5.000 cajas de alimentos por 20 millones de dolares
Al contrario de lo que proclaman los líderes de la oposición antichavista, Venezuela no necesita ninguna ayuda humanitaria. Así lo ha reconocido en varias oportunidades la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
En sus informes más recientes han rechazado las denuncias de supuestos “problemas de malnutrición” en Venezuela.
No obstante, el autoproclamado “presidente interino” de Venezuela,Juan Guaidó, continúa insistiendo en la convocatoria a nuevas movilizaciones con vistas a iniciar el ingreso de la “ayuda humanitaria” al país.
La matriz de la ayuda humanitaria se ha montado sobre las duras consecuencias que provocado la prolongada guerra económica que los mismos solicitantes de la ayuda y sus patrocinadores han impuesto al pueblo venezolano.
Con la imagen televisada de los miles de venezolanos que se han visto obligados a emigrar a vario de los países de la región se ha venido configurando un pretexto – no solo para atacar al gobierno- sino para estimular el apoyo a una intervención humanitaria al estilo de Somalia oKosovo.
Por lo tanto, no es exagerado afirmar que la ayuda humanitaria en Venezuela se inscribe como el punto culminante de la estrategia de guerra económica desplegada contra el pueblo venezolano.
Desde este punto de vista, la solicitud, el acopio y la distribución de la ayuda se ha constituido en toda una operación de carácter psicológico a la que el sistema mediático mundial ha prestado toda la atención informativa que permita legitimar una intervención militar
En este sentido, no es casual que diferentes organizaciones dedicadas a la ayuda se hayan negado a cooperar en la distribución de la ayuda con la misma precaución: temen que el plan pueda convertir a la ayuda humanitaria en una herramienta política.
Los casos más conocidos son los del Comité Internacional de la Cruz Roja y su filial local enColombia y la representación de Cáritas en Venezuela.
Como no es fortuito que sea la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), instrumento de la CIA para la desestabilización, quien coordine los envíos de la ayuda.
La USAID sigue las directrices estratégicas marcadas por el Departamento de Estado de los Estados Unidos para distribuir las “ayudas” al exterior mediante las que La Casa Blanca implementa su política injerencista en todo el mundo.
Pero ni siquiera el monto de la ayuda al “desesperado” pueblo venezolano se equipara con una situación de inmediata gravedad.
Los paquetes de comida deshidratada que son entregados por la USAID valorados por el secretario de Estado estadounidense, Mike Pompeo, en 20 millones de dólares representan unas 5 mil cajas de alimentos si se tiene en cuenta que cada una de ellas cuesta 4 mil dólares.
Nada frente a los millones de cajas entregadas por los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (Clap) del gobierno venezolano.
Y no solo eso, con una sola caja de la USAID se puede adquirir más de 130 mil de las que entregan los Comités Locales.
Y un último aspecto de esta “ayuda humanitaria”, la calidad de los alimentos que se ofrecen, muy diferentes a las comidas entregadas a través de los CLAP que distribuye el Gobierno Bolivariano.
Cada una de estas cajas contiene alimentos deshidratados -elaborados por empresas estadounidense- con altos contenidos de dióxido de azufre y rastros de una sustancia química denominada acrilamida, causante de daños neurológicos entre los trabajadores.
http://canarias-semanal.org/art/24574/la-gran-estafa-de-la-ayuda-humanitaria-a-venezuela