El 12 de abril de 1961, una hora después del despegue de la cápsula 'Vostok-1' desde el cosmódromo de Baikonur (en el actual Kazajistán), la agencia oficial soviética Tass anunciaba al mundo que Moscú había enviado al primer hombre al espacio.
A esas horas, Gagarin ya experimentaba en el espacio si los humanos podían comer, beber y moverse sin problemas, algo de lo que los científicos soviéticos no estaban seguros.
"Poiejali" ("en marcha") son las únicas palabras que Gagarin pronunció en el despegue, una operación durante la cual su peso se multiplicó por cinco.
Poco antes, en su discurso desde la base, había dicho que aquel viaje representaba todo por lo que había vivido hasta entonces y que estaba orgulloso de encontrarse "con la naturaleza cara a cara".
Catorce minutos después del despegue, cuando el azul del cielo ya se había convertido en el negro del espacio, Gagarin comunicó al control de la misión en tierra que todo era normal y que la falta de gravedad no parecía tener efectos secundarios.
Cuando la nave empezó a sobrevolar Africa, el piloto automático encendió los 'retro-motores', iniciándose así el peligroso regreso a la Tierra.
En dos de las cinco pruebas efectuadas, los motores no habían funcionado correctamente, por lo que cabía esperar cualquier cosa en una reentrada atmosférica a 27.000 kilómetros por hora en la que la cápsula alcanzaría una temperatura de 1.000 grados centígrados.
Mientras atravesaba la atmósfera, Gagarin pudo ver llamas saliendo del 'Vostok', en cuyo interior la temperatura era de apenas 20 grados, mientras su peso se multiplicaba por diez.
El paracaídas funcionó con normalidad, y el hombre "que más cerca había estado de las estrellas" aterrizó sano y salvo en Siberia tras una hora y 48 minutos de viaje.
En secreto
En sus memorias, Gagarin recordaría que al sobrevolar el Atlántico pensó en su madre y en cómo reaccionaría al conocer la noticia. De hecho, como el resto del mundo, la madre de Gagarin desconocía el proyecto 'Vostok', que fue llevado en secreto hasta el mismo día del lanzamiento.
Veinte jóvenes pilotos habían sido seleccionados en junio de 1969 entre 3.000 candidatos, grupo que después se redujo a seis personas, que participaron en un entrenamiento secreto que incluía gimnasia, paracaidismo, natación, el estudio de astronomía, medicina y geofísica, así como la experimentación en una 'centrifugadora' y en una maqueta de la cápsula.
Al parecer, Gagarin, piloto de las fuerzas aéreas de pequeña estatura (1'69) y mucha simpatía, destacó pronto entre sus compañeros, aunque no fue elegido definitivamente hasta el mismo mes del lanzamiento.
Hasta entonces se habían realizado dos exitosas pruebas con maniquíes; uno de sus compañeros, Valentin Bondarenko, había muerto en un accidente en la cámara barométrica.
Y como era de esperar, Gagarin se convirtió en un héroe nacional.
El propio presidente estadounidense, John Kennedy, reconoció su hazaña a pesar de que el viaje del 'Vostok' era la segunda bofetada a la carrera espacial americana, tras el lanzamiento del satélite artificial 'Sputnik' en octubre de 1957.
Gagarin vio como se le dedicaban películas, canciones, monumentos e incluso una plaza en Moscú, y todos los niños rusos querían ser cosmonautas.
Pero la fama tuvo un doble filo, ya que al héroe nacional se le prohibió cualquier actividad peligrosa que pudiera costarle la vida.
Nunca volvió al espacio, y sólo en 1968 consiguió recuperar su licencia de piloto, que le había sido retirada.
Los peores augurios de Moscú se confirmaron, y Gagarin murió el 27 de marzo de aquel mismo año cuando el 'Mig-15' a reacción que pilotaba junto a un instructor se estrellaba al noroeste de la capital, hundiéndose seis metros en la tierra.
En aquel lugar se levanta hoy un monolito rojo en su memoria y los restos del cosmonauta descansan en el muro del Kremlin.
Ahora un nuevo grupo de investigadores, con el ex coronel de la fuerza aérea soviética Igor Kuznetsov a la cabeza, nos presentan la explicación definitiva, según ellos, sobre las causas que llevaron al fatal desenlace.
Tras nueve años de investigación y leer cientos de documentos relacionados con el incidente Igor asegura que un conducto de aire quedó parcialmente abierto en la cabina del MiG-15, con lo cual esta no estaba cerrada herméticamente.
A los 10.000 pies de altura Gagarin se percató de que la cabina no estaba bien sellada así que decidió descender, en picado, hasta una altitud más segura.
Pero la maniobra fue demasiado violenta, descendió extremadamente rápido lo que dio como resultado que ambos ocupantes perdieran el conocimiento y finalmente se estrellaran.
La teoría de Igor y sus compañeros tiene bastante lógica y se sustenta sobre una investigación de nada más y nada menos que nueve años.
Ha pedido incluso que expertos en aviación de todo el mundo estudien sus nuevos hallazgos para confirmarlos.
Se confirme o no finalmente al cien por cien que la teoría de Igor es cierta, es la más fundamentada y trabajada que tenemos hasta la fecha, así que servidor por el momento la da como la buena.
Vía: Telegraph