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Las causas del problema de los refugiados


La gran noticia en Europa estos días es que los refugiados procedentes de Siria y de otros países como Afganistán y Libia, donde hay conflictos militares en los que las fuerzas armadas del Estado Islámico (ISIS) y/o de otros grupos musulmanes como Al Qaeda son considerados como enemigos por los Estados de la OTAN, incluyendo el de EEUU, el del Reino Unido, el de Francia, el de Alemania y el de España, entre otros. 

Esta noticia se centra en la necesidad de responder a las necesidades de estos refugiados, haciendo referencia a la importancia de los derechos humanos y a la solidaridad que supuestamente caracteriza a la Unión Europea.

 Léanse los discursos recientes del Presidente Hollande del gobierno francés o de la Sra. Merkel, canciller del gobierno alemán, y verán constantes referencia a la Unión Europea como el punto de referencia de la democracia y del apoyo a personas cuya dignidad y bienestar han sido vejados por conflictos o regímenes denunciables. 

Y un tanto parecido ocurre en los discursos sobre los refugiados que están realizando los dirigentes del gobierno español presidido por el Sr. Rajoy, uno de los gobiernos europeos más dóciles y serviles en la UE con la política exterior de EEUU y de los mayores poderes dentro de esta comunidad político-administrativa.

Y como es predecible, los mayores medios de información españoles proveen grandes cajas de resonancia a estos mensajes, encaminados a movilizar a la población a favor de la acogida a los refugiados. Ahora bien, estos mismos medios de información y persuasión mantienen un silencio ensordecedor sobre el origen del llamado problema de los refugiados. 

Y la causa de este silencio es, ni más ni menos, que los mismos gobiernos que están ahora pidiendo ayuda para los refugiados son los mismos (repito, los mismos) gobiernos que crearon las situaciones bélicas de las cuales los refugiados huyen. La situación es semejante a si la misma persona que asesina a los padres de unos niños, luego pidiera ayuda para los huérfanos que ha creado con su acto criminal. Y si no se lo cree, mire los datos (que raramente aparecen en tales medios).

¿Quién causó las crisis bélicas que provocaron el problema de los refugiados?

La primera nota que debe hacerse es que los mayores Estados que han apoyado a Al Qaeda y/o al ISIS (con armas, dinero y otros recursos) han sido –en períodos distintos- los Estados de EEUU, de Francia, de Arabia Saudí, de Qatar, de los países del Golfo y Turquía, así como de otros países de la OTAN (incluyendo España). 

Veamos los datos, comenzando con el apoyo del gobierno de EEUU (que se inició en 1979) a los fundamentalistas islámicos de Afganistán, incluyendo el dirigente de Al Qaeda, el Sr. Bin Laden, en su intento de luchar contra el comunismo, temerosos de que se estableciera un gobierno comunista en aquel país. Los datos están ahí para toda persona que quiera verlos.

Además de Afganistán, el Estado de EEUU, junto con otros países de la OTAN, ha proveído ayuda a los militantes fundamentalistas islamistas en Bosnia, Kosovo, Libia, el Cáucaso y Siria. En realidad, tal Estado jugó un papel esencial para el derrocamiento de los gobiernos laicos de Afganistán, Irak (con la ayuda de otros Estados, incluyendo el español) y Libia (también con la ayuda de otros Estados, incluyendo el español). Y ahora, el Estado de EEUU está intentando hacer lo mismo en Siria con el gobierno laico del Sr. Bashar Al-Asad. 

Cada uno de estos intentos, exitosos en el caso de Afganistán, Irak y Libia (y todavía pendiente en el caso de Siria), han creado millones de refugiados, siendo a la vez estas intervenciones la mayor causa del crecimiento de Al Qaeda y del ISIS. Nada menos que el Presidente Obama ha reconocido este hecho, al indicar que “el ISIS es una derivación de Al Qaeda, cuya expansión se debe a nuestra invasión de Irak (que se realizó con la ayuda del gobierno Aznar de España –nota mía añadida-). 

Ello es un caso claro de las consecuencias inesperadas e indeseadas de nuestras acciones (…) lo cual debería enseñarnos que tenemos que afinar mejor en nuestra visión de un problema antes de comenzar a bombardearlo” (citado en el artículo de William Blum “Are You Confused by the Middle East?”, publicado en ZCommunications, del cual extraigo gran parte de la información citada en este artículo).

Ni que decir tiene que cada uno de los dictadores laicos que estas intervenciones han intentado eliminar no eran santos de mi devoción. Ahora bien, el hecho de que fueran dictadores no es la causa de que fueran atacados por aquellos Estados supuestamente democráticos. Los Estados de EEUU y otros Estados miembros de la OTAN y de la UE han apoyado y continúan apoyando a algunos de los dictadores más impresentables que hoy existen en el mundo (incluyendo los regímenes feudales de Arabia Saudí y Qatar, promocionado este último, por cierto, a través de la camiseta del Barça, que solía ser “más que un equipo de fútbol”). 

La razón que ponía a estos dictadores en la lista de “enemigos” era que no eran sensibles a los intereses de los poderes de la OTAN y de la UE, que los agredían. En el caso de Siria, la hostilidad hacia el régimen de Asad parece deberse a su oposición a que se construya un oleoducto a través del territorio sirio que permita a las compañías extractoras de gas en Qatar alcanzar Europa, sustituyendo así la dependencia que Europa tiene del gas de Rusia en la obtención de dicho producto (citado en el artículo de William Blum). 

Y hoy todos ellos han sido sustituidos (excepto en Siria) por otros gobiernos, incluso peores, dando pie a la expansión del fundamentalismo musulmán y a que millones de personas estén huyendo de él, siendo una muestra de estas personas los refugiados que llegan a Europa.

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