Israel ofrece un espejismo, ofrece lo que roba y asienta un desarrollo sobre los huesos y la sangre del pueblo palestino.
El régimen israelí tiene, entre sus prioridades políticas externas, la compra de conciencias y voluntades para llevar a cabo, no sólo el lavado de imagen que requiere para ocultar los crímenes cometidos contra el pueblo palestino y su política desestabilizadora en Asia occidental, sino también la búsqueda de mercado, para una economía que ofrece aquello que le es negado al pueblo palestino al que ocupa y coloniza.
Israel ofrece un espejismo, ofrece lo que roba y asienta un desarrollo sobre los huesos y la sangre del pueblo palestino.
Cada año, los informes de organismos no gubernamentales, la propia Autoridad Nacional Palestina, informes emitidos por las Naciones Unidas dan cuenta, que entre 650 y 800 millones de metros cúbicos, es la cantidad de agua robada por la entidad sionista de los territorios palestinos cada año.
Mekorot, la empresa israelí que maneja el agua de la Palestina histórica y los territorios ocupados a partir del año 1967 y la Franja de Gaza, bloqueada desde el año 2006 bombea esa agua de la napa freática de Cisjordania o de los pozos que existen en otras zonas de Palestina, sin pagar absolutamente nada.
El año 2015 al ente sionista declaró “tierra estatal” una de las zonas más ricas de Cisjordania en reservas acuíferas, en el área de Wadi Fuquin, que se encuentra en el departamento de Belén, al sur de Al Quds. Una medida que disminuyó drásticamente el uso del agua por parte del campesinado palestino. Todo ello, evidentemente, violando, las leyes internacionales, pues se apropia de los bienes del pueblo ocupado y después, la misma empresa, vende el agua robada a la población de Cisjordania. Negocio redondo del “prodigio israelí”.
Un informe elaborado por la ONG israelí BTselem, del año 2016 y que no ha variado un ápice señala que “el 90% del líquido al que tienen acceso los habitantes de la Franja no es potable y no es apta ni para el consumo ni para cocinar ni para ducharse ni para lavarse los dientes: está demasiado salada y sucia, además de contener un alto porcentaje de nitratos cancerígenos. Los cólicos y las enfermedades de la piel, entre otras, son moneda corriente”.
Al robo del agua debemos sumar el uso desigual que se hace del líquido elemento. El Organismo Central Palestino de Estadísticas, señala que el promedio de la parte reservada al ciudadano palestino es de 100 litros diarios para el uso general: aseo, alimentación, irrigación a diferencia de los 375 litros por cada israelí.
A la hora del pago, el descaro es aún mayor, ya que los palestinos pagan 3,6 veces más que los israelíes el litro de agua. Un recurso vital que además es utilizado por la ocupación israelí en forma indiscriminada para hacer florecer las granjas de colonos asentados en territorio palestinos, sus parques acuáticos, generar verdor en el desierto para después mostrar al mundo el “milagro sionista”.
Una supuesta maravilla, que se usa como parte de la hasbará (la explicación, el esclarecimiento que no es más que una palabra hebrea para describir la labor de propaganda de un régimen que basa sus éxitos en la explotación y el crimen del pueblo palestino como también el usufructo de los recursos hídricos tanto de El Líbano como de Siria).
En el caso de Siria, el robo del agua se cuantifica en mil millones de metros cúbicos anualmente que son conducidos ilegalmente a los territorios palestinos ocupados para el aprovechamiento de las granjas ocupadas por colonos sionistas. Nos encontramos ante un delincuente regional, un ladrón hídrico, un régimen que se ahogará en sus propios crímenes.
Tecnología Manchada de sangre
Mediante el uso de la llamada Fundación de Aliados de Israel (1) conformado por parlamentarios, políticos, militares, líderes de opinión, líderes influyentes en el mundo cristiano evangelista, se busca orientar la política exterior de los países latinoamericanos, sus agendas ejecutivas, legislativas y judiciales a favor de los intereses de la entidad sionista.
Intereses amplios, que incluyen el favorecer el uso de tecnologías, asesorías, instrumental, productos, consultorías entre otras actividades donde gracias a su proceso de expolio de las riquezas del pueblo palestino e incluso el uso en este pueblo de sus creaciones han logrado probar en terreno la viabilidad de lo ofrecido.
Tal es el caso de todo aquello vinculado al agua: acuíferos, desalinización, cultivos en terrenos poco factibles, manipulación del recurso hídrico para conseguir beneficios políticos.
Aclaro, que al hablar de sionismo, no sólo me refiero a esta ideología de origen europeo circunscrita a su actuar en el espacio de Asia Occidental y en específico en el espacio que coloniza y ocupa desde el año 1948: Palestina.
Visión errada, pues el sionismo, si bien es cierto se expresa en toda su dimensión criminal en la Palestina ocupada, su desarrollo, fomento y expansión se está dando a nivel global, en el marco de los poderes hegemónicos que le dan sustento, aval y apoyo para esta conducta como es el imperialismo estadounidense y sus aliados occidentales.
Israel a través de una diplomacia activa y dinámica, apoyada por grupos parlamentarios que suelen recibir generosas donaciones para su campañas políticas, viajes a los territorios de la palestina ocupada para ver en terreno el “milagro israelí” ofrece en Latinoamérica desarrollar tecnologías de aprovechamiento del agua basado en su experiencia con la desalinización, la gestión privada del recurso hídrico (fortaleciendo con ello al capital privado y su enriquecimiento) y uso intensivo de la agricultura con tecnologías de riego automatizado, irrigación y tecnología hídrica entre otras supuestas novedades.
Las empresas con sede en Israel ofrecen sus servicios desde Centroamérica al sur, contando para ello con el apoyo de gobiernos prosionistas como el de Guatemala, Honduras y en Sudamérica en su momento con mauricio Macri en Argentina, Lenin Moreno en Ecuador y actualmente Jair Bolsonaro en Brasil seducidos por el milagro israelí en materia del vital elemento. La realidad es que ese aparente portento, está basado en la explotación de seres humanos, en el pisotear los derechos del pueblo palestino.
En Chile ya el año 2018 la embajada sionista en este país sudamericano a través del ex Embajador Edat Hayek confesó que “existe interés y que es uno de los temas más hablados entre nuestra embajada y nuestra oficina comercial (la desalinización) con las diferentes autoridades en Chile. El interés surge y siempre me lo mencionan en mis visitas a las regiones.
Ahora que hay otro gobierno, ésa es una de nuestras mayores o primeras prioridades, tratar de avanzar ese tema y la cooperación sobre el agua, innovación hídrica, tecnología hídrica en todos sus usos”. Hayek daba cuenta de la megaplanta de desalación Sorek en territorio de la Palestina histórica ocupada, que produce 150 millones de metros cúbicos al año. Ofertas similares han recibido los gobiernos de Ecuador, Colombia, Perú en la zona más desértica del país, sin que se haya llegado a un punto de acuerdo aún.
Como respuesta a este interés del gobierno sionista con Chile (que posee plantas desalinizadoras pero que se usan en la industria minera del norte del país y no para el consumo humano) el ambientalista Lucio Cuenca director del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales dio, con relación a esta idea, una respuesta en un medio chileno, que me parece conveniente traer al ruedo pues va al fondo del problema.
No es una cuestión de tecnología, dinero o hacer florecer el desierto de cualquier forma. Cuenca planteas que “lo ofrecido por Israel cabe dentro de lo que se denominan las falsas soluciones, porque acá (en Chile) se ha sufrido una condición de sequía en los últimos años, pero que se ha trasformado en escasez hídrica en muchos territorios, porque lo que ha habido es una expansión de actividades que sobreexplotan los recursos en los territorios. Lo que pasa en Petorca, en Limarí y la Araucanía, por nombrar algunos lugares, es producto de la expansión del monocultivo o la actividad minera sin ningún control”.
Para Lucio Cuenca, el control de los recursos hídricos del que tanto se jacta Israel “ha sido una estrategia para la colonización del territorio palestino. Entonces, la empresa de agua israelita se crea una década antes de manera tal de generar las condiciones para este proceso de colonización y desplazamiento del pueblo palestino.
Lo que hoy nos vienen a presentar como una tecnología para resolver los problemas de la sequía, y que sería un éxito en Israel, tiene que ver con que lograron desarrollar una tecnología para expandir la productividad agrícola con la proyección geopolítica de control del territorio”. Las empresas con capitales israelíes o en unión de empresas estadounidenses y europeas se muestran en gran parte de Latinoamérica, en alianzas tejidas con grupos parlamentarios prosionistas quienes suelen ser seducidos por una tecnología diseñada para proveer agua pero que encubre el fondo sangriento que dicho proceso conlleva.
Empresas como Fluence, IDE Technologies, Via Maris Desalination, y Shikun & Binui, WPI.Watech de la empresa pública Mekorot, han instalado oficinas en Latinoamérica o a través de subsidiarias llevan adelante una agresiva campaña de captación de clientes, no sólo para el proceso de desalinización sino también para irrigación, consumo humano y otros usos que se demanden.
Para publicitar sus adelantos y tecnología muestran Cisjordania floreciente, granjas que producen dátiles, naranjas, verde en el desierto. Lo que no se dice es que aquello es generado gracias al expolio, la usurpación, el robo de los derechos del pueblo palestino.
Esa unión entre política, dinero, empresas y gobiernos tiene un canal que se llama Conexión Israel, que facilita la entrega de información en Latinoamérica, consigue muchas veces los fondos para invitar a empresarios y delegaciones que van a terreno, convirtiéndolos en voceros positivos de lo que quieren vender. En Chile, por ejemplo, la embajada sionista presidida por la cientista política argentina, de padres alemanes y que se trasladó como colona a palestina, preside esta delegación diplomática como una empresa de relaciones públicas.
Aprovecha en eso ideas propias de la farándula como invitar artistas, periodistas, animadoras a ser parte de proyectos políticos enmascarados en ideas de solidaridad o de propiciar el victimismo como es el caso del llamado “Guardianes de la Memoria”. Hacer verdaderos espectáculos con la entrega de elementos de combate al virus Covid 19 o verdaderos actos de defensa d ela naturaleza al plantar un par de árboles acompañada de parlamentarios afines y un uso oneroso de recursos para aparecer en cuanto medio de información sea posible.
En el último Congreso del Futuro, organizado por el Parlamento chileno, se hizo presente una ingeniera sionista, Galit Sasson, de Mekorot, que representó a esa empresa de agua sionista. Según se señaló, públicamente “La ingeniera ambiental dio una conferencia sobre el modelo israelí de gestión hídrica, donde presentó los beneficios del sistema de reutilización de los recursos, la desalinización de agua salada y salobre, y el desarrollo de planes estratégicos centralizados de largo plazo.
Adicionalmente, la Embajada de Israel preparó un intenso programa de actividades para la experta, que incluyó reuniones con el Ministro Alfredo Moreno, la Comisión Nacional de Aguas, y visitas a terreno organizadas por la Seremi de Salud, para conocer los sistemas de agua potable rural”. Ni una palabra sobre el origen del agua utilizada para el uso agrícola que tanto lustre le saca el sionismo.
Es así como pasan de contrabando los vínculos con empresas vinculadas al agua, pero también con empresas que venden seguridad, con formación de cuerpos policiales como es el caso de la Policía chilena entrenada en Colombia bajo la asesoría del Mossad y que después aplican las enseñanzas contra la población chilena y los pueblos originarios.
Ofertas de consultorías en temas de política internacional centrando el temor en el islam y con ello generar ingentes ventas de armas a través de empresas israelíes que ya han estado en el ojo del huracán por hechos de corrupción, como es el caso de la empresa Elbit Systems Land and C4 Tadiran y Rafael Advance Defense Systems en el llamado caso de las facturas duplicadas.
Sumemos el mundo de las nuevas tecnologías que a través del Departamento de Colaboración con América Latina de la Autoridad para la Innovación de Israel, agencia conocida por su sigla en inglés, IIA trabaja con emprendedores y compañías latinoamericanas interesadas en hacer negocios con Israel.
Es sintomático que su director, Alan Hofman haya sido miembro de la Fuerza Aérea Sionista, argentino y con formación en temas de relaciones públicas. Una dinámica que se repite en gran parte de los vínculos con el sionismo: risas, simpatía y detrás la más abyecta de las ideologías.
Como podemos ver, la política de ingreso sionista en nuestros países se conduce como el agua, transcurre plácida y con dirección. Esto, hasta el momento que develemos que detrás de todo este aparente milagro se encuentra uno de los regímenes más criminales de la actualidad, que dota su desarrollo de un combustible extraído del pueblo al que somete. Nuestro deber es no dejarnos seducir por cantos de sirena.
Cedido por www.segundopaso.es
¿Qué es la Fundación de Aliados de Israel?
Refiere a la creación, a manos del rabino ultranacionalista israelí Benjamin Elot de un grupo de trabajo en la Knesset cuyo objetivo es identificar parlamentarios, políticos, empresarios, líderes de opinión, que puedan ser influenciados con la narrativa sionista. Esta Fundación de Aliados de Israel es uno de múltiples proyectos político-comunicacional que el régimen israelí ha formado en el mundo.
Articulado en seis líneas de trabajo: primero, Vigilar el presupuesto externo de la Autoridad Palestina: Actuar para ampliar las fronteras de Israel, más allá de las reconocidas por la ONU. Luchar contra la campaña de Boicot, Desinversión, Sanción (BDS) deslegitimando esta herramienta ética y presionar para que parlamentos nacionales la prohíban en su país.
Influir en las redes diplomáticas para que países reconozcan a Jerusalén como capital de Israel, y trasladen su embajada en dicha ciudad. Fortalecer el apoyo de Estados Unidos. Desarrollar grupos de presión en la Organización de Naciones Unidas (ONU) para impedir resoluciones y condenas contra el Estado de Israel y su política colonial.
Para cumplir con sus objetivos, la fundación Aliados de Israel ha desarrollado un intenso trabajo de captación de parlamentarios al nivel mundial, quienes lejos de defender los intereses de sus electores se empeñan en hacer avanzar la agenda de un país foráneo en el seno de los parlamentos de sus países respectivos.