Denis Martínez con Denise Natali; Subsecretaria de la Oficina de Operaciones de Conflicto y Estabilización del Departamento del Estado.
Ex nicaragüense y Ex jugador de Grandes Ligas.
Los nicaragüenses que aplaudimos tus hazañas de jugador profesional y que te consideramos un héroe deportivo, siempre vimos en vos tus fallas humanas, pero te las dejamos pasar porque nos encanta el béisbol.
El orgullo que llegamos a sentir por tus éxitos jugando en EEUU, en vez de sacar a flote la humildad que corresponde a un muchacho pobre, hijo de una vivandera del mercado de Granada, más bien hizo que aflorara en vos un ego retorcido que seguramente se te formó al haber sido privilegiado por tus padres pobres, por encima de tus hermanos, al haber hecho sacrificios para mantenerte en una escuela privada (el hoy desaparecido Centro de San José de la Calzada), y te impulsaron para que llegaras al Instituto Nacional de Oriente y hasta iniciar estudios de Ingeniería en Managua, mientras que tus cinco hermanos, todos mayores que vos, tuvieron que ir al centro estatal “Carlos Bravo”, donde apenas pudieron cursar la primaria y buscaron como ser obreros, ebanistas, mecánicos, etc, porque los libros eran muy caros y había poca tolerancia con la pobreza mientras crecían, según lo publicado el 16/12/2008 por Magazine de La Prensa.
Ese ego retorcido. y tu colocación en un sitial deportivo de honor por la acción mediática alrededor de tu desempeño en el juego de béisbol, han hecho de vos un hombre engreído con un alto grado de torpeza en sus relaciones humanas, enamorado de su fama sin tomar en cuenta que la base en que esta se sustenta la conforman los fanáticos del juego.
El orgullo de haberte destacado en las Grandes Ligas de Béisbol, donde gustoso y sintiéndote lisonjeado aceptaste el mote de “The President”, nadie te lo puede quitar, es tuyo y de tu familia, pero si vamos a las realidades, con él ningún nicaragüense puede solventar ninguna necesidad de su vida ni de su familia, y Nicaragua solamente percibe de tu fama el crédito de que se mencione su nombre cada vez que se mencione el tuyo, por haber nacido en su territorio, más un leve aporte tuyo al haber invertido en este país un poco de la fortuna que adquiriste, porque el grueso de la misma está en instituciones financieras de EEUU de donde ahora sos orgullosamente uno de sus ciudadanos con mentalidad capitalista y con el consiguiente desprecio y hasta odio por los pobres.
Considerando todos esos aspectos, no tenés por qué exhibir ahora una actitud como que tu ex Patria Nicaragua es de tu propiedad, restregándole a la nación entera tus hazañas deportivas y pretendiendo que te pague por ellas, lo cual todos los ciudadanos vimos muy claro con tu actitud despectiva de desprecio al homenaje que oficialmente el Gobierno Revolucionario quiso hacerte con toda sinceridad, dedicándote el nuevo estadio de béisbol al bautizarlo con tu nombre (en su versión en inglés “DENNIS”).
Solo en la ceremonia de inauguración, con una actitud odiosamente hipócrita, fingiste agradecimiento por la dedicatoria, y hasta falsamente emocionado ante el público y las cámaras abrazabas al Presidente Daniel Ortega y a la Vicepresidenta Rosario Murillo expresándoles agradecimiento, y contra quienes ahora estás contribuyendo muy activamente en el intento de destruirlos política y físicamente.
Tu actuación ahora supuestamente política, estamos claros que la lograron los enemigos de la Revolución que cultivan el odio hacia sus líderes y su militancia, manipulando tu retorcido ego y tu nueva mentalidad, haciéndote creer que la dedicatoria a vos del nuevo y moderno estadio la hizo el Gobierno Sandinista para obtener réditos políticos utilizando tu prestigio.
Sobre esto tenés que estar perfectamente claro de que el Gobierno Revolucionario no obtiene ninguna ganancia política utilizando nombres de personas en la enorme cantidad de obras que ha logrado realizar, sino que gana apoyo popular por el efecto de esas obras realizadas, pues se traducen en una mejoría para el nivel de vida de toda la ciudadanía y para el Desarrollo Humano del pueblo y el progreso de la nación.
Es políticamente tan insignificante el nombre puesto a algunas obras realizadas, que no esperés que, por revanchismo ante tu posición de enemigo del Sandinismo, de sus líderes, de la Justicia Social y del progreso nacional, se caiga en la miserable actitud de quitarle tu nombre al nuevo estadio.
Tu afanoso empeño en lograr que tu nueva Patria, que es adoptiva, se lance a agredir con mayor intensidad al Gobierno Revolucionario nicaragüense para descarrilarlo, para que después los enemigos internos del FSLN se lancen a una sangrienta cacería de su militancia en un intento por erradicar al Sandinismo de Nicaragua, lo estás llevando a cabo como lucha contra Daniel Ortega y Rosario Murillo esgrimiendo conceptos políticos distorsionados y argumentando acusaciones contra ellos, que son falsas, y para “que vuelva la democracia al país”, cuando en realidad lo que perseguís es que asuma el Poder Político nuevamente un gobierno neoliberal que nos arrebate todo lo bueno que hemos recibido de este Gobierno, que acabe con la Justicia Social expresada en más de 40 programas sociales y en una serie de políticas públicas, y que proceda a la privatización de todo lo construido por la Revolución.
Y es aquí, en este último punto, que se le encuentra lógica a la guerra que le has declarado a tu país natal, y denuncio que lo que perseguís es aprovechar las privatizaciones para adueñarte, bajo fingidas compras al estado, del nuevo y moderno estadio nacional y quién sabe de cuántos centros deportivos más, con cuya explotación harías crecer más tus cuentas bancarias.
Pero los nicaragüenses no dejaríamos de aplicarte, sin ningún miramiento, el refrán “aunque la mona se vista de seda… mona se queda”.
Tomado del muro de Luis Calderón Tijerino