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Chomsky desveló (sin saberlo) la verdad sobre la actual crisis del Zika…en 1993


Un nuevo artículo de Jon Rappoport nos sirve para arrojar de nuevo luz sobre la presunta epidemia de microcefalia provocada por el virus del Zika.

En este caso, Rappoport nos ofrece el testimonio revelador de un artículo de 1993, que nos da pistas muy claras sobre la verdad que se oculta tras los casos de microcefalia de Brasil.

A continuación reproducimos este revelador artículo de Jon Rappoport…


Más a menudo de lo que suponemos, un pedazo de historia olvidada ilumina el momento presente como un rayo de luz cegador.

En diciembre de 1993, Noam Chomsky publicó un artículo en la revista Z Magazine titulado, “La Visión Clinton” (The Clinton Vision).


En dicho artículo, Chomsky en realidad estaba hablando de la política exterior estadounidense en el hemisferio occidental desde 1945. Y se concentró en Brasil.

Se refirió a cómo EEUU había tomado el control de ese país, y cómo bajo pretexto de extender la democracia y el libre mercado, la operación real buscaba obtener el control de sus tierras, recursos y mano de obra, en un Brasil gobernado por una oligarquía corrupta que a su vez era administrada indirectamente por corporaciones norteamericanas ligadas al gobierno de EEUU.

Los trabajadores en la zona noreste de Brasil fueron sometidos a una vida de miseria, el signo más evidente de la cual era una extrema desnutrición que pasaba de generación a generación.


Si alguien lee con atención una de las citas que ofrece Chomsky en ese artículo de 1993 con cuidado, descubriá que enmedio de su análisis, se encuentran un conjunto de informaciones que parecen hablar, con más de 20 años de antelación, de elementos que en la actualidad se están vinculando con la supuesta “crisis del Zika”:

“Brasil es de lejos el país más importante de América Latina, y está firmemente bajo el control de Estados Unidos desde 1945, cuando se convirtió en una ‘zona de pruebas para los métodos científicos modernos de desarrollo industrial’ aplicados por expertos de Estados Unidos.

Es un país con enormes recursos que deberían ser el “Coloso del Sur”, el correspondiente sudamericano al “Coloso del Norte”, EEUU, como se predijo a principios de siglo.

Brasil no ha tenido enemigos extranjeros, y se han beneficiado no sólo de una cuidadosa tutela de Estados Unidos, sino también de una inversión sustancial. 

Por lo tanto, muestra con gran claridad justo lo que los EEUU pueden lograr con su política de ‘ampliación de la comunidad de democracias libres de mercado’, gracias a sus condiciones ideales para conseguirlo.


“Los éxitos son bastante reales. Brasil ha disfrutado de una muy alta tasa de crecimiento, lo que confiere enormes riquezas a todo el mundo excepto a su población; solo se benefician las élites locales, que viven a la altura de los occidentales más ricos.

Es una sociedad dividida claramente en dos niveles. Gran parte de la población vive en un nivel que recuerda al de África central. 

El Informe sobre Desarrollo Humano clasificó este país rico y privilegiado en el lugar número 80, junto con Albania y Paraguay.


En el noreste, los investigadores médicos brasileños describen una nueva subespecie: los ‘pigmeos’, que solo tienen un 40% (en realidad un 60%) de la capacidad del cerebro de los seres humanos normales, por culpa de la malnutrición grave que sufren sus habitantes, que paradójicamente viven en una región con tierras fértiles, propiedad de grandes plantaciones que producen cultivos para la exportación, en concordancia con las doctrinas predicadas por sus expertos asesores.

Cientos de miles de niños mueren de hambre cada año en ‘esta historia de éxito’, que también gana premios mundiales a la esclavitud infantil y al asesinato de niños en las calles, en algunos casos para la exportación de órganos para trasplantes, según fuentes brasileñas respetadas”.

La fuente que Chomsky utiliza para realizar estas afirmaciones médicas sobre la capacidad cerebral de los niños de esa zona de Brasil, procede de los estudios de Isabel Vincent (Life a struggle for Pygmy family, Globe & Mail Toronto, December 17, 1991, p. A15.)


Isabel Vincent (nacida en 1965 en Toronto) es una periodista de investigación canadiense que escribe para el New York Post, autora de varios libros. En la década de 1990 ejerció de corresponsal en Brasil

En sus escritos, Vincent afirma que:

“Una dieta que consiste principalmente en harina de mandioca, frijoles y arroz ha afectado al desarrollo mental de los trabajadores brasileños del noreste, hasta el punto de que tienen dificultad para recordar o concentrarse.

Hasta el 30,7% de los niños en el noreste nacen desnutridos, según UNICEF y el Ministerio de Salud de Brasil. Expertos médicos brasileños conocen los niveles de subnutrición en la región más pobre del país desde hace más de dos décadas, pero recientemente se confirmó la existencia de un problema mucho más sorprendente: una grave falta de proteínas en su dieta, está produciendo una población de pigmeos brasileños conocidos por algunos investigadores médicos de Brasil como ‘homens nanicos’.


Su altura en la edad adulta es mucho menor que la altura media determinada por la Organización Mundial de la Salud y su capacidad cerebral es un 40% inferior a la media . En los estados más pobres del noreste, como Alagoas y Piauí, los Homens nanicos comprenden aproximadamente el 30% de la población. 

Gran parte del noreste comprende tierras fértiles de cultivo que están siendo absorbidas por las grandes plantaciones para la producción de cultivos comerciales como la caña de azúcar”[Nota:. Chomsky y Vincent omiten, posiblemente por desconocimiento, los efectos nocivos de la amplia gama de pesticidas tóxicos que se utilizan en la región, algunos de que están prohibidos en otros países porque son demasiado venenosos]


Así pues, ya en 1993 y mediante estudios sobre el terreno, y en el mismo territorio que se ha convertido en foco central de la presunta “epidemia de microcefalia”, ya se conocía que un alto porcentaje de niños nacían con un 40% menos de capacidad cerebral.

¿Eso no suena muy parecido al “nuevo brote” de microcefalia que ha recibido tanta publicidad a nivel mundial y que ha sido atribuido al virus Zika?

Sí, suena muy parecido. Microcefalia = niños que nacen con cabezas más pequeñas y daños cerebrales.


Durante décadas en el noreste de Brasil: un alto porcentaje de niños nacen con un 40% menos de capacidad cerebral.

Y recordemos: estos artículos que revelaban estos problemas cerebrales en los niños, ya se publicaron en 1993, 22 años antes de que el problema se achacara al Zika.

Viendo esto, uno podría concluir que quizás no está sucediendo nada nuevo en Brasil.

Ya existen registros de graves daños cerebrales en niños que han sido endémicos desde hace mucho tiempo.

Los investigadores allí, y la Organización Mundial de la Salud, son plenamente conscientes de ello. Por el momento, están usando el tema de portada del “virus Zika” para oscurecer la verdad. Para oscurecer las causas. Para ocultar a los criminales. 

Es lo de siempre.


Ahora proliferan y proliferarán mil y un presuntos estudios que presuntamente confirmarán que el terrible virus Zika es el causante de estos daños cerebrales y a la gente se le seguirá ocultando que este problema ya existía ahí desde hace décadas y que existen estudios y artículos que ya hablaron de ello hace muchos años.

Estudios que ni tan solo tenían en cuenta el uso masivo de pesticidas tóxicos, que científicamente, también se ha demostrado que están vinculados con la microcefalia, como se indicaba en el artículo VIRUS ZIKA: ¿OTRA ESTAFA GIGANTESCA?


No vamos a pedir, no obstante, que la gente deje de creer en la verdad oficial que establece al Zika como causante principal de todos estos males.

Que cada uno piense lo que quiera. Gente como Rappoport solo nos ofrece datos para tener una capacidad de juicio más amplia.

Pero a estas alturas hay tantos indicios que apuntan a que el asunto del Zika es una enorme manipulación, que negarse a considerarlos o al menos a tenerlos en cuenta, solo puede ser calificado como obstinación, miedo a desconfiar de la autoridad…o directamente estupidez.


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