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Nicaragua: Edgard Tijerino es otro kamikaze de la brutalidad


Llegar a viejo, viejo leído, viejo con recorrido y con historia, a la altura de esas edades que te imponen ver el poco tiempo que tienes por delante para decidir de qué forma vas a dejar estampada tu huella cuando te toque partir, es definitivamente un privilegio porque con la maduración de los años llega la siempre noble sabiduría que es la llave que puede controlar nuestra lengua que es un órgano tan extremista que nos puede llevar al cielo y nos puede descender a las brasas más candentes del infierno.

La sabiduría es el almacén del saber y no hablo del devorador de libros, del que tenga colgado en su oficina cienes de títulos o reconocimientos, sino de aquel que aprendió más en la universidad de la vida, el que supo conocer la historia, el que aprendió de sus errores y de las experiencias de otros, aquel que sabiendo supo enseñar porque conozco a varios que se jactan de ser súper profesionales pero nunca fueron gentes, esos mal educados que llegaron a ser ministros de relaciones exteriores y diputados y cuando pasaban cerca de un empleado no lo volvían a ver ni con el rabo del ojo o de la misma manera a gentes que se la pasaron toda la vida vendiéndose como ratones de biblioteca invocando en cada una de sus alocuciones a Leónidas, Espartaco, La Odisea, la Ilíada, Cicerón, Sócrates y todo pensamiento mitológico que al final la computadora y toda la capacidad de almacenamiento que tenía se acabó por el virus de la brutalidad en una sola sentencia; 

“¿AH, , , QUE SI PODEMOS RESISTIR 3 MILLONES DE MUERTOS? CREO QUE SÍ. PODEMOS RESISTIR 3 MILLONES DE MUERTOS, Y ELLOS SEGUIRÁN SIN PODER AVANZAR UN CENTÍMETRO. ASI QUE NO IMPORTA CUANTOS CAIGAN, NO IMPORTA CUANTOS MUERAN, PERO ESTAN LIQUIDADOS”.

Nicaragua entera sabe a qué me refiero con esta transcripción y este fin de semana se me acercó uno de los mejores cronistas deportivos del país para preguntarme si había escuchado lo dicho por Edgard Tijerino y le dije que alto y claro y me expresó que la diabetes lo está matando y que está fuera de control porque ese, quien dice que perfectamente puede aguantar 3 millones de muertos donde por ningún lado se incluye, no quiere atender médicamente su problema y que aunado al odio que lo devora y la desesperación y frustración porque es otro tiliche al que todo le salió mal y que de un día para otro vio cortado los ingresos que recibía a través de una de esas ONGs terroristas que ya no tienen personalidad jurídica, se volvió simplemente loco, porque solo en ese estado alguien puede sacar de su alma y más allá del fascismo, que no solo puede aguantar que mueran tres millones de personas para sacar a Daniel Ortega del poder, sino que además eso le fortalece el espíritu porque todos los días se le da un golpe a la mandíbula del poder.

Edgard Tijerino es otro kamikaze de la brutalidad, de nada le valió su historial de vida, su millaje planetario, los anaqueles literarios en su memoria, su vida como insignia autodidacta en la crónica deportiva, la inspiración para muchos que quisieron ser sus imitadores hasta en la forma de gritar, sus libros y otras virtudes como su inmensa capacidad de trabajo y al final todo se dislocó para mí que seguramente estoy entre esos tres millones que vamos a morir a manos del fascismo que proclama este pobre individuo porque hasta donde se lee los que vamos a ser asesinados somos los sandinistas o los que somos aliados del partido de gobierno.

Qué bárbaro Edgar Tijerino se volvió parte de la locura colectiva del fracaso donde además de él, hay gentes que desde sus medios de comunicación promovieron el odio y la muerte y ahora resulta que son profetas con posturas de pastores después de ser parte del mal causado, gentes que decían defender la empresa privada y ahora insisten, aun después de lo que hicieron, en seguir destruyendo la economía, de obispos que enfundados bajo sotanas en vez de predicar la palabra de Dios son los más responsables del baño de sangre que ahogó al país y todos, para servir las órdenes del amo extranjero que es lo más triste y lamentable.

Pero en lo dicho y expresado por Edgard Tijerino hay una exclusión, la de él entre todos los que manda a morir. Lo digo no porque le desee la muerte Dios me libre, sino porque dice, desde su supuesto ropaje de liderazgo terrorista, dice van y se deja al margen del vayamos.

Edgar Tijerino lo único que pierde son algunos patrocinios en las ONGs que por sus nexos con el terrorismo y por faltar a sus estatutos fueron decapitada, porque económicamente siempre estuvo bien con todos los gobiernos, incluso con esta dictadura que le becó a una hija en Europa y todavía la da empleo a otra, creo que en la cancillería según me dijeron.

Es decir, este ciudadano que en un arranque diabético despedazó el respeto que muchos le llegamos a tener, igual que otros supuestos líderes del golpismo, nunca tuvo nada que perder y por eso se le vino la idea fascista de que 3 millones de muertos sandinistas no importan si ese es el precio para que caiga Daniel. 

Siento que Edgard Tijerino está siendo movido por un odio que no se justifica porque hasta resultó ser mal agradecido al morder la mano de la dictadura que le dio de comer, de la dictadura que le becó en Europa a una de sus hijas, de la dictadura que le tuvo por años empleada en el Instituto Nacional de Deportes y a otra que también estuvo en la Corte Suprema de Justicia y del carro que le regaló el dictador y en su caso todo lo que hace es por simple resentimiento, porque no creo que lo haga porque el golpismo le vaya a ofrecer un cargo público pues ya fue Ministro de Deportes y resultó ser un total y rotundo fracaso de manera que estuvo tan consciente de ello que renunció antes que por incapaz lo renunciaran.

Yo debo decirlo nunca fui amigo de Edgard Tijerino, lo traté ligeramente en las pachangas cumpleañeras del dueño de un canal donde tiene un micro espacio y en una ocasión lo invité a mi programa radial, que para entonces se llamaba Radio Periódico El Momento, hoy, Detalles del Momento, para hablar de deportes donde reconoció el apoyo que, esto que ahora él llama dictadura, y le permite decir todo lo que destila, incluso hasta para amenazar de muerte, lo que está penado por la ley, le había dado al deporte en todo su universo.

El último contacto que tuve con Edgard Tijerino fue cuando escribí una postalita a un conocido vulgar de la crónica deportiva que trabaja con él, un tal Miguel Mendoza, odiado por cierto entre sus colegas por las mismas razones. En esa ocasión muy escuetamente comentó Edgard Tijerino, como un reclamo hacia mi persona; “¡Qué barbaridad, hasta donde hemos llegado!”

Aquel reclamo encerraba una protesta contra mi escrito que era dirigido a un patán que ahora mismo tiene prohibida la entrada al nuevo Estadio Nacional Denis Martinez, igual por vulgar y golpista y que ahora piratea desde la comodidad de su casa la señal de canal 13 o Canal 4 con lo que estafa a la liga profesional de béisbol y a los que lo patrocinan que se creyeron el cuento que lo hace en una cabina desde la casa del juego perfecto.

Yo solamente le contesté que en vez de ese reclamo que aconsejará a su pupilo porque él Edgard Tijerino era su maestro y desde entonces no volví a saber ni a escuchar, ni a ver al director del programa “Doble Play” que ahora debería llamarse “El ponchado” porque después de la barbaridad que dijo no creo francamente que haya nicaragüense que tenga corazón para albergarlo porque lo dicho es fascismo sí, pero además una estupidez y brutalidad de lesa humanidad.

Ciertamente, después del hiperbólico exabrupto, vino una arrogante disculpa y digo arrogante porque fue de esas de que sí metí las de andar, pero no me arrepiento, propio de alguien que no sabe de humildad y que lleno de guazonadas, fue capaz de hacer chacota hasta del escudo que hizo de su propia hija para exponerla y escudarse en ella, de la misma manera que ahora lo hace con él mismo porque al final se ve como un Emperador en el mejor palco de la arena escuchando desde abajo; “AVE CESAR MORITURI TE SALUTAN”.

A eso póngale sello. 

QUE DIOS BENDIGA A NICARAGUA.

Por: Moisés Absalón Pastora.

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