VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

VATICANO: El más siniestro puntal imperialista

12 de septiembre de 1502, cuando los españoles llegaron a Nicaragua


La historia de la invasión europea al continente americano empieza con la disputa entre Portugal y España para encontrar nuevas rutas que les permita llegar hasta el lejano oriente sin pasar por las rutas dominadas por los otomanos.

Proponemos a nuestros lectores una reseña sobre la llegada de los conquistadores a Nicaragua, desde el enfoque de la historia crítica.


Preludio de la conquista y colonización

Después del mal llamado “descubrimiento” del Nuevo Mundo, que más bien fue un choque de civilizaciones, empezó la invasión militar para conquistar a las grandes civilizaciones originarias.

Los españoles, al mando de Hernán Cortés, aprovecharon las disputas entre pueblos para hacer una alianza para librar una guerra en contra del Imperio Azteca, entre 1517 y 1521, que culminó con la caída de Tenochtitlán el 13 de Agosto de 1521

 La guerra de conquista se extendió a Guatemala cuando a inicios de 1524 fue invadida por un ejército mixto de españoles y aliados de Tlaxcala y Cholula.

La conquista de Nicaragua inició el 27 de febrero de 1522 el capitán mayor Antón Mayor, actuando en nombre de la Corona española tomó posesión de una isleta en El Realejo, en la actual bahía de Corinto, nombrándola como Puerto de La Posesión. 

 Días después, el 5 de marzo, tomaron posesión de la Isla Petronila dentro del Golfo de Fonseca. Sin embargo, la posesión formal de Nicaragua se consumó el 12 de abril de 1523, cuando Gil Gonzales Dávila entró en las aguas del Mar Dulce o Lago de Nicaragua, espada en mano y delante del alférez real, tomó posesión de toda la costa y mar dulce descubierta y por descubrir, declarando a la corona española como poseedora.

Conquistadores y colonizadores, apropiándose de las mejores tierras, se apropiaron de los cultivos de cacao, que era sumamente valioso. 

 Impusieron el modelo de acumulación basado en la ganadería, cultivo del añil y la cochinilla y minería. 

 Empezaron la acumulación de bienes y posteriormente monetaria, explotando inmisericordemente a la población indígena mediante el sistema de encomiendas.

Trescientos años duró la colonia, hasta la independencia del 15 de septiembre de 1821, cuestionada por la historia crítica como un complot de las elites criollas, descendientes de conquistadores y colonizadores, para mantener su hegemonía económica, política y cultural, evitando alzamientos indígenas y populares. Luego de la nefasta anexión al imperio mexicano de Agustín de Iturbide, se proclamó la verdadera independencia el 1 de julio de 1823.

Todavía está pendiente construir en Centroamérica la Patria de Todos, inclusiva, en la todas las culturas puedan ejercer sus derechos ciudadanos con equidad y justicia. 

 La segunda independencia, la Independencia Plena, que esbozó el Comandante Hugo Chávez y de la cual habló recientemente el Comandante Daniel Ortega, anhelo que guía los movimientos indígenas, afrodescendientes y populares a los largo de América Latina y El Caribe.

Primer viaje de Colón

Cristóbal Colón, el marino genovés, consiguió respaldo financiero de Castilla y de León para emprender la aventura de descubrir un nuevo camino hacia las Indias. El 8 de mayo de 1492 empezaron los preparativos. 

 Las tres carabelas La Niña, La Pinta y la Santa María, salieron del Puerto de Palos el 3 de agosto de 1492. A bordo iban 120 marineros que antes de salir oyen una misa y reciben los santos sacramentos. 

 El amanecer del 12 de octubre Rodrigo de Triana, lanzó el grito de “Tierra”, ese día no solo se probó que el mundo era redondo sino que dio inicio al encuentro de dos mundos.

 Llegaron a la Isla de Guanahaní, bautizada por Colón como San Salvador

 El notario real Rodrigo de Escobedo, tomó posesión de las nuevas tierras en nombre de los Reyes Católicos.

Segundo viaje de Colón, fundación de la primera colonia española

El segundo viaje partió de Cádiz el 25 de septiembre de 1493, llegando a Haití el 22 de noviembre

 La euforia del “descubrimiento” era tan grande que esta vez se hicieron a la mar 17 naves y 1,500 hombres. 

Los expedicionarios iban con la idea de colonizar el Nuevo Mundo. 

 El 7 de diciembre, Colón fundó la primera colonia española nombrándola como La Isabela en homenaje a la Reina Isabel, que inaugura el 6 de enero de 1494. 

 En este viaje Colón, nombra a su hermano Bartolomé como Adelantado.

Tercer viaje de Colón, entra al continente

El tercer viaje se dio entre el 30 de mayo de 1498 y diciembre de 1500. En esta ocasión regresó Colón con seis carabelas, tocando tierra en la isla de Trinidad. 

 Entró al continente por las bocas del río Orinoco, en Venezuela. Regresa a la Española, donde encuentra Santo Domingo, ciudad fundada por su hermano Bartolomé Colón el 5 de agosto de 1498, en la orilla oriental del río Ozama, que después, en 1502, fue trasladada por Nicolás de Ovando a la orilla occidental del río mencionado. 

 Entre el tercero y cuarto viaje, el almirante Cristóbal Colón, escribió el Libro de las Profecías, en que habla de la gran extensión del mundo y el futuro del Nuevo Mundo.

Cuarto viaje de Colón

El cuarto viaje iniciado el 9 de mayo de 1502, se realizó con una flota de cuatro embarcaciones: la Capitana, la Gallega, Santiago de Palos y la Vizcaína. La expedición la integraban 140 hombres, entre ellos un hermano y un hijo de Colón. 

 Este último viaje se hizo en medio de un mal tiempo que primero obligó a la expedición a buscar refugio en La Española. 

 El 30 de julio de 1502, pasado el mal tiempo, llegaron a la isla que los nativos llamaban Guanaxa frente al litoral de Honduras, la que por sus bosques y vegetación Colón nombró Isla de los Pinos. 

 Aquí se encontraron con una canoa, tal como se narra en la Historia general de los hechos de los castellanos en las Islas y Tierra Firme del mar Océano que llaman Indias Occidentales, escrita por el cronista Antonio de Herrera y Tordesillas:

“Llegó una canoa de indios, tan grande como una galera, y de ocho pies de ancho: iba cargada de mercaderías, de hacia el poniente; traía en medio un toldo de esteras de palma, que en la Nueva España llaman “petates”, iban dentro de él las mujeres, hijos, hacienda y mercaderías, sin que agua de la mar, ni del cielo los pudiese mojar”. 

 “Eran las mercaderías muchas mantas de algodón, pintadas y de diversos colores y labores, y camisetas sin mangas y sin cuellos, cortas hasta la rodilla, y aun menos también pintadas y labradas, y almaizares , que en Nueva España llaman mástil, también pintados y labrados; muchas espadas de madera con un canal en los filos, y allí pegados con fortísimo betún e hilo, ciertas navajas de pedernal, hachuelas de cobre para cortar leña, cascabeles y patenas, crisoles para fundir el cobre, almendras que llaman cacao, y en Nueva España tienen por moneda; su bastimento era pan de maíz y raíces, que en Nueva España llaman camotes, y en la islas axis y batatas; y el vino era de maíz que parecía cerveza; iban además, en la canoa, veinticinco hombres”.

La flota de Cristóbal Colón llegó a tierra firme de Centroamérica el 14 de agosto, en Punta Caxinas, en el actual territorio de Honduras, donde celebraron la primera misa.

 Volvieron a embarcarse, siguieron por la costa hacia el Este, penetrando a tierra firme por la desembocadura del rio Tinto o Negro, tomando posesión en nombre de los Reyes de España. Siguieron hacia el sur y en octubre llegaron a la desembocadura de un río caudaloso bajaron varias lanchas para abastecerse de agua dulce, pero las naves se hundieron y murieron los tripulantes. 

 Este río fue nombrado como río El Desastre, y hoy es conocido como el Río Grande de Matagalpa

 Pasó luego a una isleta ubicada frente a la desembocadura del río Rama, y a una legua adentro encontró la población indígena de Cariay.

Así escribió Colón en su bitácora sobre Nicaragua:

“Llegué, prosigue, al cabo de Gracias a Dios, y de allí me dio nuestro Señor próxpero el viento y corriente. Esto fue a doce de septiembre. Ochenta y ocho días había que no me había dejado espantable tormenta, á tanto que no vide el sol ni las estrellas por mar; que á los navíos tenía yo abiertos, a las velas rotas y perdidas ánclas y jarcia, cables con las barcas y muchos bastimentos, la gente mui enferma y todos contritos. 

 Otras tormentas se han visto mas no durar tanto ni con tal espanto. Muchos esmorecieron, harto y hartas veces, que teníamos esforzados. El dolor del fijo que yo tenía, allí me arrancaba el ánima, y mas por verle de tan nueva edad de trece años en tanta fatiga. Yo había adolecido y llegado fartas veces á la muerte. Mi hermano estaba en peor navío y mas peligroso: gran dolor era el mío y mayor porque lo truje contra su grado”.

Hoy

Recientemente, en varios países latinoamericanos, como Chile, Ecuador, Colombia, los movimientos sociales han tumbado estatuas de Colón y de otros conquistadores. Una manifestación clara con la cual los pueblos expresan su deseo de empezar a descolonizar no solo nuestras ciudades, sino también nuestras mentes.

Esta es la historia que se está transformando en América Latina, que camina hacia su independencia plena, hacia la Patria Plurinacional, donde el Buen Vivir de los Pueblos sea una realidad.

Fuente: Jose Mata-Gavidia. (1953). Anotaciones de Historia Patria Centroamericana. Cultural Centroamericana, Guatemala.

Autor: Manuel Lucero

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