Pablo Gonzalez

Nicaragua: Baez, el ego y odio visceral que rodean su vida


Silvio Baez vende una figura de una super estrella de la religión católica en Nicaragua, los medios de comunicación afines al intento de golpe de estado lo veneran como una persona intachable, las redes sociales lo exhiben como el "mesías" de los terroristas.

El siguiente relato es de un sacerdote que deseo a cuenta propia estar en el anonimato, pues bien saben ustedes que la Iglesia Católica es una mafia, y si no lo sabían ya se los informo, son capaz de realizar cualquier fechoría con tal de aplastar a los que consideran sus enemigos, si algunos llegan a violar a niños y niñas, que se puede esperar. La maldad no tiene limites.

El escrito no se puede determinar fecha de su elaboración y los eventos ocurridos fueron mucho tiempo antes del transito a la inmortalidad de su eminencia Carnenal Miguel Obando, lo cual evidencia cual era su postura y sus pensamientos antes de ser participe del intento de golpe de estado.

"Soy sacerdote de la Iglesia Católica Romana y pertenezco, por incardinación canónica, a la antiquísima y venerable Iglesia (o Arquidiócesis), de Esmirna, la del Apocalipsis de San Juan el teólogo. Pase mucha parte de mi vida entre Roma, Italia, y fui misionero por 17 años en Esmirna, Turquia. Soy, pues, un presbitero del Clero Diocesano o “sanpedrano”, que llaman, en Nicaragua, nunca supe por que.

Me decidí a escribir, porque creo que, objetivamente, ya es tiempo y hora, de que se pongan las cartas sobre la mesa. Basta ya de insultar, manosear e irrespetar al Eminentísimo Señor Cardenal Miguel Obando Bravo. Llego el momento de pensar con cordura y saber, por tanto, guardar límites y distancias.



En las últimas semanas y días, la persona de Su Eminencia Reverendísima, el Señor Cardenal Miguel Obando Bravo, Arzobispo Emérito de Managua, ha sido el blanco y objeto de los más tristes, bajos, vulgares e ignorantes ataques de Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua. 

Su Eminencia ha sido atacado con un irrespeto insólito, sacrílego, con el matiz de furia pasional, casi obsesiva, de parte de Báez, en los medios de comunicación. 

El “crimen” de Su Eminencia, según Silvio Báez, es haber estado presente, cerca de la familia presidencial, el 19 de julio, en la tribuna presidencial, y haber invocado la Presencia y Bendición del Altísimo sobre el evento y el país. Una pregunta: ¿quien, en la historia de la humanidad, en todas sus épocas, ha legislado, en alguna manera o forma, la que fuese, códigos para ser obedecidos, sobre, digamos, “la elección de amigos personales”?

 Hago esta pregunta porque Silvio Báez desenvaina su lengua afilada y atrevida, sacrílega, otra vez, en contra de la relación personal que existe entre la persona de Su Eminencia y la familia presidencial. Hasta este día, la razón me enseña e indica que yo soy libre de escoger a mi amiga o amigo. 




Las mismas escrituras hebreas lo señalan. Entonces, ¿por qué tanto irrespeto y vulgaridad de parte del obispo Báez en contra de Su Eminencia Reverendísima?

 ¿Por qué tanto atrevimiento y juicio sobre decisiones que, por su misma naturaleza, pertenecen al foro mas personal e..., intimo, diría yo, inclusive, del ser humano; es decir, quien será la persona que voy a aceptar en mi propia vida para conocer y respetar y amar como mi amiga, mi amigo? Nadie le puede decir a nadie, quien será o no su amiga o amigo.




Silvio Báez ha sido el protagonista de una guerra sin cuartel en contra de un Cardenal de la Santa Iglesia Romana y da pena, porque Báez vivió mucho años en Roma, pero, observo, y me doy cuenta, que su ser fraile carmelita, nunca le permitió la amplia visión del mundo, tal y como es, y del mundo eclesial, igualmente. 

Y me refiero al mundo eclesial -que se vive y experimenta- en Roma misma. Mundo que Báez demostró ignorar, totalmente, con sus declaraciones en contra de Su Eminencia Reverendísima. Silvio Báez no tiene ni la más remota idea, ni concepto, de la comprensión y criterio de la Santa Iglesia Romana sobre la persona de un Cardenal y su significado. 

Es claro que Silvio Báez no toca, siquiera, el Código de Derecho Canónico. Es que, realmente, el ser fraile y vivir encerrado en una celda, no permite al individuo ir más allá de las cuatro paredes adornadas solamente por una cruz sin crucifijo. 

Y estas cuatro paredes no son solamente físicas... Mas aun, Silvio Báez es reo del grave abuso, increíble de solo empezar a entender de juzgar la conciencia del Eminentísimo Señor Cardenal Miguel Obando Bravo. 

Personalmente, al leer y escuchar a Silvio Báez, en la prensa, hablada y escrita, despotricando en contra de un Cardenal de la Santa Iglesia Romana, sentí bochorno, vergüenza, por lo vomitado en contra del Cardenal Obando, y pena por el pobre encapuchado de capa blanca. ¿Manosear a un Cardenal? 

¿Juzgar su vida personal, atacando sus relaciones interpersonales? Atreverse, todavía, a declarar la misma intimidad intrínseca de la conciencia del Cardenal y Dios.

 Ciertamente inaudito, jamás visto ni escuchado. Pero verdadero. Sucedió. 

Lo leímos y lo escuchamos. Es mas, lo vimos."

Para terminar este relato cito un versículo bíblico, que te dará un panorama amplio de que si, Baez en realidad posee el verdadero espíritu santo.

Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.
Gálatas 5:22-23

¿Aun crees que es inocente?

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