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Nicaragua: Diversificar los mercados y la base exportadora del país(TPP)


En la semana pasada, el Presidente Daniel Ortega sometió a consulta la incorporación de Nicaragua al Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) a los servidores públicos que integran el gabinete económico gubernamental y a representantes de los empresarios y los trabajadores.

El TPP, firmado el 4 de febrero de 2016 en Auckland, Nueva Zelanda, fue promovido por Estados Unidos e involucra a otros once países: dos países del G-7, Japón y Canadá; dos países oceánicos, Australia y Nueva Zelanda; cuatro países asiáticos, Malasia, Brunei, Singapur y Vietnam; y tres países latinoamericanos, México, Perú y Chile, que en conjunto participan con el 40% en la formación del Producto Interno Bruto (PIB) Mundial y movilizan un tercio del comercio mundial. China permaneció al margen de las negociaciones.

Se pueden observar dos ventajas para Nicaragua si se incorporara al TPP: (1) abriría nuevas oportunidades de negocio para las actividades productivas del país en ocho mercados, al ampliar su acceso a un mercado común de 328 millones de consumidores potenciales, 4.5% de la población mundial, porque el país ya suscribió el DR-CAFTA con el cual tiene acceso al mercado estadounidense cuya población es 327 millones de habitantes, y con otros tratados de libre comercio también tiene acceso los mercados mexicano y chileno con 145 millones de habitantes; y (2) alentaría una mayor atracción a la inversión extranjera directa, que facilitaría la creación de mejores puestos de trabajo y contribuiría a reducir la informalidad del mercado local.

El TPP es el mayor acuerdo comercial regional con un nuevo marco normativo y, como ha sido usual, se negoció a puerta cerrada. Uno espera de un tratado de libre comercio que no restrinja la competencia abierta ni eleve los precios para los consumidores, ni obstaculice la innovación.

Entre las principales críticas que ha recibido el TPP, sobresalen las de los economistas premio Nobel Joseph Stiglitz, profesor de la Universidad de Columbia, y Paul Krugman, profesor de la Universidad de Princeton, quienes señalan que por su secretismo el TPP podría socavar las protecciones básicas de las personas; profundizar la desigualdad; agregar trabas al acceso de la salud, porque el debate ha girado en torno a la ampliación de los derechos de propiedad intelectual de las grandes compañías farmacéuticas y al aumento de precios de los medicamentos; deshacer las regulaciones en materia de medio ambiente y seguridad; y fortalecer a las corporaciones en la solución de controversias.

Considero que el libre comercio, tal como lo visualizó el economista inglés David Ricardo, no debería ser suplantado con una distribución de cuotas de importación, es decir, no debería establecer un comercio administrado, ni cerrar el acceso de los agentes no empresariales interesados al proceso de formulación de políticas. 

Por consiguiente, es bastante seguro que todos los de los doce países que no están negociando en la mesa del TPP resultarán afectados. En este sentido, los que observan sólo ventajas verán el “vaso medio lleno” y los perdedores lo verán “medio vacío”.

El profesor Stiglitz dijo que con el TPP el acceso a los medicamentos genéricos sería más difícil, los seguros médicos se encarecerán y cualquier compañía podría demandar a los gobiernos cada vez que haya una nueva regulación que consideren contraria al tratado, mientras que el profesor Krugman agregó que la preocupación principal del TPP es el endurecimiento de los derechos de propiedad en campos como la medicina y el cine.

Sin embargo, también conviene que reflexionemos sobre el tema de la diversificación de la base exportadora del país, porque desde hace más de dos décadas nos hemos concentrado mucho más en la diversificación de los mercados.

En 2015, según cifras oficiales del Banco Central de Nicaragua (BCN), con la caída de los precios internacionales de los bienes primarios y los efectos de la sequía asociada con el fenómeno de El Niño en los últimos dos ciclos agrícolas, el valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB de Nicaragua fue igual a US$2,419 millones; por otro lado, el valor bruto de las exportaciones de las empresas de zona franca fue igual a US$2,475 millones, del cual el valor neto, es decir, lo que la empresas dejan en el país en concepto de pago de la planilla, servicios públicos y alquiler de locales donde operan, fue US$587 millones (el resto, US$1,888 millones, queda en los países originarios de las empresas de zona franca radicadas en el país).

En suma, el total del valor de las exportaciones domésticas de bienes FOB y del valor neto de la maquila asciende a US$3,006 millones. 

A esta cifra podemos agregar, en términos preliminares porque aún se desconoce el dato oficial, el valor de las exportaciones de servicios no atribuibles a factores de producción, tales como transporte, viajes, comunicaciones y seguros, que podría aproximarse a US$600 millones en 2015. 

Por lo tanto, el esfuerzo exportador de Nicaragua se concretó el año pasado con el monto de US$3,606 millones, equivalente, también en términos preliminares al 30% del PIB esperado en 2015 porque aún no está disponible el dato oficial del crecimiento económico del año pasado. Las principales desventajas para Nicaragua en la suscripción de tratados de libre comercio están en el mercado local, porque habría que resolver varios problemas estructurales de la economía que impiden la expansión del volumen y del valor de las exportaciones nicaragüenses.

Es de sobra conocido que somos exportadores natos de materia prima, pero se necesita añadir más valor agregado a la producción exportable. Con algunas excepciones, como son el maní y el servicio de transformación en las empresas de zona franca, principalmente textileras y de vestuario, la actual canasta de productos de exportación es bastante idéntica a la canasta histórica. La insuficiente educación técnica y la escasa transferencia de tecnología impiden elevar los rendimientos productivos y la productividad de la economía. 

La política cambiaria reptante mantenida desde hace 23 años, cuyo objetivo es fijar el tipo de cambio real (no el nominal, como lo han manifestado varios economistas) hace más rentable la actividad importadora y castiga a los exportadores. La amplia informalidad del mercado local es una de las más serias desventajas del país frente a un tratado de libre comercio, porque pone en riesgo la existencia de un gran número de microempresas y pequeñas empresas.

Entonces, Presidente Daniel Ortega, le aconsejo que solicite a los servidores públicos y representantes de las cámaras de productores y de los sindicatos la formulación de políticas públicas que conduzcan a la diversificación de la base exportadora de Nicaragua y resuelvan los problemas estructurales que deterioran el esfuerzo exportador del país. 

Es necesario iniciar el proceso de reducción del déficit comercial de bienes de la balanza de pagos, que desde hace muchos años se ha mantenido en un nivel muy cercano al 20% del PIB y continúa siendo financiado con deuda externa, remesas familiares y, recientemente, con los nuevos flujos de inversión extranjera directa.

https://nestoravendano.wordpress.com/2016/03/06/diversificar-los-mercados-y-la-base-exportadora-del-pais/

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