Pablo Gonzalez

Historia del Sahara Occidental y su pueblo.


Un poco de historia

Hasta la llegada de la colonización española, casi en el siglo xx, los saharauis eran pueblos nómadas, distintos a sus vecinos y más parecidos, pero también distintos, de los núcleos sedentarios de Mauritania.

 El territorio estaría delimitado a norte por el río Dra, al sur por el Cabo Blanco, al oeste por el mar y al este por la hamada (Tinduf, actual punto de los campamentos de refugiados).

A principios de la era cristiana, el Sahara Occidental todavía alimentaba a sus caballos y no a sus camellos.



Las invasiones árabes sufridas a partir del año 500 después de nuestra era tuvieron poca influencia, ya que a los árabes de Arabia no les interesaba demasiado el desierto, porque ya lo tenían y conocían en su lugar de origen.

 En el siglo xi empezó la islamización del Sahara.

Primero los almorávides crearon un imperio en el norte de África y llegaron también a España (formando un imperio que se extiende desde Castilla hasta el Níger) y, después, los almohades. En este siglo los sultanes enviaron a ciertas tribus árabes a esa zona del desierto, pequeños grupos, que marcharon junto a algunos beréberes.

Y de esta simbiosis entre árabes, beréberes y nativos nació una sociedad lejos de la autoridad de los sultanes y que no tuvo contacto con Europa hasta los siglos xiv y xv.

Fue naciendo un idioma propio, el hasania, se consolidó la sociedad saharaui-árabe-berebere con un entramado tribal que no tenía que ver con el marroquí, ya que éste se basaba más en el apoyo o ataque a dinastías reinantes.

El nomadeo era la forma de vida, sin propiedad de la tierra y con economía de trueque. La Yemaá, asamblea de notables que se reunían ocasionalmente, estaba compuesta por jefes de tribu (los shej).

Los verdaderos descubridores de la costa sahariana serían los portugueses, en su propósito de llegar a Guinea.

 Mientras los habitantes de Marruecos, los árabes, conocían mejor el Mediterráneo que aquellas costas, los sultanes marroquíes enviaban alguna expedición esporádica, más al desierto mauritano y al argelino, pero sin adentrarse en el Sahara Occidental. No había relación, por tanto, con Europa.

Y así siguieron los saharauis hasta el siglo xix.

En 1884, en la Conferencia de Berlín, Europa se repartió África.

 Alguna compañía inglesa empezó a hacer incursiones pesqueras en la zona. En España, el gobierno de Cánovas decidió anticiparse y estableció una pequeña factoría llamada Villa Cisneros.

En diciembre de 1884 España comunicó a otros países la "toma bajo su protección" de todos los territorios de la costa occidental de África desde Cabo Bojador hasta el Cabo Blanco. Nadie objetó menos Francia, que apuntó que Mauritania era su zona y solicitó que se fijaran lindes.

 En 1902 Francia organizó el "Gobierno General de África y Territorio Civil de Mauritania" y las tribus saharianas rechazaron la penetración francesa, desmarcándose de los mauritanos.

Por otra parte, se estableció el "Protectorado de España sobre Marruecos", pero los saharauis siguieron a su aire porque la intervención era, además, solo costera.

En 1956 llegó la independencia de Marruecos de España. Y el ejército marroquí empezó a entrar en el Sahara y a reivindicar territorio. También reivindicaba Mauritania, y lo hizo, además, hasta 1969. En 1958 el Sahara se convirtió por Decreto de Franco en "provincia española".

 La población saharaui empezó a sedentarizarse, se emitieron DNI españoles para los saharauis (documentos, curiosamente, que ahora no se reconocen). El nomadeo entró en crisis y en 1970 el 80% de la población era ya urbana.

 En 1963 se descubrieron los fosfatos y la empresa española Fosfatos de Bucraa inició la explotación de uno de los yacimientos más importantes del mundo. Asimismo, se intuían posibilidades petrolíferas y se consideró el banco sahariano de pesca.

En 1973 surgió el nacionalismo saharaui, con la creación del Frente Polisario. La ONU presionaba para acabar con el colonialismo. Finalmente, en 1974 España aceptó ante la ONU cumplir el protocolo de descolonización y se comprometió a celebrar un referéndum de autodeterminación en seis meses. Marruecos propuso inmediatamente a Mauritania repartirse el territorio.

El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya, empero, sentenció que los saharauis son un pueblo propio. No obstante, el 17 de octubre de 1975 España acordó en decisión secreta la evacuación del Sahara para el 10 noviembre y dejar el territorio en manos marroquíes.

 Así, el 6 de noviembre empezó la invasión denominada la marcha verde ─llamada así porque desde los aviones y en el árido desierto parecía una "mancha verde"─, aquella masa humana de 300.000 marroquíes Corán en mano y franqueada por el ejercito marroquí.

El ejército marroquí entró en los pueblos, saqueó y mató. Se dieron a los colonos marroquíes las casas y las propiedades que acababan de expoliar a los saharauis.

 La mitad de la población saharaui huyo al interior del desierto, que también fue bombardeado con fósforo y napalm hasta que, finalmente, se internaron en el desierto argelino, donde ahora siguen los campamentos de refugiados en torno a Tinduf. El Frente Polisario inició una guerra de guerrilla.

El 14 de noviembre de 1975 se firmaron los Acuerdos Tripartitos de Madrid (ilegales y no publicados en el BOE), por los cuales España cedía la administración a Marruecos y Mauritania, aunque no la soberanía (figura jurídica inexistente).

 En 1979, Mauritania, pobre y desgastada, se retiró de la intervención militar. Entre 1980 y 1987 los marroquíes construyeron un inmenso muro, que hoy alcanza 2000 Km y que impide el acceso al territorio de la mayor parte Sahara Occidental.

 

Marruecos actuó en todo momento por la vía de los hechos, tomando posesión tras posesión, y, en la vía diplomática, usando la hipocresía más insultante para ganar tiempo y consolidar su ocupación sin pausa.

 Así, en 1991, cuando Pérez de Cuellar era secretario general de la ONU, dijo aceptar el plan de paz y el Frente Polisario declaró el alto el fuego. 

El punto número 1 de dicho plan era celebrar un referéndum que decidiera independencia o integración en Marruecos. Se inició el calvario de hacer el censo, calvario por el continuo boicot de Marruecos, que planteó 140.000 recursos, que paralizaron el proceso en la ONU.

En 1997 James Baker fue nombrado por la ONU enviado del secretario general. Venía del Departamento de Estado de Estados Unidos, se le creía hombre fuerte, lo intentó y lo intentó pero se encontró con la marrullería marroquí y con España una vez más mirando hacia otro lado.

 Me permito recordar que, conforme al derecho internacional, España sigue siendo potencia administradora y el Sahara Occidental, territorio autónomo en proceso de descolonización.

 Baker dimitió siete años después, dejando una última propuesta: el Plan Baker, consistente en una primera votación de los saharauis según el censo de 1974 y, si se aprueba, cinco años de autonomía y un referéndum posterior en el que votarían saharauis y marroquíes que ya viven en el Sahara ocupado.

 Los saharauis, dando muestra una vez más de su sentido de la democracia, dignidad, nobleza y paciencia, aceptaron, aunque se incluyera a 65.000 promarroquíes más en el censo (el censo de votantes es de 147.000). Marruecos, temiendo que, así y todo, perdería del referéndum ¡se negó!

Otra vez tiempo muerto para la legalidad y vivo para la impunidad y, entre tanto, una nueva generación ha nacido y crecido en condiciones infrahumanas en la hamada argelina. Los campamentos de refugiados alcanzan las 200.000 personas.

El Sahara Occidental sigue siendo territorio ocupado por el ejército marroquí y se atrae a miles de colonos marroquíes con promesas de propiedades y trabajo. El territorio, de 266.000 kilómetros cuadrados, está dividido por un muro y campos minados.

Las riquezas naturales son saqueadas en beneficio de la compañía estatal marroquí ONAREP, que reparte participaciones, participaciones bien aceptadas en el ámbito internacional.

 Son excepcionales los casos de países como Noruega, que en 2005 retiró sus 42,8 millones de euros invertidos en Kerr-McGee, empresa petrolífera americana que está haciendo prospecciones bajo auspicio marroquí.

Donde estamos…

Las resoluciones de la ONU desde 1960, una detrás de otra, han reconocido los legítimos derechos del pueblo saharaui. Pero el organismo no toma represalia alguna contra Marruecos, que las incumple. El organismo creado para supervisar el plan de paz, MINURSO, no interviene en las sucesivas vulneraciones de derechos en los territorios ocupados. Todo su personal civil es marroquí.

En el mundo ya no quedan más colonias que el Sahara Occidental y Palestina. Timor alcanzó su independencia en 2002 (entre otras cosas, gracias a la determinación de su potencia colonizadora, en este caso Portugal).

¿Y las potencias? Washington enzarzado en Irak y Afganistán. No se pronuncia, pero le incomoda el asunto porque le enfrenta a un aliado de siempre (Rabat).

Y, por otra parte, le empieza a interesar mucho Argelia ─por aspectos económicos y por lo que llama lucha contra el terrorismo islámico─. Además, ya se ha caído aquello de que el Frente Polisario era un títere del bloque soviético; congresistas americanos están viajando a los campamentos y uno de ellos, Pitts, declaró recientemente que "los saharauis piden una solución pacífica, son árabes pero políticamente laicos. No han recurrido al terrorismo y, por ello, deberíamos apoyarles".

Así que Marruecos redobla esfuerzos, invierte millones de dólares en empresas dedicadas a los lobbies del Capitolio. Francia muestra su apoyo incondicional a Marruecos, pues siente a Argelia como enemigo histórico.

Entre tanto, si el gobierno Aznar avaló junto con la ONU la Resolución 1495 del Consejo de Seguridad sobre el Plan Baker, el gobierno Zapatero modificó a peor la posición española, diciendo que hay que olvidar tal plan y "alentar una negociación entre las partes".

 ¿Qué partes?, nos preguntamos a estas alturas. ¿Qué es lo que hay que alentar? ¿Favorecer el statu quo? ¿Ser cómplice del ocupante? Y así estamos en la actualidad. Podemos decir que la posición es de apoyo real a las posiciones marroquíes, de reconocimiento de la integración del Sahara Occidental como región "autónoma" dentro de Marruecos.

Mientras tanto, el Frente Polisario y Marruecos se han reunido en 2008, 2009 y 2010 (en Viena y Nueva York) y miembros de la Delegación Negociadora saharaui han sido recibidos oficialmente, por primera vez, en el Departamento de Estado de Estados Unidos, lo que motivó que acto seguido Marruecos se negara a reunirse con los mismos responsables del Departamento.

 ¿Significa algún cambio de posición de la administración americana tras asumir Obama la presidencia?

Christopher Ross (enviado del secretario general de la ONU para el Sahara Occidental desde 2008) ha declarado que "Marruecos y el Frente Polisario siguen en desacuerdo sobre el futuro del Sahara Occidental, una región rica en recursos naturales".

Tal vez se evidencien con este decir parte de las razones de la ocupación, pues si la comunidad internacional dejara de comprar los productos expoliados por Marruecos en el Sahara Occidental, sí que estaría forzando la solución del problema.


Para concluir: ¿hay lugar para la esperanza?

Han pasado 35 años y un pueblo heroico resiste a pesar del cansancio. Los campamentos son un modelo de organización en lo que son los campamentos de refugiados en el mundo.

Los saharauis son cada vez seres más preparados en lo intelectual y con más apertura al mundo, su causa despierta cada vez más simpatías entre otros pueblos.

La mujer saharaui es protagonista en su sociedad, ha logrado grandes avances, ha sido protagonista de la organización de los campamentos y de la supervivencia de este pueblo.

No solo de la supervivencia física, sino también del desarrollo cultural.

 En 1970 la población era en gran parte analfabeta; hoy en día no solo los niños y las niñas, sino todos los adultos han tenido acceso a la educación. Muchas mujeres, gracias a su aptitud y a la solidaridad de algunos países, han alcanzado estudios superiores y son maestras, médicos y representantes políticas en los organismos oficiales.

Ante el bloqueo del proceso de descolonización que rige la ONU, 74 países han optado por reconocer como país a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y al Frente Polisario como su gobierno.

 Y el Sahara Occidental participa como país en la Organización para la Unión Africana.

En 2005 estallaron disturbios en los territorios ocupados, en el Aiún, con decenas de heridos y detenidos. Delegaciones de diferentes comunidades autónomas y activistas de derechos humanos no recibieron, ni reciben, permiso de Marruecos para bajarse de los aviones en el Aiún ocupado o son directamente golpeados por policías marroquíes de paisano, como en el pasado mes de septiembre.

En diciembre de 2009 la activista proderechos humanos Aminatou Haidar a su vuelta a casa (Sahara Occidental ocupado) desde Estados Unidos, donde se le había entregado un premio, fue expulsada del Aiún a Lanzarote. Ella, con su admirable valor y tenacidad, evidenció la impunidad, la arbitrariedad y el limbo jurídico al que están sometidos los saharauis.

No es que sean "sin papeles", es que puede ser peor, son "apátridas".


En el territorio del Estado español algunos políticos de uno y otro signo apoyan la causa saharaui y son muchos los ciudadanos y las ciudadanas que lo hacen con militancia, visitando los campamentos, trayendo a los niños en verano, organizando caravanas de alimentos, actos y manifestaciones.

 Y todavía, a pesar de la profusión de medios militares, políticos y económicos empleados contra el pueblo saharaui, éste es un pueblo que resiste, desde la diáspora o desde uno y otro lado del muro.

Y lo hace con una dignidad y entereza que conmueve.

 Así que es bueno recordar que también el raquítico Vietnam pudo contra el gigante del imperialismo y que David venció a Goliat.


La irresponsabilidad española en el Sahara Occidental

Tiene una extensión de unos 266.000 Km2. Territorio casi desértico, divido en dos regiones: Saguia al- Hamra y Río de Oro. El calor y la sequía son problemas propios de la zona y provocan una gran escasez de tierras fértiles.

El sirocco (viento seco del Sahara) sopla hacia la costa del Atlántico occidental entre los meses de noviembre a marzo y causa nieblas frecuentes que limitan severamente su visibilidad.

Se calcula que la población ronda el millón de habitantes, pero estos se encuentran muy dispersos.

 Se trata mayoritariamente de tribus nómadas, que se diferencian de los tuaregs y bereberes por su organización social y cultural.

La familia tradicional estaba formada por un hombre, una mujer y sus hijos, que vivían en una jaima. Junto a ellas se encontraban las de otros familiares y vecinos, formando campamentos que oscilaban entre las tres y quince jaimas.

La religión es la musulmana de la corriente sunita muy tolerante, que en la actualidad respeta la libertad de la práctica de la religión y de las creencias. Se habla mayoritariamente el árabe y el castellano pero también el hassania, que es un dialecto árabe cercano al clásico.

El papel de la mujer saharaui ha cambiado actualmente, pues como la mayoría de los hombres deben de servir en el ejército del Frente Polisario, ellas deben de asumir la responsabilidad de dirigir los campos de refugiados en la región del Tindouf (Argelia).

 Tradicionalmente, las mujeres no recibían educación académica en la sociedad saharaui, ni en las escuelas de la colonia española. Sin embargo, actualmente esto se ha modificado y hoy las saharauis se encuentran entre las mujeres más educadas del mundo musulmán.

LA ECONOMÍA SAHARAUI


La ganadería nómada es la base de su economía, con grandes rebaños de camellos, ovejas y cabras y en menor proporción cebúes. 

El comercio, algunas formas de agricultura y la explotación de salinas son actividades complementarias.

El Sahara dispone de una plataforma continental marítima que es una de las zonas pesqueras más importantes del planeta.

 Sus aguas territoriales están consideradas como muy ricas en recursos haliéuticos, teniendo una extensión de 150.000 km2 y una gran diversidad de especies, unas doscientas clases de peces, setenta de moluscos y varios de cefalópodos y crustáceos.

 Su capacidad de producción es de unos dos millones de toneladas de capturas anuales.

En mayo de 2006, el Parlamento europeo votó a favor del acuerdo de colaboración en el sector pesquero con Marruecos, lo que permitía a los barcos europeos pescar en la costa del Sahara de forma ilegal, a pesar de que esto viola el derecho internacional.

 Los sectores de la izquierda y los verdes, junto con países como Suecia, Finlandia e Islandia se opusieron.

El problema de este acuerdo es que no define cual es la frontera austral de Marruecos y sin embargo permite a los marroquíes decidir donde se aplicará el acuerdo, sabiendo que estos la aplicarán en aguas saharauis.

Representa este hecho una aprobación tácita de la ocupación militar marroquí del Sahara Occidental, que continúa a pesar de los dictámenes jurídicos internacionales y a la presión de la ONU.

España y Francia han llevado a la Unión Europea a firmar un acuerdo, que es un auténtico expolio y que formará parte de la página negra en la historia de Europa y una vergüenza para el socialismo español.

Sus yacimientos de fosfatos en Bucraa constituyen la explotación más grande de este mineral en el mundo a cielo abierto y la más rica.

 Estos yacimientos fueron descubiertos en el año 1940 por el geólogo español Manuel Alía Medina. Poseen el 85% de fosfato tricálcico, calculándose que tienen unas reservas cercanas a las diez billones de toneladas.

Entre los minerales que se encuentran en su territorio destaca el hiero, cromo, níquel, cobre, plomo y platino. Cabe mencionar también la existencia de plata y oro, así como también diamantes.

Se descubrió la existencia de petróleo y Marruecos incumplimiento el mandato de la ONU dio concesiones a la multinacional norteamericana Kerr-Mcgee y a multinacionales francesas.

Ante la gran presión que el Frente Polisario y activistas internacionales de todo el mundo, consiguieron que se retiraran estas concesiones otorgadas por Marruecos por su ilegalidad, ya que las resoluciones de la ONU dicen claramente, que el Sahara Occidental es un territorio sin autogobierno. Toda explotación de sus recursos sin el permiso de su pueblo autóctono es ilegal.

LA HISTORIA DE LOS SAHARAUIS

Podemos contemplar en el Sahara las pinturas rupestres de Tassibila. Desde el siglo V, este territorio está poblado por moros, tuaregs y tubus, llegados en movimientos migratorios originados por la sequía milenaria que sufre esa zona desde el Neolítico

En el siglo VII, llega una nueva ola inmigratoria proveniente del Yemen y hacia el siglo IX aparece la primera confederación de pueblos de base saharaui.

España llega a las costas del Sahara por motivos estratégico, para cubrir el flanco este de las islas Canarias. La colonización se inició, en el año 1886, basándose en ocupar Villa Cisneros, la actual Dakhla, con la construcción de una factoría para la transformación del pescado.

 Los caladeros saharauis eran lo único que interesaba a España. Se encontraron con una sociedad tribal muy tradicional, muy independiente pero amable. Establecieron acuerdos con los jefes tribales para construir los fuertes militares y desarrollar las actividades económicas en el país.

En el siglo XX, en la década de los sesenta, los movimientos de liberación nacional estaban en auge en todo el mundo y fundamentalmente en África. Así Marruecos consiguió su independencia en 1956, Argelia en 1962…….

 Como consecuencia de todo esto, empiezan a crearse los primeros grupos armados de carácter independentista en el Sahara, siendo reprimidos tanto por los españoles como los franceses. España quería seguir siendo un país colonial e hizo del Sahara occidental una provincia más de España.

La ONU aceptó que los saharauis eran un pueblo con derecho a la autodeterminación, solicitando a España la puesta en marcha de la descolonización. Sin embargo, España no renuncia al Sahara e inicia una política represiva contra los movimientos independentistas saharauis. Esta política llevó a la creación del Frente Polisario en el año 1973.



Hassan II llega al poder de Marruecos y pone en funcionamiento una política expansionista basada en un hipotético Gran Marruecos que abarca según él, un trozo de Argelia, el Sahara Occidental, Mauritania, Malí y el norte del Senegal. Su primer paso fue hacerse con el Sahara ante la debilidad española y sin tener en cuenta a la población autóctona que vivía en él.

España realizó el censo de población del Sahara siguiendo las recomendaciones de la ONU, que sería el utilizado para el proceso de autodeterminación de los saharauis.

En 1975, con el agravamiento médico de la situación de Franco coloca a España en una situación de debilidad en el Sahara. Hassan II prepara la denominada “marcha verde” sobre el territorio con la participación de miles de marroquíes con la promesa de una vida mejor en este territorio.

Sin embargo, Hassan II no contaba que la población saharaui no estaba con el y que tendría una tenaz resistencia.

El 7 de octubre de 1975, el príncipe Juan Carlos de Borbón, visitaba el Aaiun, comprometiéndose en la 
defensa del proceso de autodeterminación.

 Sin embargo, en noviembre de 1975, se firma en Madrid el reparto del territorio entre Marruecos y Mauritania, todo sin contar con los saharauis ni seguir las recomendaciones de la ONU. Siendo uno de los episodios más tristes y lamentables en la historia de España.

Los acuerdos de Madrid fueron denunciados como ilegales por la ONU. Desde ese momento, fue declarada fuera del derecho internacional la invasión y posterior ocupación militar, reclamando el derecho de autodeterminación del pueblo saharaui.

Los marroquíes penetraron por el norte del territorio y los mauritanos por el sur. Esto provocó la huida de la mayor parte de los saharauis, que se dirigieron hacia la zona del Tindouf argelino.

 Este gobierno les dio permiso de permanencia para vivir en él.

La actuación del ejército marroquí estuvo fuera del derecho internacional, pues intentó la eliminación de la población saharaui y para ello no dudó en utilizar armamento prohibido como el uso de las bombas de napalm, y del fósforo blanco contra las poblaciones indefensas, como fue el caso de Um Draiga.

El Frente Polisario, el 27 de febrero de 1976, proclamó la República Saharaui Democrática en el oasis de Bir Lehlu. Ya hay actualmente más de 80 países del mundo que la han reconocido oficialmente.

El Frente Polisario, para poder hacer frente al ejército marroquí, creó su propio ejército.

 Para ello, ha desarrollado una guerra de guerrillas ante la potencia del ejército marroquí, basándose en el conocimiento del terreno.

El primer objetivo del Frente Polisario fue Mauritania, pues era el país más débil. Su opinión pública estaba en contra de esta aventura militar. Ante la presión saharaui, Mauritania firmó la paz con el Frente Polisario en 1978.

Cuando se produce la retirada mauritana, lo que hacen los marroquíes es ocupar el territorio dejado por estos, con el fin de que no sea ocupado por los saharauis. Esta ocupación marroquí del territorio le ha supuesto un gran esfuerzo económico y militar a Marruecos, pues les ha obligado a tener más de 135.000 militares en el territorio y un creciente gasto militar, difícilmente soportable para su economía.

Con la salida de los mauritanos, los saharauis atacaron a los marroquíes con la táctica guerrillera de asaltar cuarteles, tomar prisioneros y desaparecer con lo que mantenían en total tensión al ejército ocupante.

Ante esta continua actividad militar, Marruecos optó para protegerse con la creación de un muro defensivo de más de 1.800 km protegido por campos de minas y por sistemas electrónicos aportados tanto por Estados Unidos como por Francia.

 Esto hace, que el Sahara se encuentre divido en dos zonas, la zona costera dominada por Marruecos y la zona interior por el Frente Polisario.

En su intento de marroquinización del territorio saharaui, ha llevado a miles de colonos marroquíes a esta zona, lo que ha provocado numerosos roces entre los autóctonos y los colonos venidos de fuera.

El objetivo marroquí es conseguir que cuando se dé el referéndum la población mayoritaria sea la de los colonos y así poder ganar dicho referéndum.


Para preparar dicho referéndum, la ONU constituyó la misión de la MINURSO, que sería la encargada de actualizar el censo elaborado por los españoles en 1974.

Este es el punto donde unos y otros no se ponen de acuerdo, pues los marroquíes quieren que sus colonos participen en dicho referéndum pues es su garantía de ganarlo y los saharauis sólo las personas que vivían en el territorio con el censo español de 1974.

Posteriormente, el secretario general de la ONU, Kofi Annan nombró enviado personal para el Sahara a James Baker. Elaboró un plan a la medida de los intereses marroquíes, que proponía la autonomía pero dentro de Marruecos y olvidándose del derecho de autodeterminación.

Dicha propuesta fue rechazada, no sólo por los saharauis sino también por los argelinos por ser contrarias al derecho internacional.

La actual posición de Marruecos es que la unidad de su reino es inamovible y en consecuencia la permanencia del Sahara en su territorio no tiene vuelta atrás.

Los saharauis se han mantenido unidos y con una dignidad increíble agradeciendo el apoyo internacional de las asociaciones y ONG.

La esperanza es la única arma de que disponen conscientes de que el derecho internacional y la razón están de su lado, en un mundo donde la fuerza y los hechos consumados pesan mucho más.

La actual situación del Sahara es una vergüenza para España, lo miremos por donde lo miremos.

Destacando el descaro y la desvergüenza de los dos partidos mayoritarios Partido Popular como PSOE.

Destacaría la actuación de los socialistas españoles que causan sonrojo con su actuación pues nunca han denunciado la falta de derechos humanos siendo promarroquíes.

 Una vez más vemos que una cosa son las palabras y otras son los hechos de estos socialistas de salón. Esperamos que un día podamos visitar el Sahara como un país libre y se acabe con esta ignomia que avergüenza a millones de españoles.


Trayectoria del Frente Polisario

El Frente Popular de Liberación de Saguia el Hamra y Río de Oro – Frente Polisario- conmemora 40 años de lucha por la independencia del Sahara Occidental.

El pueblo saharaui pelea por su derecho a la autodeterminación frente a la ocupación de Marruecos que se perpetuó tras la descolonización de España.

A escasos kilómetros de la frontera mauritana, deben resistir en campamentos donde son víctimas de ataques sistemáticos del país usurpador.

El Aaiún será la sede de las celebraciones de las cuatro décadas del inicio de la lucha armada.


El Frente Polisario se conformó el 10 de mayo de 1973 como un modo de organizar la resistencia armada frente a las avanzadas marroquíes y por la Liberación de su pueblo en el campo popular, militar, político y diplomático.

 “Conmemoramos el resurgir de la identidad saharaui después de un siglo de colonización, el renacimiento de la personalidad saharaui, el último pueblo africano en tomar las armas para conseguir su autodeterminación e independencia”, manifestó el embajador saharaui en Argelia, Brahim Ghali.

En la década de 1970 surgieron las primeras organizaciones independentistas, germen de lo que luego sería el Frente Polisario. Su fundador fue Lueli Mohamed Saye quien en 1977 cayó en el frente de batalla.

El proceso de independencia se vio truncado por la retirada de España a la muerte del dictador Francisco Franco, quien ilegalmente cedió tres cuartas partes de su protectorado a Marruecos y una cuarta parte a Mauritania. Este último país se retiró en 1979, derrotado por la acción combativa del Frente Polisario.

En la actualidad, las opciones para el Sahara Occidental parecen oscilar entre dos alternativas: el retorno a la resistencia armada y la esperanza de que se concrete el –decenas de veces- pospuesto referendo que le abra la posibilidad de la independencia definitiva. Mientras, desde Marruecos, una y otra vez cerraron las instancias diplomáticas que los saharauis se esforzaron por construir a lo largo de las décadas.

“El pueblo saharaui está más que nunca apegado a sus legítimos derechos a la autodeterminación y a la independencia”, enfatizó Ghali, y agregó que continuarán la lucha contra el ocupante, la represión y los expolios de los recursos naturales.

 El presidente de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), Mohamed Abdelaziz, quien también es secretario general de Polisario, sostuvo que el pueblo saharaui seguirá luchando “pacíficamente” por su independencia pero que si persistía la negativa al diálogo y los ataques desde Marruecos, se retomará la lucha armada contra la ocupación.

El pueblo saharaui logró iniciar un proceso de descolonización que fue interrumpido cuando España, su potencia colonial, entregó el territorio a Marruecos y Mauritania. Frente a ello, la RASD proclamó su independencia en 1976, un territorio que hoy reconocen 82 países.

Sin embargo, el estado marroquí continúa la ocupación y los ataques contra la resistencia.

Un ejemplo de las violaciones a los derechos humanos implica el saqueo de los recursos naturales.

 A mediados de abril de este año se dio a conocer una denuncia contra Marruecos por agotar las reservas de agua de Sahara Occidental. La acusación señaló que las aguas subterráneas del territorio ocupado por el país colonizador podrían agotarse ya que estarían siendo drenadas para el uso de la industria agrícola, según destacó la agencia africana Afrol.

A ello se le suma la explotación por parte de Marruecos de las minas de fosforita, materia prima que se utiliza para la producción de los fosfatos utilizados en la elaboración de fertilizantes.

También entra en la disputa el saqueo en la actividad pesquera, de metales y minerales como hierro y circonio.


En el plano de la persecución política, en el mes de febrero se dieron a conocer las condenas impuestas contra 24 militantes saharauis desde un tribunal militar de Rabat.

 Los militantes recibieron penas que van desde 20 años a cadena perpetua por haber resistido un violento desalojo por parte de Marruecos en el 2010 en el campamento Gdeim Izik donde vivían más de 25 mil personas.

Con motivo del 40 aniversario, desde el Frente Polisario instaron al gobierno español –actual potencia administradora- que “exija al Gobierno del Reino de Marruecos, la liberación de todos los presos políticos, el cese de la violación sistemática de los derechos humanos, la anulación de los juicios contra ciudadanos y ciudadanas saharauis”.

En el tablero internacional

A nivel internacional, el conflicto involucra a grandes potencias. Por un lado, la Organización de Naciones Unidas intervino a lo largo de las décadas a través de diversos enviados que prometieron en numerosas oportunidades la concreción de un referendo en el que el pueblo decida la independencia o no del pueblo Saharaui.

 Pero en el medio entran juego intereses cruzados de España, de Francia, de Estados Unidos y la OTAN quienes apoyan e incentivan toda estrategia que permita su inserción en pos del saqueo de los bienes comunes estratégicos del continente.

En 1963 el Comité Especial de Descolonización de Naciones Unidas catalogó al Sahara Occidental como una de las regiones del mundo a las que se debía aplicar la Declaración sobre concesión de independencia a países y territorios coloniales.

 En 1965 la ONU proclamó el derecho a la autodeterminación del Pueblo Saharaui e instó a España a que efectivizara su descolonización.

En una gran puesta en escena, se llevó a cabo la denominada “Marcha verde” en la que se movilizó a 350 mil hombres marroquíes y 25 mil soldados, para tomar posesión de Sáhara. Finalmente, en 1975 España entregó el territorio de Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania – país que terminó cediendo su ocupación-.

Desde 1991 la ONU tiene una misión en el Sahara Occidental, llamada MINURSO, la cual establecía en sus orígenes un periodo de transición para preparar la celebración de un referéndum en el que el pueblo del Sáhara Occidental elegiría entre la independencia y la integración con Marruecos.

De todos modos, sus representantes oficiales, nunca concretaron los referendo solicitados por la RASD y se entreveraron en los intereses de las potencias mundiales aletargando la posibilidad de una independencia definitiva.



Cheb Khaled - Didi:



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