la Revolución Popular Sandinista, ocupa la responsabilidad de:
· Jefe nacional de las milicias populares sandinistas
· Jefe de la Dirección política del Ministerio del Interior (MINT)
· Vice Ministro de INNICA ()
· Delegado del Ministro del Interior para la región especial I
No sé puede referir uno a Marco Somarriba, sin hacer mención de una cualidad que resalta por sobre todo sus cualidades política organizativa: Humildad y entrega, es para transmitir por enseñar las experiencias acumuladas en sus quehaceres revolucionarios, por desarrollar cualidades en los compañeros, por el perfeccionamiento de las formas de organización, por la superación de los métodos de trabajo.
EL 13 de agosto de 1982 Fallece en un accidente de aviación, cumpliendo sus responsabilidades como delegado del Ministerio del Interior, preocupado por resolver los problemas de esa parte del territorio nacional como es Zelaya Norte, Marco Antonio muere al estrellarse el avión que lo conducía junto con otros compañeros a su zona de trabajo.
“Marco Antonio muere a los 29 años. A penas comenzaba a transmitir al movimiento revolucionario sus experiencias, su talento y su capacidad de dirigente.
Muere cuando apenas comenzaba a cristalizar sus sueños de revolucionario a su querido pueblo, ya no era de León, ni de Chinandega, ni de Managua, ni de todos los lugares de donde dejo su cansancio y desvelo por la liberación de Nicaragua.
Marco a sus 29 años de edad pertenecía a toda la nación, forjador de las organizaciones juveniles, fundador del MES, de la FMJM y de la JRN; Incansable defensor de los derechos del pueblo trabajador, nos ha dejado una herencia y una responsabilidad: garantizar la continuidad del proceso revolucionario, impulsar las transformaciones políticas, económicas y sociales y profundizar la revolución en beneficio de los humildes y los pobres de Nicaragua”
Palabras del Cmdte. de la Revolución Carlos Núñez Téllez