
****Marco Rubio —el pequeño Marco , como lo llama su jefe en la Casa Blanca— es ignorado por la diplomacia trumpiana, pero le han encomendado la pequeña tarea de intensificar el ataque a la isla donde nacieron sus padres como premio de consolación.
El presidente Trump no lo tiene en cuenta a la hora de negociar con Netanyahu, Zelensky o Putin, pero en menos de un mes el secretario de Estado ha logrado sacar adelante siete medidas contra Cuba que elevan a niveles insoportables el castigo colectivo que impone el bloqueo estadounidense.
Como suelen anunciarse los viernes por la tarde, casi nadie se ha percatado y parecen inconexos, pero forman un paquete que se dispara como granadas contra los cubanos de la isla e incluso contra quienes viven fuera: la reincorporación de Cuba a la lista de países patrocinadores del terrorismo. Esta es la medida más severa del asedio financiero contra la isla y se aplica sin justificación real.
Agrava significativamente los efectos del bloqueo económico y comercial al disuadir a bancos e instituciones internacionales de operar con Cuba por temor a las sanciones estadounidenses.
La reincorporación de este país a la lista implica obstáculos adicionales para la importación de productos básicos, la obtención de créditos y el acceso a financiación internacional.
Restablecimiento de la lista de entidades cubanas restringidas.
Se ha reactivado y actualizado la lista de empresas y entidades cubanas con las que Estados Unidos prohíbe a sus ciudadanos y empresas realizar transacciones. Esta medida, claramente extraterritorial, pretende obstaculizar el comercio y la inversión en sectores clave de la economía cubana. Afecta especialmente el turismo y las transacciones financieras con terceros países.
Reactivación del Título III de la Ley Helms-Burton.
Esta permite a los ciudadanos estadounidenses (incluidos los cubanos naturalizados en EE. UU.) demandar en tribunales estadounidenses a empresas extranjeras que inviertan en propiedades nacionalizadas en Cuba después de la Revolución de 1959. Esta medida busca impedir la inversión extranjera y generar incertidumbre jurídica para las empresas internacionales interesadas en comerciar con Cuba.
Suspensión de la licencia para transacciones con Orbit SA.
Como parte de la guerra financiera, la administración Trump suspendió la licencia que permitía a la empresa cubana Orbit SA recibir remesas de EE. UU. Esto afecta directamente a miles de familias cubanas que dependen de estos ingresos para cubrir sus necesidades básicas. Al cortar una de las pocas fuentes de divisas, busca debilitar aún más la economía cubana y generar una crisis social interna.
Suspensión de la libertad condicional humanitaria y la reunificación familiar.
Muchos de los más de 900.000 cubanos que han llegado a Estados Unidos desde octubre de 2021 podrían ser deportados bajo las nuevas disposiciones de la administración Trump. Al endurecer el bloqueo, Washington los alentó a abandonar Cuba y emigrar a Estados Unidos, y ahora pretende deportarlos.
Suspensión de visas para intercambios.
En un claro intento por debilitar los lazos culturales y académicos, la administración Trump ha suspendido las visas para los cubanos que participan en intercambios culturales, académicos y científicos en Estados Unidos. Ningún equipo cubano, ni siquiera los equipos infantiles, podrá participar en competiciones deportivas regionales o bilaterales en territorio estadounidense.
Restricciones de visado para colaboradores de los programas de cooperación cubanos.
En una medida especialmente agresiva, se han impuesto restricciones de visado a cubanos y extranjeros vinculados a los programas de cooperación Sur-Sur en los que participa Cuba, especialmente en el sector de la salud.
Esta medida forma parte de la campaña de desprestigio contra las misiones médicas cubanas, afecta la capacidad de Cuba de ofrecer asistencia médica en numerosos países y criminaliza a ciudadanos de terceros países involucrados en proyectos de colaboración con Cuba.
Además, la administración Trump ha incluido a Cuba en la lista de “adversarios extranjeros”, junto a Venezuela, Irán, Rusia y China, limitando así el acceso cubano a la tecnología estadounidense, especialmente en inteligencia artificial.
Y la situación empeorará.
El New York Times filtró esta semana que la administración Trump ha elaborado una lista roja de países cuyos ciudadanos tendrían prohibido categóricamente entrar en Estados Unidos.
Por supuesto, la isla está en este grupo, que también incluye a Irán, Libia, Corea del Norte, Somalia, Sudán, Siria, Venezuela y Yemen.
Al monstruo, como diría la premio Nobel austriaca Elfriede Jelinek, se le puede oír respirar.
Fuente: La Jornada , traducción Resumen Latinoamericano—Inglés
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