Un informe elaborado por ingenieros de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas (OPAQ) contradice el informe final del organismo de la ONU sobre lo que pasó en la ciudad siria de Duma (Guta Oriental) en abril de 2018 y genera preguntas sobre la existencia de una presión política por parte de EE.UU., Reino Unido y Francia.
¿Qué pasó en Duma?
Tras la recuperación de Duma por las fuerzas gubernamentales sirias de manos de insurgentes que el Gobierno de Bashar al Assad calificó como militantes islamistas, los Cascos Blancos denunciaron más de 40 muertes a causa de un ataque químico con "gas tóxico".
Occidente responsabilizó a Al Assad del "ataque químico" y en la madrugada del 14 de abril EE.UU., Reino Unido y Francia realizaron un ataque múltiple con misiles de crucero contra el territorio de Siria que no fue aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU.
En su informe final sobre el ataque del 7 de abril en Duma, publicado en marzo de este año, la OPAQ descartó el uso de sarín, pero sí estableció que hubo un ataque con una sustancia tóxica y que el químico utilizado "contenía cloro reactivo" y "probablemente era cloro molecular".
El organismo afirmó que el cloro reactivo "posiblemente" estaba en dos cilindros industriales y sugirió que los mismos fueron lanzados desde el aire, ya que en el techo de los edificios en los que los hallaron había aperturas consistentes con la forma de los recipientes.
El informe citó a los "expertos" externos sin especificar sus nombres, ni entidades con las que estaban vinculados, y no incluyó datos de otro informe, que fue fruto de investigación de los ingenieros de la propia OPAQ y que genera más preguntas sobre las conclusiones oficiales.
¿De verdad lanzaron los cilindros desde el aire?
El documento se filtró la semana pasada al Grupo de Trabajo sobre Siria, Propaganda y Medios, un grupo de investigadores y académicos que afirma ser independiente. "Tenemos confirmación de múltiples fuentes de que es auténtico", comentó a RT el académico británico Piers Robinson, que forma parte de este Grupo de Trabajo.
Según este informe, "existe una mayor probabilidad" de que ambos cilindros de gas utilizados en el ataque "fueron colocados manualmente en aquellas dos ubicaciones en lugar de ser arrojados desde las aeronaves".
Esto implica que, si bien a diferencia del Gobierno sirio los milicianos no tenían su propia aviación para poder lanzar los cilindros por el aire, no se puede descartar que los podían colocar de manera manual.
"Las dimensiones, características y el aspecto de los cilindros y del entorno de los incidentes fueron inconsistentes con lo que habría que esperar en el caso de que cualquiera de los cilindros hubiera sido arrojado desde una aeronave", concluyeron los ingenieros.
Robinson señaló que la OPAQ no desmiente la veracidad de este documento, pero en vez de hacer uso del informe interno de sus ingenieros, por alguna razón en la versión final incluyó resultados de análisis de "organizaciones oscuras, sin nombres, anónimas", lo que genera preguntas sobre quién está exactamente detrás de las conclusiones publicadas.
"El informe final de la Misión de Investigación de la OPAQ no fue aprobado. No pusieron el nombre de nadie ahí. Es muy inusual para los informes finales de la OPAQ", indicó a RT.
¿La OPAQ bajo presión política?
Robinson se pregunta "qué tipo de presión política podrían haber ejercido sobre la OPAQ" desde Francia, Reino Unido y EE.UU. para acallar un informe interno y recurrir a los esfuerzos de investigadores externos.
En el caso de que la organización de verdad haya sufrido este tipo de presión, esto sería "un asunto increíblemente grave", agregó el miembro del Grupo de Trabajo, detallando que las atrocidades en Duma aún requieren ser investigadas a fondo.
RT solicitó información de la OPAQ al respecto hace casi una semana, pero todavía no ha recibido respuesta. No obstante, la entidad sí le respondió al columnista de The Mail on Sunday
Peter Hitchens, diciendo que están llevando a cabo "una investigación interna sobre la divulgación no autorizada del documento en cuestión" y sin pronunciarse más sobre su informe final.
Tras la publicación del informe final de la OPAQ, el representante permanente de Rusia ante este organismo, Alexánder Shulguín, comentó a RT que la OPAQ estaba sometida a "cierta presión" durante la investigación y simplemente "no se atrevió" a contradecir la narrativa de Washington.
"Admitir que en abril de 2018 en Duma tuvo lugar una provocación escenificada negaría a EE.UU. y sus aliados la legitimidad que reclamaron para llevar a cabo su ataque de misiles en Siria el 14 de abril del año pasado", concluyó.