EE.UU. está creando laboratorios biológicos en la región ucraniana de Járkov, cerca de la frontera con Rusia, sostiene el periodista Alexandr Rogers. Según él, la misión de las instalaciones es diseñar armas bacteriológicas. El fenómeno, sostienen expertos, no es nuevo.
En la ciudad de Merefa, en la región de Járkov, se está construyendo un depósito para investigar y conservar patógenos animales extremadamente peligrosos, escribió el periodista ucraniano Alexandr Rogers en el portal ukraina.ru.
El proyecto es de la empresa estadounidense Black & Veatch Special Projects Corp. y lo está financiado el Departamento de Defensa de EE.UU., denunció.
En la propia ciudad de Járkov, situada a unos 30 kilómetros de la frontera con Rusia, se creó un laboratorio secreto, añade el periodista.
De acuerdo con sus datos, la instalación está situada en los sótanos del Instituto de Medicina Experimental Clínica y Veterinaria y todos sus empleados son extranjeros, mayormente estadounidenses.
"Encubierta bajo la apariencia de un laboratorio de investigación de patógenos de peligro extremo y la elaboración de vacunas, EE.UU. tiene planeado crear una base militar biológica", insiste Rogers.
La cadena Rossiya 24 decidió investigar qué hay de verdad en estas denuncias.
Averiguó que los planes de construir un depósito bacteriológico en Merefa empezaron hace años, pero se suspendieron temporalmente ante las protestas de los lugareños.
El proyectovolvió a arrancar tras el cambio del poder en Ucrania.
Según la información oficial que Black & Veatch presenta en su página web, la empresa cuenta con 10.000 empleados en más de 100 países del mundo.
Entre sus proyectos figuran los sistemas de control de armas nucleares, el monitoreo del sarcófago de la central de Chernóbyl y un laboratorio especial en la ciudad ucraniana de Odesa.
El centro científico de Odesa está operativo desde 1994. La misión que anuncia públicamente es monitorear los virus y hacer frente a los ataques de terroristas biológicos.
"EE.UU. controla desde hace mucho tiempo el monitoreo de la circulación y propagación de infecciones altamente peligrosas en Ucrania. Según especialistas, la red de centros científicos de este tipo en los países fronterizos con Rusia lleva creándose desde hace años y es financiada y controlada por empleados del Departamento de Defensa de EE.UU.", comentó a la cadena el exinspector sanitario jefe de Rusia, Guennadi Oníschenko.
También en Georgia existían laboratorios biológicos estadounidenses, aunque actualmente están cerrados, y siguen operando en los países bálticos. Cabe mencionar que Black & Veatch tiene una oficina representativa en la capital rusa y en 1994 abrió en Moscú un centro de investigación tecnológica.
Según los datos de Rossiya 24, el centro moscovita fue cerrado, tras operar varios años, por iniciativa de Rusia, y desde entonces la compañía desarrolla en el país solo un papel consultivo.
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