
Aunque no ha ofrecido pruebas, el secretario de Estado de EEUU lleva meses acusando que en América Latina existe una "amenaza narcoterrorista" que, según él, atenta contra la seguridad nacional estadounidense.
No hay nada nuevo en ello. Desde su época como legislador de la Florida, este republicano de ascendencia cubana es conocido por sus declaraciones incendiarias contra países como Venezuela, Cuba o México. Ahora, como mano derecha de Donald Trump, Rubio erige una diplomacia que no ha sentado bien en buena parte de Latinoamérica.
"A mí no me importa lo que dicen las Naciones Unidas", aseguró recientemente Rubio, luego de que un periodista le recordara que la ONU tiene informes que indican que Venezuela no es un país por el que transitan grandes cantidades de droga hacia EEUU.
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Su postura se da luego de que él mismo presumiera que las fuerzas navales de Washington habían destruido una embarcación cargada de sustancias ilícitas, supuestamente procedente del país sudamericano.
Y es que el jefe de la diplomacia de la Casa Blanca parece no tener un lenguaje muy conciliador.
En medio del insólito despliegue estadounidense de buques de guerra y un submarino de propulsión nuclear en el mar Caribe bajo el pretexto de combatir el narcotráfico, Rubio decidió llamar "prófugo de la justicia de EEUU" al presidente venezolano Nicolás Maduro, por cuya captura Washington ha ofrecido una recompensa de 50 millones de dólares, un hecho que Caracas calificó como "patético" y "cortina de humo".
Sobre este tema, Maduro afirmó que a Rubio "nadie le cree sus mentiras" y agregó que éste "se ha inventado un cuento sobre el narcotráfico en Venezuela" para justificar los movimientos del Pentágono en el Caribe.
En temas relacionados con México, Rubio parece jugar a 'tirar la piedra y esconder la mano'.
Hace semanas, dijo: "Una gran parte del territorio mexicano está controlada por los cárteles y estos elementos criminales.
La corrupción en el sistema judicial es muy poderosa". Sin embargo, apenas ayer, elogió a la presidenta Claudia Sheinbaum: "No hay ningún Gobierno que esté cooperando más con nosotros que el de México".
Sus posturas en asuntos migratorios también han sido recalcitrantes. En febrero, Rubio dijo que los Gobiernos de Cuba, Nicaragua y Venezuela son "enemigos de la humanidad" porque "han creado una crisis migratoria" en América Latina.
Ante ello, el presidente cubano Miguel Díaz-Canel respondió: "La desvergüenza una vez más apoderándose de los políticos cínicos de EEUU. Está probado que el éxodo migratorio en Cuba es proporcional al endurecimiento del bloqueo [de EEUU], que priva a nuestro pueblo de los bienes esenciales".
Hijo de cubanos que emigraron a EEUU durante los últimos años de la dictadura de Fulgencio Batista —tres años antes del triunfo de la Revolución de Fidel Castro—, Marco Rubio es visto en Latinoamérica como un "halcón" de Washington en la región.
De hecho, Maduro dijo lo siguiente hace unas semanas:"Mister president Donald Trump, usted tiene que cuidarse porque Marco Rubio quiere manchar sus manos de sangre, con sangre suramericana, caribeña, con sangre venezolana. Lo quieren llevar a un baño de sangre".
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