Parte I
La violencia del capitalismo, como en siglos anteriores lo fue el esclavismo y el feudalismo, ha sido una constante histórica desde hace 500 años, agudizada después de la Revolucion Socialista de Octubre de 1917 en la Rusia de los zares y otros singulares acontecimientos de la lucha por la liberación nacional de los pueblos en el mundo, y más, en América Latina, a raíz del triunfo de la revolución cubana en 1959.
Antecedentes de la década de 1960 para ubicar al lector:
En esos tiempos no lejanos, el imperialismo norteamericano puso en marcha la Alianza para el Progreso (presidente de EEUU John F. Kennedy) con el ánimo de modernizar el capitalismo dependiente en América Latina, barnizar con reformas la pobreza para evitar las Revoluciones Socialistas.
Esto acarreó más despojo, desamparo, soledad, crímenes horrendos, barbarie, irracionalidad, aparecían entonces como dimensiones profundas del desgarramiento de las comunidades campesinas, ciclos de violencia, donde nuestro camarada Bernardino Díaz Ochoa, miembro del Comité Central del Partido Socialista Nicaragüense (PSN) junto con otros compañeros y compañeras, emprendió la lucha de clases desde la visión del materialismo histórico, organizando sindicatos campesinos en Matagalpa, desde la década de 1960, desechando las ilusiones idealistas y se preparó para la lucha llevando en sus convicciones revolucionarias su sello clasista.
El camarada Nemesio Porras Mendieta (fallecido el 26/01/2009) especializado en Economía Agrícola, fundador del PSN y legendario luchador por el Socialismo y las organizaciones campesinas, nos dejó un formidable legado que permitió a los militantes comunistas nicaragüenses elaborar una política agraria, abordar científicamente el agudo problema de la tenencia de la tierra, la alianza estratégica obrero-campesina.
La militancia revolucionaria del PSN se ocupaba de esa problemática, de la Reforma Agraria anti feudal y antiimperialista y el desenmascaramiento de la “Reforma Agraria somocista” (las colonias agrícolas del Instituto Agrario, IAN), entre otros temas.
Nicaragua contaba con unos 3 millones de habitantes, y para 1970 la clase obrera en las industrias de Nicaragua representaba unos 113.000 trabajadores, un 20% de la Población Económicamente Activa (PEA) no agrícola.
“El 75% de los trabajadores industriales se concentraba en empresas de más de 170 puestos de trabajo.
Pero, además de este proletariado industrial, otro 30% de la PEA no agropecuaria, unas 150.000 personas, estaba formado por trabaja-dores asalariados, fundamentalmente empleados administrativos —públicos y privados— y trabajadores del sector servicios.
Por si fuera poco, el 40% restante de la PEA no agrícola estaba compuesto por artesanos, vendedores ambulantes y pequeños comerciantes. Una buena parte de ellos estaban proletarizándose, arruinados por el mercado capitalista.”
“Al lado de este proletariado y semiproletariado urbanos existía un numeroso proletariado agrícola, que representaba el 41% de la PEA del sector agrario, sumando entre 120.000 y 130.000 personas.
Las condiciones de vida y de trabajo de este sector de la clase obrera eran además intolerables, obligados a trasladarse constantemente de un trabajo a otro siguiendo el ritmo de las cosechas y los vaivenes del mercado.
Si al semiproletariado de origen campesino le sumásemos los obreros agrícolas itinerantes tendríamos entre 230.000 y 240.000 trabajado-res en estas condiciones.”
“En resumen, sobre una población total de menos de 3 millones de personas y una población activa de menos de un millón, los trabajadores asalariados representan entre 400.000 y 500.000. Además muchos campesinos medios y pobres estaban en proceso de proletarización.
El 71% de los cortadores de algodón eran trabajadores asalariados, el 62% del tiempo de trabajo de las familias de cortadores de algodón y el 48% de la de los cortadores de café era absorbido por alguna actividad asalariada.”
En aquel atraso económico, político, social, ideológico bajo la dictadura militar de la dinastía somocista, el PSN dedicó su existencia a la organización y concientización de los trabajadores.
Aunque con insuficiente metodología científica educó políticamente a sus militantes y al sector más evolucionado de la clase obrera en la fidelidad a la causa revolucionaria.
Especialmente estábamos preocupados por la organización del campesinado del Norte y Centro del país sin descuidar la problemática del agro nicaragüense en la producción algodonera de Occidente, que para ese tiempo, era la agroindustria moderna, los agroquímicos y las plantaciones bananeras, la necesidad de liquidar la usurpación latifundista en beneficio de los trabajadores, la Reforma Agraria anti latifundista y antiimperialista.
El lema era “Por la Democracia, la Liberación Nacional y el Socialismo.”
Parte II
LA IGLESIA EN MATAGALPA EN LA EPOCA DE LAS LUCHAS CAMPESINAS
Quisiera dar una pincelada sobre la vida en Matagalpa y no puedo obviar la mención del rol de la Iglesia Católica en esa época que le tocó vivir a los luchadores campesinos que acompañaron a nuestro camarada Bernardino Díaz Ochoa (1941-1971).
Desde 1961 empezaron las primeras redes de sindicatos del movimiento obrero revolucionario en la montaña de Matagalpa, en "La Tronca" cuando la camarada Benigna Mendiola y Bernardino ingresaron al primer sindicato a Petrona Hernández López (1890-2007) mejor conocida con el seudónimo de Amanda Aguilar.
Era el inicio de las primeras redes de sindicatos del movimiento obrero revolucionario en la montaña de Matagalpa, en las cañadas vecinas de Quililito con los familiares de María Castil, las mujeres del Cuá.
El 1º de mayo de 1961 llegaron a “La Palma” Efraín González y Rommel López, obreros autodidactas del sindicato de Oficios Varios de Matagalpa para formar el sindicato campesino con el apoyo de Bernardino Díaz Ochoa y otros compañeros que sabían leer, todos ellos, militantes comunistas del PSN que más tarde fueron asesinados por la Guardia Nacional.
¿Cómo ha sido la Iglesia en Nicaragua frente al poder político?
Recordemos que “la jerarquía de la Iglesia católica se significó como una fuerza social poco creativa frente al poder político. Dicha jerarquía, así como la mayoría del clero, supo adaptarse —con escasísimas excepciones— a cada nueva situación política, mientras el pueblo vivía masivamente una religiosidad sin mucha vinculación con la realidad.”
“La Iglesia católica dio un gran apoyo a los conservadores, colocándose a la defensiva frente a los liberales, por sus principios laicistas.
Se mantuvo callada o fue cómplice ante la intervención norteamericana e ignoró la resistencia de Augusto César Sandino. La actitud anti intervencionista del obispo Simeón Pereira y Castellón sólo fue un hecho aislado.”
(En 1912, cuando comenzó la II Intervención de Tropas de Infantería de Marina de EEUU, Monseñor Pereira y Castellón (1863-1921), escribió una carta de protesta, “una de las mayores evidencias de protesta patriótica ante la soberanía ultrajada y la religiosidad herida…”, apenas 5 días después de caer abatido el héroe Benjamín Zeledón.)
En 1960, los jesuitas crearon en Managua la primera universidad privada en Centroamérica.
La dictadura somocista y Alemania, le dieron todo su apoyo en razón de que de esa manera contrarrestarían la fuerza del movimiento estudiantil de la Universidad Nacional Autónoma de León (UNAN).
Monseñor Lezcano y Ortega (1866-1952), fue el arzobispo de Managua que en la Catedral de Managua, condecoró a la hija de Somoza García, Lilian Somoza Debayle, con la corona de la Virgen de Candelaria en un acto “sacrílego” de servilismo inaudito.
A Monseñor Lezcano le sucedió Monseñor Vicente Alejandro González y Robleto, conspicuo representativo de la alta burguesía, feroz practicante de la usura, que ofició honras fúnebres de Príncipe de la Iglesia a Somoza García cuando fue ajusticiado por Rigoberto López Pérez (1956).
Como consecuencia del crecimiento de los movimientos de liberación nacional, empezaron aparecer cambios en la Iglesia como las resoluciones del Concilio Vaticano II, y posteriormente los acuerdos de la conferencia de Medellín, pues en Nicaragua, “hasta antes de la conferencia del CELAM en 1968 (Teología de la liberación que hizo tambalearse al Vaticano), la Iglesia nicaragüense mantuvo un papel de legitimación moral de la dictadura somocista.
Durante décadas, comulgó con el aparato ideológico estatal, la jerarquía mantuvo una total complicidad con la dictadura controlada por la dinastía de los Somoza, consagrándola con sus actuaciones”.
El 1º, de junio de 1946, monseñor Octavio Calderón y Padilla fue nombrado obispo de Matagalpa un cura opositor a la dictadura de Somoza, es recordado por sus posiciones progresistas en sus cartas pastorales “donde atacaba males sociales y políticos, así como por su mediación cuando en Jinotepe, departamento de Carazo, el 11 de noviembre de 1960, cuando grupos de jóvenes fuertemente armados tomaron los cuarteles de la Guardia Nacional.
Camaradas matagalpinos que estuvieron incontables veces en las prisiones de Matagalpa, me refieren que Calderón y Padilla, “era conocedor de las actividades de los sindicalistas del PSN, y a pesar de que se lamentaba de los marxistas no creían en Dios, nos alentaba continuar la lucha.”
Parte III
El 30 de mayo de 1970, monseñor Calderón y Padilla fue obligado a renunciar después de 23 años de obispado en Matagalpa, por presiones de la curia episcopal, las intrigas de Monseñor Obando y ordenes de la dirección de la Guardia Nacional somocista, quedando éste, como Obispo Auxiliar.
La destitución fue por razones eminentemente políticas.
Ya en 1969, Obando y Bravo, había sido enviado a “visitar” las zonas montañosas de Matagalpa y Jinotega donde se decía que se había fincado la guerrilla del Frente Sandinista y la Guardia Nacional planteaba que “los guerrilleros eran apoyados por los sindicatos que existían en las montañas”.
En uno de sus viajes al campo, Obando y Bravo regresó a la ciudad de Matagalpa, montado en una mula, haciendo la bufonada de imitar a Jesús entrando a Jerusalén, para declarar ante los periodistas que “HABÍA ENCONTRADO COMUNISMO CON VIOLENCIA EN LAS MONTAÑAS DEL NORTE.”
Esas declaraciones le costaron al campesinado centenares de muertes desde esa fecha hasta la caída del somocismo.
Conservamos los numerosos los testimonios de nuestros compañeros y de la opinión pública y publicaciones de la época y sobrevivientes de hoy, “a muchos campesinos después de torturarlos los montaban en helicópteros y los lanzaban desde el aire, las persecuciones fueron constantes, torturas, asesinatos y desapariciones”.
Esa barbarie fue objeto de lucha nacional, pero estamos claros de que la Iglesia la había autorizado. Y nos recuerda el calificativo que le dio el Comandante Daniel Ortega de “Capellán del somocismo”, tras aquella “parábola del viborazo” pronunciada por Monseñor Obando el 17 de octubre de 1996, a solo 3 días de las elecciones presidenciales cuando el compañero Daniel perdió contra Arnoldo Alemán.
Monseñor Miguel Obando y Bravo sustituyó algún tiempo a Monseñor Calderón y Padilla en Matagalpa, y como premio lo regresaron a Managua a reponer a Monseñor González y Robleto el 16 de febrero de 1970.
Cuando Monseñor Obando se retiró de Matagalpa, quedo como Obispo Monseñor Julián Barni, de origen italiano quien levantó la calumnia de que los comunistas matagalpinos querían agredir a Monseñor Obando en su despedida, pero dichosamente su falacia no prosperó pero nos aclaró “con qué tipo de sacerdote nos tocaría lidiar”.
La Iglesia de Matagalpa dirigida por Monseñor Barni, entró en contubernio directo con la Guardia somocista al mando del Coronel José Gustavo Guillén y las persecuciones, encarcelamientos y desapariciones de los campesinos del Norte del país ya no fueron más denunciadas por la Iglesia de forma Oficial.
El 22 de mayo de 1970, La Federación de Trabajadores de Matagalpa (FTM), organización central del movimiento obrero y campesino, de línea Independiente, ofreció un Homenaje Popular al Excelentísimo Obispo de Matagalpa, Monseñor Octavio José Calderón y Padilla “por su posición recta y viril ante los agudos problemas que atraviesa nuestro país; por la constante defensa que ha mantenido para que a nuestros hermanos campesinos se les respete su dignidad ciudadana y su integridad física.”
Firman la invitación: Carmelo Borge Soza. Presidente. Celestino Gutiérrez González, Secretario de Actas. Federico Kraudy Salgado, Secretario de Cultura. Pedro Joaquín Rodríguez O. Secretario de Organización. Francisco Matus García. Secretario de Finanzas. Rommel Antonio López L. Fiscal. Antonio Castro Borge, Secretario de Vigilancia.
Parte IV
Asesinato atroz de nuestros compañeros sindicalistas de Matagalpa la noche del 31 de marzo de 1971, camaradas ROMMEL LÓPEZ LÓPEZ Y EFRAÍM GONZÁLEZ CENTENO.
El semanario “VOZ POPULAR”, del CC., del PSN denunció de inmediato esta masacre, como tantas otras, que fue un preludio del asesinato de Bernardino Díaz Ochoa ocurrido seis meses después el 1 de septiembre de 1971.
La vinculación y cooperación de Bernardino y su equipo de trabajo con el FSLN a finales del decenio 1960, “la hizo en cumplimiento de la línea política del PSN, ejecutada por su comisión campesina y otros socialistas matagalpinos. Dos de ellos, Rommel López López y Efraím González Centeno, fueron asesinados por la dictadura somocista el 31 de marzo de 1971, seis meses antes de que asesinaran a Bernardino Díaz Ochoa.”
Rommel estaba cargo de la Central Sindical, guardamos los testimonios de compañeros que trabajaban con él y el caso del asesinato de Rommel y Efraím fue llevado ese mismo día al Juez del Crimen de la ciudad, ZENON POLANCO, quien a su vez era dueño de un taller de zapatería, pero era un descarado somocista y hombre muy religioso de la Iglesia Sabatista y todos los sábados oraba en el culto y el resto de los días se dedicaba a sentenciar a opositores al régimen y a encubrir los desmanes de la dictadura y la Guardia Nacional.
Ante la insistencia de compañeros, abogados y amigos, Polanco se vio obligado a mostrar los zapatos y otras prendas de los asesinados que tenían escondidas las monjitas del Hospital San Vicente que habían dicho que “los muertos no necesitan zapatos y que ya habían sido entregados a enfermos que fueron dados de alta”. Las monjitas estaban cubriendo a los asesinos.
Tenemos testimonios de que la noche del asesinato, el cabo G.N, AQUILES MORAN, (originario de Terrabona), y un agente de la Seguridad RICARDO OSEJO ZELEDON, conocido como “sapo Osejo” llegaron a un bar a exigir licor y un lugar donde lavarse las manos “para limpiarse las sangre de los comunistas que habían “tisteado”.
Fue AQUILES MORAN quien torturó y asesinó a Efraím. A Rommel lo torturó y asesinó RICARDO OSEJO ZELEDON ex militante del FSLN, quien se había convertido en agente de la Seguridad somocista después de traicionar al movimiento y vender y denunciar a los miembros que él conocía en la ciudad y en la montaña.
Estaba sentenciado a muerte por el FSLN, lo que se cumplió en la insurrección en Matagalpa en las calles del barrio “Palo Alto”.
El 25 de abril de 1971 el periódico “La Prensa” publicó un reportaje que decía: CRIMEN SINDICAL COMPROBADO. “PARTRULLAS FATIDICAS OPERN EN MATAGALPA”.
Todos los sindicatos, organizaciones estudiantiles, sectores religiosos y organizaciones sindicales de varios países latinoamericanos se pronunciaron contra ese atroz asesinato, pero el gobierno somocista se hizo de los oídos sordos y nunca dio ninguna respuesta.
Campeaba la impunidad, pues el sindicalista PABLO ESPINOZA, Secretario de Actas del SCAAS de Chinandega y un número desconocido de campesinos, fue asesinado por aquel Coronel Juan Ángel López.
Jesús Méndez y Transito Loáisiga dirigentes sindicales de la comarca de Yaosca (Matagalpa), y sus cadáveres fueron encontrados en un río.
Lidia Maradiaga, dirigente sindical del MOSAN, fue brutalmente asesinada en la hacienda Santa Rosa Del Peñón.
Parte V
Creación de la (CONFEDERACION DE CAMPESINOS Y TRABAJADORES AGRICOLAS DE NICARAGUA) CCTAN
El 21 de enero de 1967, en el Segundo Encuentro Campesino de 1967, en el Edificio de la Cruz Roja en Managua, se constituyó la CCTAN (CONFEDERACION DE CAMPESINOS Y TRABAJADORES AGRICOLAS DE NICARAGUA), donde Bernardino resultó electo Presidente, cargo que desempeñó hasta su muerte.
Fue el organizador del Comité Regional del Norte del PSN que integraba la Sección Partidaria de Matagalpa, Jinotega y el entonces, departamento de Zelaya donde usaba el seudónimo de TUMMEL.
En Junio de 1970, Bernardino participo activamente en el Primer Congreso Obrero, campesino, estudiantil en la UNAN Managua.
El 26 de abril de 1971, 8 campesinos se sometieron a una huelga de hambre en la Cruz Roja para denunciar el terror oficial y los crímenes y el terror contra los sindicalistas en las montañas: Filadelfo Díaz, Julio Martínez García, Bernardino Díaz Ochoa, Pilar Hernández, Pedro Román Vanegas Sevilla, Filomena López, María concepción Vanegas Sevilla y Daniel Ochoa.
El pujante movimiento sindical campesino contra las crueldades medievales de los latifundistas, comenzó a crecer, a multiplicarse en las montañas de Matagalpa, la par de los sindicatos obreros del SCAAS, de oficios varios, de zapateros y otros; el tejido sindical experimentado desde el sindicato, fundado en “La Tronca”, en su primera fase organizativa ayudó a fundar los sindicatos agrícolas campesinos en Yúcul, luego en Uluse, con los hermanos Granados; en Fila Grande, en el actual municipio de Matiguás.
Ya para 1963 se irradiaba desde "La Tronca", la experiencia sindical como estrategia de poder. Para ese tiempo, 1963, estaba naciendo como resultado de un proceso de organización, el FSLN.
Se extendió a los campesinos del Bijao Norte, por iniciativa de los campesinos del Bijao, que ayudaron a organizar en sindicatos a los campesinos de San Antonio de Cuskawás, en las comarcas de Caño Negro y Caño Blanco, en el actual municipio de Rancho Grande.
El tendido continuó en Bocaycito, donde el sindicato se funda con la mamá y los hermanos Díaz Ochoa, luego se trasladan a Santa Rosa de Tapaskún, y regresan por El Cuá, para ir a organizar el sindicato en La Pavona.
Amada Pineda como su esposo Bernardo Arauz, fueron sindicalistas de la CGT independiente, miembros del PSN, fueron, junto con Benigna Mendiola, esposa de Bernardino Díaz Ochoa los primeros campesinos que organizaron las primeras redes de sindicatos del movimiento obrero revolucionario en la montaña de Matagalpa, en "La Tronca", en las cañadas vecinas de Quililito con los familiares de María Castil. Las mujeres del Cuá.
Juntos a Domingo Sánchez Salgado, Chaguitillo, secretario de la Comisión Campesina de PSN –de cuyo comité central fue miembro Bernardino—Benigna y su familia se enfrentaron a la represión somocista mientras organizaban los sindicatos en el campo matagalpino durante los primeros años sesenta en La Tronca, Yúcul, Uluse, Fila Grande, Bijao Norte, Bocaycito, Santa Rosa de Tapaskún, El Cuá y La Pavona. Esta actividad tuvo como resultado la creación de la Confederación Campesina de Trabajadores Agrícolas de Nicaragua (CCTAN) en 1965, bajo la presidencia de Bernardino.
Parte VI
LA LUCHA DE ESTAS ORGANIZACIONES SINDICALES CAMPESINAS Y POPULARES URBANAS, SENTARON LAS BASES DE LA INSURRECCIÓN POPULAR DURANTE LA LUCHA GUERRILLERA QUE DURÓ TODO ESE TIEMPO HASTA EL 19 DE JULIO DE 1979.
Habían transcurrido diversos acontecimientos guerrilleros de gran trascendencia histórica como la del General del EDSNN Ramón Raudales, el Coronel Heriberto Reyes, Julio Alonso Leclaire, Chale Hasslam (1959), El Chaparral (junio1959), Manuel Díaz y Sotelo (agosto 1959) y otros.
Fueron duras experiencias que “unieron al Movimiento Nueva Nicaragua, sobrevivientes de El Chaparral, del Frente Revolucionario Sandino y el EDSNN con el apoyo del General Lázaro Cárdenas, expresidente de México y amigo de Sandino, lo mismo que el Sindicato Petrolero de Tampico y el Sindicato de Electricidad de México, Posteriormente se contará con la ayuda económica de Cuba.”
Raití y Bocay 1963 donde ondeó por primera vez la bandera rojinegra del FSLN un 23 de julio de 1963, la gesta heroica de Pancasán el 27 agosto 1967, jornadas heroicas que repercutieron en las organizaciones campesinas del norte de Nicaragua.
“El tejido sindical experimentado desde el sindicato, fundado en “La Tronca”, en su primera fase organizativa ayudó a fundar los sindicatos agrícolas campesinos en Yúcul, luego en Uluse, con los hermanos Granados; en Fila Grande, en el actual municipio de Matiguás.
Se extendió a los campesinos del Bijao Norte, por iniciativa de los campesinos del Bijao, que ayudaron a organizar en sindicatos a los campesinos de San Antonio de Cuskawás, en las comarcas de Caño Negro y Caño Blanco, en el actual municipio de Rancho Grande.
El tendido continuó en Bocaycito, donde el sindicato se funda con la mamá y los hermanos Díaz Ochoa, luego se trasladan a Santa Rosa de Tapaskún, y regresan por El Cuá, para ir a organizar el sindicato en La Pavona.”
Del Compañero Santos Sánchez y Benigna Mendiola de la CGT Independiente recuerdan: “empezamos a hacer más trabajo en las demás comarcas. Así, de ese trabajo, surgió el sindicato del Bijagüe, nació en las tierras de Marcelino”
El segundo momento organizativo desde “La Tronca” a las cañadas vecinas se hace con la invitación a formar el sindicato de Quililito con los familiares de María Castil. La visita se extendió a los campesinos del Bijao Norte, por iniciativa de los campesinos del Bijao, que ayudaron a organizar en sindicatos a los campesinos de San Antonio de Cuskawás, en las comarcas de Caño Negro y Caño Blanco, en el actual municipio de Rancho Grande.
El tendido continuó en Bocaycito, donde el sindicato se funda con la mamá y los hermanos Díaz Ochoa, luego se trasladan a Santa Rosa de Tapaskún, y regresan por El Cuá, para ir a organizar el sindicato en La Pavona. Luego a Los Cedros, El Zarayal (en el municipio de Jinotega) y los que se fundaron en el municipio de Pantasma.
Parte VII
CAPTURA Y ASESINATO DE BERNARDINO
Bernardino fue capturado el lunes 30 de agosto de 1971, en su casa de habitación en “LA TRONCA”, su esposa Benigna Mendiola lo vio el martes 30 y de allí, lo trasladaron a pie, cargando un bulto de más de 100 libras y golpeándolo, prácticamente lo destrozaron a culatazos y murió el jueves 2 de septiembre y se supo de su muerte, oficialmente el 3 de septiembre de 1971 cuando la Oficina de Leyes y Relaciones Públicas de la Guardia Nacional expreso que “Bernardino Díaz Ochoa había muerto de un paro cardiaco”.
Fue enterrado sigilosamente por la fatídica patrulla de la GN que lo asesinó, a cargo de un tal “capitán”, cerca de la “TRONCA” en un valle llamado YALE.
Benigna Mendiola Sequeira, narró lo siguiente: “Llegaron como a las siete y treinta de la tarde. Eran 3 guardias, y un “capitán”, uno llegó por dentro de la casa, otro de frente con el rifle, apuntando entraron a la casa.
Yo estaba moliendo café en piedra de moler y él, estaba adentro tomándose un café “contumeciando” al niño para que estuviera calladito y se durmiera. Cuando les vi entrar me paré en la puerta y pregunté a quién buscaban.
El “capitán” entró y gritó: “salga Bernardino hijueputa”, si no, vamos a quemar la casa. El “capitán” “voló” un balazo al aire cerca de mi cara. Yo al principio me negué pero entraron y lo sacaron, lo amarraron con las manos atrás y el mismo mecate se lo pasaron por el pescuezo (amarrado pecho de gallina) y lo arrodillaron un momento. Lo pusieron a hacer cuclillas.
Él se cayó y yo lo quise levantar, ellos me lo impidieron. El “capitán” me dijo un montón de vulgaridades para que me apartara. Lo volvieron a parar y comenzaron a desnudarlo. Nos sacaron a las tres mujeres que estábamos en la casa, yo, la Adela y la Lionza.
Yo oí que buscaban una cicatriz de balazo, pero el solo tenía una señal de un grano maligno que tuvo en la posta. Yo les contrapunteaba. Dijeron que lo iban a acusar de cuatrero por una vaca que tenemos, pero esa se la compramos a Andrés Hernández, tenemos la carta de venta.”
“Siguieron buscando papales, él tenia papeles del sindicato y periódicos. Le mostraron uno con la cara de los dos sindicalistas asesinados en Matagalpa, Rommel y Efraím. El “capitán” dijo estos los maté yo y así te voy a matar a vos.”
“Yo no volví a ver al viejo desde el martes cuando me dijo: “andáte” y solo me quedo viendo., preocupado por las amenazas de muerte contra mi persona.”
Esla historia de Bernardino, la más recia personalidad del movimiento campesino nacional, surgido de las entrañas mismas de esa sufrida clase, que consagró su vida a la lucha por la democracia, la liberación nacional y el socialismo.
La CGT (independiente) y el Centro Universitario (CUUN), el día 25 de agosto de 1972, en un homenaje que hizo historia en los anales del movimiento obrero revolucionario, se perpetuó la memoria de Bernardino Díaz Ochoa dentro del recinto universitario de la UNAN.
El pabellón 17 del recinto, lleva su nombre. En ese acto hizo uso de la palabra el Br. René Núñez Téllez por el CUUN Y Domingo Vargas Morales por la CGT (I). El Instituto de Capacitación Sindical de las UNAN en León también lleva su nombre.
Oficialmente se declaró el día 3 de septiembre como “DIA NACIONAL DEL CAMPESINO” en su honor.
En agosto de 1980, el Partido Socialista Nicaragüense nombro una Comisión para rescatar el cadáver de Bernardino y fue el compañero Celestino Gutiérrez González el encargado de exhumarlo.
En esa fecha le hicimos un homenaje en Matagalpa con una gran manifestación, con civiles y militares y enterramos sus restos en el Cementerio de esa ciudad.
Rommel López López, Efraím González Centeno, Bernardino Díaz Ochoa, Benigna Mendiola, Amada Pineda de Arauz y Bernardo Arauz, son militantes del PSN, son héroes de la Revolucion Popular Sandinista.
Escribe: Julio Briceño Davila