WILLIAM SERAFINO Resumen Latinoamericano – El legado familiar y financiero de Leopoldo López devela un conjunto de conexiones tejidas en beneficio de grandes intereses corporativos y transnacionales.
La amplia red de ONGs, tanques de pensamiento y aparatos de espionaje que son utilizadas para filtrar financiamientos y recursos de todo tipo en función de desestabilizar a Venezuela, forman parte de una agenda mucho más grande enmarcada en el asedio financiero hacia Venezuela.
Leopoldo López es el empleado más importante que posee la gran banca estadounidense en el país con las mayores reservas de crudo del planeta.
Familia y contactos
Mientras la historia política venezolana se partía en dos en medio de la rebelión popular de 1989, Leopoldo López iniciaba por aquellos días sus estudios universitarios en la Kennedy School of Government de la Universidad de Harvard.
La reputación y fama internacional que recaba esta institución académica residen, principalmente, en la captación y formación exhaustiva de nuevos agentes de las instituciones de poder global, redes de inteligencia y de sus derivados pertenecientes al poder blando.
El general norteamericano David Patreus, director de la CIA hasta la última reelección de Barack Obama (2012) y uno de los principales promotores en la creación de una zona de ataque en conjunto con Turquía en el norte de Siria a través del general John Allen, dio clases y conferencias en esta institución con el objetivo de captar y capacitar empleados para la organización.
Leopoldo López despuntó rápido en el certamen y se llevó todos los aplausos.
Pero el desarrollo antipolítico de Leopoldo López no se debe a su talento natural nada más. Sin duda alguna recibió bastante apoyo de su tío, Thor Halvorssen Hellum, el cual aparte de ser el impulsor de la privatización de la Cantv mientras fue presidente de dicha institución durante el primer gobierno de Carlos Andrés Pérez, también participó como agente de la CIA llevando suministros militares y dinero en efectivo a la contrainsurgencia mercenaria contra Nicaragua y El Salvador.
La piromanía de los López Mendoza es genética, tanto así que el famoso caso del carro bomba que explotó en el C.C.C.T. en el año 1993, tuvo a Thor Harlvorssen Hellum como autor intelectual.
Es una cuestión de familia.
Herencia y negocios
Paradójicamente, el hijo de este terrorista y en consecuencia el primo hermano de Leopoldo López, Thor Harlvorssen Mendoza, fundó en el año 2005 una ONG conocida como Human Rights Foundation con el apoyo financiero de su padre.
La sede del aparato de inteligencia en cuestión tiene su sede en el principal centro financiero de la élite occidental: Nueva York.
Y fue precisamente en los pasillos de los edificios financieros de Nueva York donde Harlvorssen padre aprendió rápidamente cómo se batía el cobre de los negocios transnacionales.
Logró hacerse con los derechos comerciales de las multinacionales Duplon Tyres (automóviles y neumáticos), Ericcson (telecomunicaciones y equipos electrónicos) y British Cellophane (empaques y manufacturas de plástico), además de conseguir jugosas líneas de crédito internacional altamente especulativas para erigirse como un importante “empresario” de la construcción inmobiliaria, del ramo asegurador, de hoteles, casinos y clubes nocturnos.
En los años 80 y 90 el Estado venezolano asumiría estos despropósitos económicos como parte de la “deuda pública externa” del país.
Pero no todo es talento innato para endeudar y saquear hasta la médula a Venezuela. Ya el padre, el viejo Øystein Leonard Harlvorssen, siendo cónsul del Reino de Noruega en Venezuela en el año 1938, aprovechó sus enlaces financieros internacionales para consolidarse como el representante exclusivo de la transnacional General Motors en territorio venezolano.
Leopoldo López y Thor Harlvorssen Mendoza son los herederos directos de este amplio legado de saqueo financiero y de neocolonización económica en beneficio de intereses transnacionales, como lo es también el otro primo cercano, Lorenzo Mendoza.
Hacer el trabajo sucio para devolver a Venezuela a la oscuridad del neoliberalismo es el fin último de su existencia como familia. Beneficiarse como los simples empleados domésticos que son, la extensión pírrica de su intensa agonía lumpenburguesa.
El peine de la CIA
Ya ha sido ampliamente demostrado por otros investigadores y analistas que la ONG del primo de Leopoldo recibe financiamiento de la NED y de la Usaid, como también que ha participado en procesos de desestabilización de mediana y alta intensidad en países como Nicaragua, Bolivia, Ecuador y por supuesto Venezuela, más allá de entregarle el premio Milton Friedman a Yon Goicoechea o infiltrarse en universidades para captar estudiantes y profesores.
Pisar el peine sobre el financiamiento “casi exclusivo” de la CIA a estas organizaciones es totalmente conveniente para la agenda estadounidense, al quedar blindado (mediáticamente) su carácter “autónomo” con respecto al poder económico real y su inserción política en el asedio de espectro completo contra Venezuela.
La CIA cumple una función operativa en cuanto a otorgar los financiamientos para actividades desestabilizadoras, pero quien pone el dinero de origen es la gran banca estadounidense y las empresas transnacionales que añoran (y necesitan) expandir sus ganancias.
Es así como la Human Rights Foundation recibe financiamiento de las corporaciones financieras norteamericanas (Black Rock, Citigroup, Goldman Sachs, Bank Of America, JP Morgan, etc.) a través de tanques de pensamiento y grupos de presión que trabajan cabildeando y presionando por distintas vías a todos aquellos gobiernos que medio se distancien de Estados Unidos.
Los empleados del mes
Ejemplo de este financiamiento “indirecto” es la Atlas Economic Research Foundation, una de las principales agencias del lobby económico transnacional que tiene operaciones en más de 80 países del mundo (con un fuerte énfasis en Rusia, China y países latinoamericanos).
Armados con índices bursátiles sesgados y calificaciones de riesgo-país totalmente manipuladas, infunden temor sobre el futuro económico de los países buscando presionar a los gobiernos para que firmen Tratados de Libre Comercio o se adhieran a las conversaciones del Tisa (en inglés, Trade In Services Agreement) con el fin último de restarle áreas de influencia geofinanciera a Rusia y China.
Fundación Nacional para la Democracia y el Instituto Asia Central, quienes realizan actividades como grupos de presión en Rusia, China y sus alrededores, también son agencias tercerizadas del capital financiero estadounidense que a su vez le sueltan cobres a la ONG del primo de Leopoldo.
El famoso tanque de pensamiento venezolano Cedice trabaja de la mano con Human Rights Foundation. Ambas organizaciones se benefician y actúan como satélite venezolano y regional del Instituto Cato, donde trabaja el banquero prófugo de la justicia venezolana, Guillermo Zuloaga (familiar de María Corina Machado).
El Instituto Cato es una agencia exclusiva para el cabildeo institucional y legislativo de la poderosa familia Koch, asentada desde hace décadas como un fuerte factor oligopólico dentro del negocio petrolero, gasífero, químico, agroalimentario y financiero internacional, mediante sus importantes acciones en el principal fondo de inversiones estadounidense Black Rock.
Las ONGs y tanques de pensamiento que personifican en Venezuela la agenda financiera estadounidense a través de la mediatización política de Leopoldo López como “único líder de la democracia venezolana”, simplemente se encargan de pagarle bastante bien a economistas y reputados estudiosos del área para que, en foros y eventos internacionales sobre “la crisis en Venezuela”, convenzan a la opinión pública nacional e internacional de que es necesaria (y urgente) la liberación cambiaria y de precios, como también lo es el desmontaje de empresas públicas y todo aquello que tenga tufito a Estado, llámese Sistema de Misiones o Barrio Adentro.
Sólo bajo esas condiciones Citigroup, Goldman Sachs, Bank Of América, Black Rock y JP Morgan le dirán a las empresas norteamericanas que en Venezuela sí es posible saquear y especular con rendimientos superlativos.
El enemigo muestra la cara
Por tal motivo, a finales del año pasado, la banca estadounidense y sus calificadoras de riesgo decidieron dar un paso al frente en su propia agenda y boicotearle la imagen financiera a Venezuela aumentando las alarmas sobre un posible default, excediendo los pagos por intereses para el crédito internacional y esquivando dentro de sus balances los pagos oportunos de la deuda externa por parte del país. El presidente Maduro denunció esta campaña como parte de un bloqueo financiero.
Durante lo que va de año, los bancos estadounidenses antes mencionados han incrementado su participación directa en este sentido. Los empleados siempre serán necesarios para refrendar pronunciamientos y balances, pero el marcaje de expectativas de guerra económica, las inusitadas proyecciones inflacionarias y el ataque sistemático contra el Estado venezolano que realizan directamente estas corporaciones, tenderán a acelerarse puesto que su empleado doméstico más importante fue condenado a 13 años de prisión.
Ya el grupo financiero estadounidense, Jefferies and Company, el pasado día sábado dijo que Venezuela tenía un 70% de probabilidad de caer en default durante el año 2016.
Si bien Rusia y China no detienen sus ritmos de inversión en Venezuela por los desinformados manejos financieros de la banca estadounidense y sus calificadoras de riesgo, la aceleración exponencial del asedio financiero sí comporta una zancadilla que no se puede perder de vista.
La ley de Emergencia Internacional de Poderes Económicos de Estados Unidos, parte esencial del Decreto Obama, sigue activada y con ella todos los parapetos legales que versan sobre prohibiciones comerciales y financieras hacia las economías de los países que constituyen una “amenaza”.
No es algo para nada nuevo: a Nicaragua la bloquearon comercialmente en el año 1981 luego de que Reagan, el Pentágono y la banca estadounidense aceptaran que por la vía mercenaria (únicamente) no podía tumbar a Daniel Ortega. Ya en años anteriores, Nicaragua había sido declarada como una “amenaza inusual y extraordinaria” para la seguridad nacional de Estados Unidos.
A Irán, Rusia y Zimbabue también le han aplicado el ácido del bloqueo, sin que eso haya significado hambrunas o grandes calamidades sociales.
El complot financiero sólo se tradujo en bloqueos programados contra la internacionalización de negocios comerciales y la capacidad de obtener financiamiento en el extranjero, condiciones que, a su vez, han abierto la puerta para la creación de nuevas plataformas geofinancieras (Banco de Infraestructura de China, proyección de contratos petroleros en yuanes, nuevas rutas de la seda y proyectos comerciales de gran envergadura en Latinoamérica) alejadas del capital transnacional estadounidense.
En esas plataformas de inversión, Venezuela tiene un papel importante como pivote dentro del espectro económico regional. Por eso las redes de tanques de pensamiento y ONGs del aparataje financiero norteamericano atacan en simultáneo y con el mismo financiamiento a Venezuela, China y Rusia.
En tal sentido, la aceleración del asedio financiero después de la sentencia de Leopoldo López buscará repliegues financieros programados de empresas transnacionales que tienen actividades oligopólicas en Venezuela (Pfizer, Colgate, Procter & Gamble, Cargill, etc.) y de los agentes parasitarios que dependen de insumos y bienes de capital provenientes de Estados Unidos, al mismo tiempo que los alarmismos sobre el supuesto impago de deuda externa tratarán de afectar directamente la deuda venezolana promoviendo la venta desesperada de títulos de valor venezolanos en el extranjero. Activar de forma parcial y de facto el Decreto Obama.
Defenestrar la imagen financiera del país y presionar a países latinoamericanos también asediados por la banca estadounidense (Argentina, Brasil, Ecuador y Nicaragua) para que rectifiquen y degüellen sus convenios comerciales con Venezuela, es una arista importante dentro de los objetivos fundamentales de la agenda focalizada en la región.
Y en ese interín de extorsiones y chantajes financieros, uno que otro pronunciamiento a favor de Leopoldo López, por más timorato y guabinoso que sea, ayuda a formar grietas en organismos multilaterales de la región y a provocar factores disonantes en el apoyo político internacional a Venezuela.
El cierre fronterizo con Colombia y la sentencia proporcionada a Leopoldo López son medidas de alto impacto en el marco de la guerra transnacional contra Venezuela y los países latinoamericanos apegados a su fortaleza política y económica internacional. Si bien la banca estadounidense y las empresas transnacionales están calculando políticamente sus maniobras en función de las elecciones del 6D, la agenda financiera estadounidense antes descrita tiene un carácter temporal de mediano y largo plazo.
Leopoldo López fue el eterno empleado del mes de la banca estadounidense, hoy está tras las rejas por asesino. Es ahora cuando el patrón empezará a hablar sin intermediarios.
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