La historia del avión DC-9 con matricula estadounidense que en abril de 2006 fue capturado en México con 5 toneladas y media de cocaína, tras sufrir un accidente que lo obligó a aterrizar en el aeropuerto de Ciudad del Carmen, en el estado de Campeche, ofrece un conjunto de elementos que avalan la hipótesis de que la CIA (inteligencia estadounidense) dirige el mayor cartel de tráfico de drogas en el mundo.
El caso además involucra gravemente a Venezuela, pues en virtud de que el punto de salida de la aeronave hacia México fue el aeropuerto internacional Simón Bolívar, que sirve a la capital, Caracas, los voceros antidrogas de EEUU (incluidos medios) han posicionado la versión de que la droga fue embarcada desde la rampa 4, un área que sirve a las instituciones de gobierno y a la propia Presidencia de la República.
La responsabilidad del envío fue atribuida por esos mismos voceros al narcotraficante Walid Makled, y a partir de ese momento se han conectado como presuntos cómplices necesarios al entonces jefe de Inteligencia Militar, mayor general Hugo Carvajal, el general Henry Rangel Silva, quien era el jefe del CEOFANB, y hasta el propio Tareck El Aissami, que aun no tenía responsabilidades en materias de seguridad e inteligencia.
La historia fue elaborada en marzo de 2016, tras la captura de un avión venezolano con drogas, en República Dominicana, cuyo piloto era parte de un grupo que operó diversas aeronaves estadounidenses pertenecientes a contratistas de la central de inteligencia de ese país.
Este es el relato.
El piloto Carlos Luis Justiniano Núñez, aparentemente capturado el jueves 24 de marzo en República Dominicana con un cargamento de droga, fue reportado como detenido en Guinea-Bissau en 2008 durante una operación antinarcóticos en la que resultó aprehendido el también aviador Carmelo Vásquez Guerra, involucrado en el transporte de más de 5 toneladas de cocaína en un DC-9, con siglas de EEUU, perteneciente a una compañía fachada de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) en abril de 2006.
El incidente en el que está involucrado Justiniano ocurrió el 12 de julio de 2008, cuando un avión tipo Gulfstream 2 con matrícula N351SE aterrizó en el aeropuerto internacional de Guinea Bissau, en la costa occidental de África, reseñó la revista mexicana Proceso, en una nota publicada en septiembre de ese mismo año.
Transportaba media tonelada de cocaína procedente de Venezuela, según se desprende de una ficha informativa de la Policía Nacional de España basada en datos de la DEA, cuya copia dice poseer la revista.
La aeronave fue acordonada por militares de ese país, quienes protagonizaron un violento altercado con un grupo de policías que tenía órdenes de asegurar el avión.
Tres tripulantes venezolanos, Carmelo Vásquez Guerra, Carlos Luis Justiniano Núñez y Daniel Aguedelo Acevedo fueron detenidos, al igual que dos funcionarios de la torre de control del aeropuerto y tres policías, quienes, al parecer, eran cómplices de los narcotraficantes.
Sin embargo, poco tiempo después la droga desapareció. La oficina de la ministra de Justicia de Guinea Bissau, Carmelita Pires, “apoyada por Interpol, la DEA y el FBI, revisó el avión que había aterrizado el 12 de julio. Un perro detector de Interpol indicó que en el jet privado hubo droga, pero ya no la encontraron ahí cinco días después de que el avión aterrizó” Así lo declaró el pasado 2 de agosto a la agencia Associated Press Antonio Mazzitelli, director para África Occidental de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Crimen (UNODC, por sus siglas en inglés).
El 17 de agosto de ese mismo año el juez de procedimientos penales Gabriel Djedju, decretó la libertad de cuatro detenidos por el caso, incluyendo a los tres tripulantes supuestamente venezolanos. El Consejo Superior de la Judicatura de Guinea Bissau suspendió al magistrado e inició una averiguación pero ya el grupo había logrado salir de ese país.
La medida de libertad impidió que Carmelo Vásquez Guerra fuera entregado a México, cuyas autoridades lo requerían por su participación en el transporte de 5,5 toneladas de cocaína en un avión DC-9 que salió del aeropuerto internacional de Maiquetía y tenía como destino Ciudad del Carmen, estado de Campeche, en la nación azteca.
“Cocaína One” sería propiedad de la CIA
El DC9-15 con matrícula de los Estados Unidos N900S, capturado en una confusa operación en el aeropuerto internacional de Campeche, el 10 de abril de 2006, fue bautizado como “Cocaína One”, pues poseía un emblema similar al usado por los aviones oficiales de ese país, tal como el presidencial Air Force One.
“SKY WAY AIRCRAFT, PROTECTION OF AMERICA’S SKIES”, dice la leyenda alrededor de una imagen de un águila federal agarrando la rama de olivo familiar en sus garras . Muchos han sido engañados en la conclusión de que el avión pertenece a la Administración de Seguridad del Transporte de EE.UU, asegura el periodista Daniel Hopsicker, quien se ha dedicado a investigar los nexos de la inteligencia estadounidense con el narcotráfico.
De acuerdo con los datos recabados por Hopsicker la conclusión a la que llega es que el DC9 con las 5,5 toneladas de cocaína no puede sino ser de la CIA.
El avión arribó a Maiquetía el 5 de abril de 2006, según los testimonios ofrecidos por los funcionarios de la compañía de servicios aéreos que lo recibió, registrados por el juzgado tercero del estado Vargas que tuvo a cargo la investigación en Venezuela.
Los gastos fueron pagados por el piloto Carmelo Vásquez Guerra y la facturación fue hecha a nombre de la compañía Royal Sons Inc., domiciliada en Clearwater, estado de Florida, y propietaria de la aeronave según el registro de la FAA (autoridad federal de aviación).
Royal Sons está dirigida Frederic J. Geffon, y fue la persona que contrató al piloto venezolano Alberto Damiani para traer la aeronave desde St. Petersburg a Maiquetía y entregarla a Vásquez Guerra, según su testimonio ante el CICPC.
Entre los datos que destaca Hopsicker para vincular el DC9 con la CIA están los nexos públicos de Brent Kovar con importantes líderes del Partido Republicano, incluyendo el senador Tom Maley y el gobernador del estado de Florida, Jeb Bush.
Kovar encabeza un conglomerado de compañias denominadas Sky Way Comunications Holding, de la cual fue accionista fundamental Geffon. Entre esas compañías figura Sky Way Aircraft, cuyo nombre fue estampado en el DC9 imitando el emblema de los aviones del gobierno de EEUU.
En 2005 Kovar solicitó la bancarrota de Sky Way Comunications Holding y Geffon se adelantó a llegar a un acuerdo como supuesto acreedor que le permitió quedarse con tres aeronaves, incluido el DC9.
Esta acción fue objetada por otro acreedores, quienes obtuvieron una orden para evitar que Geffon pudiera vender o exportar las aeronaves. Pese a ello logró sin problemas toda la documentación para que el 5 de abril de 2006 el avión pudiera volar a Venezuela. Y además que su acción no fuera investigada o sancionada por las autoridades.
Y, aún peor, ni siquiera se ha investigado el hecho de que su avión hubiera sido capturado con droga valorada en más de 100 millones de dólares en el país vecino.
Pero, como si no fuera suficiente, Geffon logró que el registro de la FAA asentara un traspaso del “Cocaine One” a un comprador desconocido de Venezuela, hecho que se realizó el 13 de abril de 2006, es decir tres días después de su incautación en Campeche.
El hecho de que el vuelo de regreso tuviera origen en Venezuela fue utilizado para atacar el gobierno de Hugo Chávez y pretender conectarlo con el narcotráfico.
La historia de la incautación en México fue modificada y se asomó la existencia de un supuesto comprador venezolano o mexicano identificado como Jorge Corrales. En la acomodaticia reconstrucción terminaron involucrando mediáticamente al narcotraficante y empresario Walid Makled.
El elusivo Carmelo Vásquez Guerra
El piloto del DC9, que estuvo al frente de los trámites en Maiquetía asi como de algunas tareas de mantenimiento, fue un hombre conocido en el ambiente aeronáutico y que medios mexicanos identificaron como colombiano con cédula venezolana.
Carmelo Vásquez Guerra andaba con un supuesto hermano y con un hombre mexicano que decía ser el comprador de la aeronave, según los testimonios de los trabajadores del aeropuerto.
En Campeche, según la versión oficial, Carmelo logró escapar del cerco de los soldados que cercaron la aeronave tras su aterrizaje. Atraparon al copiloto que fue identificado como Miguel Vicente Vásquez Guerra.
Carmelo volvió a escapar en agosto de 2008 desde Guinea-Bissau, y una semana más tarde de una captura en Bamako, la capital de Mali.
La suerte se le acabó el 16 de junio de 2011 cuando fue capturado por agentes de CICPC en el estacionamiento del hotel Eurobuilding de Caracas con un cargamento de 70 kilos de droga. Además tenía una orden de captura por el tribunal segundo del estado Vargas por el caso del “Cocaine One”.
Actualmente debería estar pagando condena en alguna cárcel de Venezuela.
http://laiguana.tv/articulos/50400-caso-del-dc9-cocaina-one-avala-tesis-de-que-la-cia-es-el-mayor-traficante-de-drogas