En el caso de Pablo Escobar, la operación encubierta se trató de una ruta de narcotráfico hacia Miami en la que se enviaban 800 kilos de cocaína por semana con el respaldo de la CIA y la DEA, de acuerdo al hijo del fallecido narcotraficante, Juan Pablo Escobar.
"Lo que hacía la CIA era comprar los controles para que entrase la droga a su país y obtener un maravilloso negocio", según el hijo de Escobar que, además, sostiene que la ruta denominada "El Tren" era tan segura que la droga era llevada abiertamente en las maletas de los narcotraficantes.
El dinero obtenido de esta operación de tres años de duración era utilizado por la CIA para financiar "la lucha contra el comunismo en Centroamérica", en una trama que involucraba al por entonces jefe de la agencia, George Bush padre, de acuerdo a esta versión.
Justamente el hijo de Escobar afirma que "su padre fue un engranaje más de un gran negocio del narcotráfico universal.
Cuando ya no les sirvió, lo mandaron a matar".
Es por eso que resalta que "siendo riquísimos los narcotraficantes latinoamericanos, son los más pobres en la cadena de narcotráfico ya que si ganan un millón, es porque cuatro se llevan los norteamericanos involucrados en el negocio.
Así funciona la ecuación y ese dinero nunca viene a Latinoamérica, se queda en el sistema financiero estadounidense".
Esta revelación, por otro lado, coincide con los comprobados hechos en los que la CIA, junto a la DEA, armaron una compleja trama de tráfico de armas a Irán y venta de drogas a barrios pobres de Nueva Orleans para financiar a la contrainsurgencia nicaragüense durante los años ochenta.
Todas estas operaciones fueron dirigidas por Bush padre para sortear la restricción impuesta al gobierno de Reagan para financiar la guerra contra el gobierno sandinista de Nicaragua.
El lugarteniente de Pablo Escobar que era agente de la DEA
En ese tiempo, uno de los lugartenientes de Pablo Escobar en la Oficina de Envigado trabajaba como agente encubierto del Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos, bajo el mando de la DEA y la Policía de Inmigración y Aduanas, de acuerdo a unos documentos oficiales del gobierno estadounidense revelados por el diario argentino Ámbito Financiero.
Hablamos de Henry de Jesús López Londoño, alias "Mi Sangre", quien posterior a la muerte de Escobar también integró el grupo paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia, dedicado a la guerra sucia contra las guerrillas colombianas y obviamente al narcotráfico.
Cuando éstos se desmovilizaron en 2006 con el gobierno de Álvaro Uribe Vélez, pasó a operar como integrante de Los Urabeños con presencia en Colombia y Venezuela.
En todo ese tiempo su trabajo estuvo relacionado a operaciones de narcotráfico y de infiltración, tal como lo hizo en el equipo de campaña del presidente Juan Manuel Santos para conocer su visión sobre la política interna de Colombia.
En ese sentido, a alias "Mi Sangre" se le encomendó infiltrarse en el gobierno de Hugo Chávez para investigar supuestamente "el accionar de un cartel de Rusia en el país" (aunque las revelaciones obtenidas por el periodista Mauro Federico no precisan sus objetivos específicos).
Todo esto se sabe porque este narcotraficante fue extraditado a los Estados Unidos desde Argentina. Justamente al pasar a la orden de la justicia norteamericana fue que pidió desclasificar los documentos que lo involucran al Departamento de Seguridad Nacional para solicitar su liberación.
Sin embargo, lo que demuestra esta revelación, como la de Pablo Escobar, es la compleja convivencia entre las agencias de seguridad nacional de Estados Unidos y el narcotráfico internacional. Un matrimonio que, sin dudas, sirve para financiar operaciones encubiertas y de guerra sucia a escala regional.
Después de todo, tanto la CIA como la DEA son dos grandes carteles de drogas y del terrorismo global.
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