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Con las armas de Israel se están cometiendo atrocidades en África



El ejército sursudanés, armado y entrenado por Israel, está cometiendo sistemáticas violaciones de los derechos humanos, según la ONU. (Foto: Goran Tomasevic / Reuters)

Las armas israelíes están sirviendo para cometer atrocidades en Sudán del Sur, según un informe de la ONU que arroja nueva luz sobre el comercio secreto de armas israelíes en África.

Escrito por un equipo de investigadores organizado por el Consejo de Seguridad de la ONU, el informe cita pruebas fotográficas de rifles automáticos fabricados por Industrias Militares de Israel (IMI) que forman parte del arsenal del ejército y la policía de Sudán del Sur. Conocidas como Galil ACE, las armas han sido utilizadas sobre todo por los guardaespaldas de políticos de alto nivel y de militares de alto rango.

Sudán del Sur accedió a la independencia en 2011, tras una guerra civil que duró varias décadas. Pocos días después de su fundación, personalidades destacadas de la industria de armamentos se apresuraron a promover sus intereses en el nuevo aliado en la lucha contra la influencia de Irán en Sudán.

Desde su separación en 2011, Sudán del Sur se ha sumido en una guerra civil entre grupos políticos combatientes.

El ejército sursudanés, armado por Israel, y las milicias progubernamentales están empleando una “política de tierra quemada”, caracterizada por la violación sistemática de mujeres y niños, matanzas indiscriminadas y el incendio de pueblos enteros con las familias dentro de sus casas, según el citado informe de la ONU.

Sudán del Sur no es el único país africano en el que la industria armamentística israelí se está beneficiando de los derramamientos de sangre.

Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI), Israel no ha proporcionado información detallada de sus ventas de armas, cuya mayor parte se lleva a cabo con intermediarios en la sombra, normalmente militares israelíes retirados o expatriados civiles.

Sin embargo, informaciones ocasionales, declaraciones públicas de miembros del gobierno e investigaciones realizadas por ONGs han corrido la cortina en los últimos años, revelando la implicación del ejército israelí en más rincones de África que los que pueden ser detallados en un artículo.

Gracias a esas fuentes, el SIPRI ha podido documentar la venta de importantes armas israelíes a Camerún, Chad, Guinea Ecuatorial, Lesoto, Nigeria, Ruanda, Seychelles, Sudáfrica y Uganda, entre 2006 y 2010.
Campeón del tráfico de armas

A pesar de su pequeño tamaño, Israel ha figurado durante décadas entre los diez principales exportadores de armas del mundo, una hazaña impresionante para un país que no es geográficamente más grande que Nueva Jersey.

Esto se debe, en parte, al uso que Israel hace de Cisjordania y Gaza como laboratorios para poner a prueba y refinar armas y métodos de dominación y control. Esta dinámica permite a las empresas militares israelíes comercializar sus productos como “probados en el campo de batalla” y “probados en combate”, etiquetas muy atractivas que dan al país una ventaja competitiva en el comercio internacional de armas.

El éxito de Israel, en este terreno, es atribuible a su voluntad de hacer negocios con regímenes represivos, a los que ni EEUU ni los países europeos venden armas directamente.

En el caso de Sudán del Sur, la magnitud de las atrocidades obligó a la Unión Europea (UE) a imponer unembargo de armas y sanciones contra los líderes militares del país.

Así mismo, EEUU ha suspendido la ayuda militar y ha aprobado sanciones, aunque debe tenerse en cuenta que el gobierno Obama ayudó con entusiasmo a la formación del ejército sursudanés, a pesar de saber que había miles de niños soldados en sus filas.

Mientras tanto, Israel invitó a Sudán del Sur a una exposición de armas en junio de este año.
Colaborando con el genocidio

Actuar como intermediario de regímenes criminales para la adquisición de armas no es algo nuevo en Israel.

Siendo primer ministro Isaac Rabin y ministro de relaciones exteriores Simón Peres, Israel suministró en los años 90 municiones, rifles y granadas tanto a las fuerzas gubernamentales ruandesas, controladas por los hutus, como a las fuerzas rebeldes dirigidas por Paul Kagame, en un momento en que el genocidio estaba en marcha en ese país.

Además de armar a los asesinos, Israel entrenó al ejército de Ruanda y a las fuerzas paramilitares en los años previos al baño de sangre.

Después de visitar los campos de exterminio, un traficante de armas israelí se presentó a sí mismo como una persona humanitaria, que ayudaba a que las víctimas murieran rápidamente de un disparo en lugar de a machetazos. “En realidad, soy un médico”, declaró.

Desde entonces, Israel ha forjado lazos estrechos con Kagame, el actual presidente autócrata de Ruanda, que disfruta de gran apoyo en Occidente.
Armas para déspotas

En un momento en que las ventas de armas israelíes a EEUU y Europa declinan debido a las reducciones de los presupuestos de defensa, los países en vías de desarrollo de América Latina y África se han convertido en florecientes mercados para Israel.

Las ventas de armas israelíes a África se han doblado entre 2012 y 2013 y han aumentado otro 40 por ciento en 2014, alcanzando los 318 millones de dólares ese mismo año.

No está claro si en estos totales se incluyen las armas y el entrenamiento militar que Israel proporcionó aUganda, y posiblemente a Ruanda, como parte del trato para que estos países acepten los refugiados africanos expulsados de Israel.

Mientras no tiene reparos en contribuir a atizar el fuego en los países africanos, Israel se niega a conceder asilo a los africanos en su suelo, optando por encarcelarles y deportarles a sus países de origen, de los que se fueron huyendo del horror. Tras ello, algunos han sido encarcelados, torturados e incluso asesinados.

Lo que está claro es que los clientes africanos de Israel son regímenes no democráticos que oprimen brutalmente a sus ciudadanos.

La Brigada de Intervención Rápida de Camerún, que se dedica a llevar a cabo de forma rutinariaejecuciones extrajudiciales y “desapariciones”, está siendo entrenada por un comandante retirado de las fuerzas armadas israelíes, Mayer Heretz. En 2009, esta brigada fue desplegada para aplastar las protestas contra la desigualdad económica, matando a 100 manifestantes.

La unidad de la guardia presidencial de Camerún, conocida por su brutalidad y que es vital para mantener el régimen del dictador Paul Biya, que dura ya 33 años, fue entrenada por otro comandante retirado del ejército israelí, Avi Sivan.

Ayudar a los regímenes represivos de África es una veterana tradición de la política exterior israelí. Israelequipó al régimen sudafricano del apartheid con armas en los años 70 y 80, violando las sanciones internacionales.
Protegiendo el saqueo de las corporaciones

Décadas de expolio y colonización de Palestina han otorgado a Israel una experiencia sin igual en el sometimiento de la resistencia y el mantenimiento del saqueo colonial.

Como ha explicado Jimmy Johnson, activista e investigador sobre el comercio de armas de Israel, “el nacionalismo etnocéntrico del siglo XIX que condujo a la creación de Israel […] a menudo oscurece el hecho de que el expolio de los palestinos ha incluido una transferencia masiva de riqueza del colonizado al colonizador y del ocupado al ocupante”.

Israel no solo está armando África. Está ofreciendo un modelo exitoso para saquear a una creciente subclase de desposeídos y abandonados por los estragos del capitalismo globalizado. La ocupación israelí está siendo “exportada para luchar por la redistribución de la riqueza”, ha dicho Johnson.

Justo al sur de Camerún, las compañías militares israelíes han recaudado millones de dólares vendiendoequipamiento militar a un pequeño país rico en petróleo, Guinea Ecuatorial.

Guinea Ecuatorial es el hogar de una de las sociedades más desiguales del mundo. El despiadado dictador de la antigua colonia española, Teodoro Obiang, se ha enriquecido con los jugosos pagos de las compañías petroleras de EEUU, que a su vez han explotado sin problemas las enormes reservas de petróleo del país.

Para mantenerse en el poder, Obiang depende de una guardia presidencial que ha sido entrenada, casi con seguridad, por Israel, quien le proporciona el equipamiento perfeccionado en Gaza para proteger lasplataformas petrolíferas de Exxon. Las fuerzas de seguridad de Obiang son conocidas por practicar de forma generalizada la tortura y por las ejecuciones sumarias de opositores.

En 2008, Israel firmó un acuerdo de ventas de armas con Guinea Ecuatorial por un valor de 100 millones de dólares, entre las que figuraban cuatro lanchas patrulleras IMI Shaldag y un barco con misiles Saar fabricados por Israel Shipyards. “Los barcos IMI permitirán proteger las plataformas petrolíferas marinas”, según el diario israelí Haaretz. Estos son los mismos barcos empleados por las fuerzas navales israelíes para imponer el bloqueo marítimo de Gaza y disparar contra sus habitantes.

Mientras Israel ayuda a las compañías petroleras estadounidenses y a la familia Obiang a enriquecerse aún más, uno de cada diez niños de Guinea Ecuatorial muere antes de cumplir los cinco años. Además, menos de la mitad de los ciudadanos del país tiene acceso a agua potable.

En la provincia angoleña de Cabinda, Aerostar, un avión no tripulado fabricado por la compañía israelí Aeronautics Defense Systems, vigila las plataformas petrolíferas marinas de compañías privadas, entre ellas Chevron.

En el delta del Níger, un surtido de vehículos de vigilancia israelíes, entre ellos el Aerostar y el Seastar de Aeronautics y el barco patrullero Shaldag de Israel Shipyards, protegen las plataformas petrolíferas de Chevron frente a eventuales problemas que dificulten el saqueo multinacional de los recursos de Nigeria. A todo esto se añade el sistema de vigilancia de internet de Nigeria, instalado por la mayor compañía militar israelí, Elbit Systems, en 2013.
Exportar la ‘guerra contra el terror’

Con el ascenso de Boko Haram, Nigeria ha adoptado en los últimos años la doctrina de la “guerra contra el terror”, impulsada en primer lugar por Israel para justificar su creciente conquista de Palestina.

“Israel ha sido un aliado crucial y leal en nuestra lucha contra Boko Haram”, dijo a comienzos de año un miembro del gobierno nigeriano.

“Es una triste realidad que Israel tiene una gran experiencia de lucha contra el terrorismo. Nuestros socios israelíes han utilizado esa experiencia, una experiencia única adquirida a lo largo de los años de lucha contra el terror dentro de sus propias fronteras, para ayudarnos”, añadió el político, confundiendo la resistencia palestina a la violencia colonial israelí con el terrorismo practicado por un grupo con el que los palestinos no tienen ninguna relación.

Un activista cristiano nigeriano que apoya al gobierno dijo al Jerusalem Post: “soy como un colono israelí en Cisjordania en medio de los palestinos”. Esta actitud ha sido desastrosa.

Desde 2012, con el pretexto de derrotar a Boko Haram, el ejército nigeriano ha ejecutado extrajudicialmente a 1.200 personas y ha arrestado de forma arbitraria a 20.000 niños y jóvenes, de los cuales al menos 7.000 murieron de hambre, falta de atención médica y hacinamiento en las cárceles del gobierno.

En Kenia, los escuadrones de la muerte de la Unidad de Servicios Generales, brazo paramilitar de la policía y el ejército del país, han adoptado también la “guía israelí” para llevar a cabo ejecuciones extrajudiciales de clérigos musulmanes. Oficiales de los escuadrones de la muerte entrevistados por Al Yazira el año pasado revelaron que sus unidades recibieron entrenamiento israelí.
‘Exportar la experiencia del sionismo’

En su libro de 1987, The Israeli Connection (La conexión israelí), Benjamin Beit-Hallahmi caracterizó el apoyo de Israel a los tiranos de los países en desarrollo como “una consecuencia directa de lo que ha hecho en su casa”.

“Lo que Israel está haciendo en el Tercer Mundo —afirmó Beit-Hallahmi— es simplemente exportar la experiencia del sionismo en Oriente Medio”, caracterizada por la conquista y la pacificación. Israel “no está exportando solo tecnología de dominación, sino también una concepción del mundo que sirve de apoyo a esa tecnología”, añadió.

Está exportando “la lógica del opresor […] una cierta mentalidad, la creencia de que el Tercer Mundo puede ser controlado y dominado, que los movimientos radicales del Tercer Mundo pueden ser suprimidos, que los modernos cruzados tienen todavía un futuro”.

Esto es, precisamente, lo que Israel está haciendo hoy en África, con consecuencias previsiblemente mortíferas.

Rania Jalek es editora adjunta de The Electronic Intifada.

Fuente: Israeli arms fuel atrocities in Africa, The Electronic Intifada, 16/09/2015

Traducción: Javier Villate (@bouleusis)

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