El retorno eufórico de la derecha a gobiernos latinoamericanos ha producido la derrota espectacular de Mauricio Macri, el estado de excepción de Lenín Moreno en Ecuador para intentar contener la ira popular en contra de su paquete neoliberal y la proyección de Bolsonaro como el mas ridículo, bufón y grotesco jefe de Estado del mundo. Esos eran los personajes que iban a poner las economías de nuestros países en linea, a sanear las finanzas publicas, a recuperar el prestigio internacional de nuestros países, a terminar con la corrupción, a superar los gobiernos populistas y a lograr para nuestros países la estabilidad, el desarrollo y el bienestar social.
Han pasado pocos años, no muchos meses, para que los heroicos personajes de la restauración neoliberal sean ridiculizados –Macri, Lenín Moreno, Bolsonaro-. ¿Quién da algo por ellos?
¿Quién cree que Macri va a dar vuelta a las elecciones argentinas? ¿Quién cree que Moreno va a lograr salir indemne de la crisis ecuatoriana actual? ¿Quién cree que Bolsonaro es el futuro de Brasil?
La derecha ha vuelto al gobierno de países que habían recuperado los pueblos de esos países haciendo que volvieran a crecer, en los que se había reducido la desigualdad, recuperado las buenas relaciones de cooperación con sus vecinos, logrado estabilidad política, convivencia pacifica y democrática entre las fuerzas políticas, sociales y culturales y se consiguiera que el Estado fuese respetado debido a sus políticas de gobernar para todos y garantizar los derechos de todos.
¡Basta mirar cuál es la situación de países como Argentina, Brasil, Ecuador, entregados a la recesión, al desempleo, a la miseria, a la perdida de apoyo y de legitimidad de sus gobiernos, a pocos años de que presidentes de derecha hayan vuelto al gobierno de esos países, para darnos cuenta de que la derecha hizo de todo, legal e ilegal, para frenar a los gobiernos de izquierda y volver a la presidencia de esos países!
¡Lo que era el Ecuador de Rafael Correa y lo que se ha vuelto en manos de alguien elegido en base al éxito del gobierno de Correa, para traicionar a todo con lo que se había elegido, hacer lo que la derecha planteaba y poner al país al borde del caos, con ocupación militar de las calles de Ecuador!
Lo que era el Brasil de Lula, país respetado a nivel mundial, con un presidente que ha dejado su mandato con el 80% de referencias negativas en los medios, pero con el 87% de apoyo de la población. Brasil crecía y distribuía renta, saliendo del Mapa del hambre.
Y lo que es en manos de un presidente que nadie respeta, que ha hecho volver al país la miseria y la violencia desenfrenada.
Néstor y Cristina rescataron a Argentina de la peor crisis de su historia, logrando que el país vuelva a desarrollarse y a generar empleos. Lograron superar el endeudamiento con el FMI y volvió a ser un país respetado en el mundo.
En comparación con el país que Macri no tiene vergüenza de entregar de nuevo a las fuerzas democráticas, un país que cumple tres anos de estanflación, con el pueblo sufriendo miseria y hambre.
Pero hay una lógica en la locura de lo que la derecha hace en esos países y quiere hacer en otros. Su misión es, antes que nada, hacer perder legitimidad y apoyo popular a los liderazgos populares más importantes que esos países han tenido.
Esos lideres se han convertido en los principales enemigos de las oligarquías locales y de la política norteamericana, porque con sus políticas consiguieran la confianza de sus pueblos y el prestigio internacional, con políticas que privilegian los procesos de integración regional y no los tratados de libre comercio con los EE.UU.
En segundo lugar, para substituir las políticas económicas que han privilegiado el desarrollo del mercado interno de consumo de masas, por el retorno de las políticas de ajuste fiscal, que promueven los intereses del capital financiero.
Retoman el modelo neoliberal, vigente en el capitalismo mundial, a pesar de que ha llevado a las grandes potencias a una profunda y prolongada recesión.
Sacar el modelo antineoliberal es terminar con un ejemplo de política económica alternativa, que prueba que no hay un solo camino, como el consenso de Washington y el pensamiento único tratan de imponer.
La derecha latinoamericana volvió a los gobiernos de países como Argentina, Brasil, Ecuador, demostrando que no han aprendido nada de su fracaso anterior y del éxito de los gobiernos progresistas. Fracasan de nuevo, fracasan mejor, fracasan más, son y serán derrotadas de nuevo.
Emir Sader
Rebelión