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Un bello estorbo para la CIA: Marilyn Monroe


Marilyn Monroe, cuyo nombre real era Norma Jean, fue víctima de un complot que culminó con su asesinato en la noche del 4 de agosto de 1962, en uno de los departamentos de huéspedes de un hotel situado en el número 12305 de Fifth Helena Drive en Los Ángeles.

 El cadáver de la actriz fue encontrado por Eunice Murray, quien fungía como su asistente y sirvienta y quien se encargó de llamar a la policía 4:25 de la madrugada del día 5, 8 horas después de su deceso. 

Sospechosamente, la Murray había ordenado la habitación, la que luego fue nuevamente desordenada, no encontrándose rastros de barbitúricos cerca del cadáver y Marilyn aún mantenía el teléfono en su mano derecha, aunque era zurda.

El delito de Marilyn fue, aparentemente, saber demasiado sobre las altas esferas del poder en Estados Unidos, muchos de los secretos que pudo haber escuchado en los momentos de romance que mantuvo con Robert Kennedy y su hermano, el presidente John Fitzgerald Kennedy, así como con Frank Sinatra y sus amigos de la Mafia.

Muchas son las versiones sobre quienes fueron sus reales victimarios, aunque su deceso haya sido reportado como un suicidio por parte de las autoridades, quienes vendieron a la prensa la idea del suicidio mediante la ingestión de 40 pastillas de Nembutal, un barbitúrico adictivo, y que su deceso era un suicidio confirmado.

En la larga lista de los sospechosos se han barajado tanto los hermanos Kennedy, el FBI, la Cosa Nostra, así como la propia CIA. Convertida en un asunto de seguridad nacional, fue espiada permanentemente por el Buró, por instrucciones directas de su jefe, J. Edgar Hoover, así como por la Agencia Central de Inteligencia.

Su sabida ignorancia de los entretelones en los que se movía la colocó como centro de sospechas en relación con la enfermiza persecución existe, en esos momentos, contra las fuerzas progresistas en su país y en el resto del mundo. Tal fue el caso de su encuentro en México con Frederick Vanderbilt Field, el cual reportado a Hoover, quien montó en cólera por la sospecha de que Marilyn hubiese destapado secretos conocidos por ella, a quien era sospechoso por sus actividades comunistas. En esa visita también se encontró con el guionista mexicano José Bolaños, también tildado de comunista por el FBI.


Hoy es evidente que Marilyn Monroe conoció tantos los planes de invasión a Playa Girón como varios planes de asesinato dirigidos contra el presidente cubano Fidel Castro. Una de las personas que pueden haber estado enteradas de los planes de invadir Cuba y matar a Castro era Marilyn Monroe, hechos plasmados en su diario personal, el cual ella no tenía reparo en mostrar a quienes consideraba sus amigos, tal como lo hizo con el periodista Robert Slatzer, en julio de 1962. La existencia de dicho diario siempre fue una preocupación para James Jesus Angleton, jefe de contraespionaje de la CIA, quien posiblemente lo hizo desaparecer.

El diario de Marilyn la condujo a la muerte y, sobre todo, su estúpida amenaza de usar toda la información que disponía en él, si sólo la consideraban "un pedazo de carne".

SOSPECHAS EN TORNO A SU MUERTE

La autopsia realizada al cuerpo de Marilyn, rotulado con la identificación número 81828, por el patólogo ayudante Thomas Noguchi, con escasa experiencia en el ramo, fue uno de los hechos sospechosos. Otro fue que el cadáver estaba arrinconado inicialmente en una funeraria privada, donde ya lo estaban embalsamando. Los análisis iniciales que se le hicieron al cuerpo de Marilyn Monroe arrojaron, empero, fundamentos que descartaban la hipótesis del suicidio. El cuerpo presentaba varios moretones indicativos de violencia en las muñecas y espalda, y carecía de rastros de barbitúricos en el estómago de la víctima, lo que descartaba el envenenamiento.

Por obra y gracia de los complotados, los resultados de los análisis desparecieron de las oficinas del juzgado. Lo mismo sucedió con sus órganos vitales, extraídos para ser analizados, para ser analizados, los que desparecieron de la morgue sin explicación alguna.

El proceso investigativo también fue anormal: sólo se interrogó al psiquiatra de la actriz, Ralph Greenson, y no fue bajo juramento. El galeno testificó que Marilyn había realizado anteriormente cuatro intentos de suicidio, aunque Greenson reconociera que la víctima no se había suicidado. La conclusión, como era de esperarse, carente de la profundidad requerida, concluyo que la muerte de Norma Jean fue producida por suicidio.

Se ignoró la presencia de Robert Kennedy en el lugar de los hechos, corroborado por varias personas, así como un reporte policial del agente Lynn Franklin, quien detuvo cerca de allí a un Mercedes oscuro, circulando a alta velocidad por Beverly Hills, dentro del cual se encontraban el actor Peter Lawford, cuñado de los Kennedy, así como el doctor Greenson y Robert Kennedy.

El detective que atendió el caso, Jack Clemmons, siempre seguro de que se encontró ante un homicidio, fue relevado del caso y trasladado a otra comisaría.

ESPIONAJE AL ACECHO

En realidad, en la muerte de Marilyn estuvo involucrada la mano de la CIA, la misma que estuviera detrás de los asesinatos posteriores de sus amantes John F Kennedy y su hermano Robert. También el ejecutor de la orden de la muerte de la actriz, el mafioso Sam Giancana, fue asesinado la noche del 19 de julio de 1975, cuando contaba con 67 años de edad y se dedicaba a freír salchichas en una sartén y fumaba un habano. Una bala calibre 22 en su nuca y otra en su boca, acabaron con su vida. Otros cinco disparos contra su rostro fueron un macabro regalo del sicario usado para eliminarlo físicamente.

Giancana había fraguado el plan de asesinato de Marilyn por órdenes de la CIA, usando para ello a dos de sus matones, Needles y Mugsy, en una confabulación siniestra en que los odios y recelos de la Cosa Nostra y de la Agencia estaban dirigidos a inculpar a Bobby Kennedy y vengarse de su hermano.

Marilyn Monroe tuvo acceso a información que involucró a la CIA, tanto sobre la frustrada invasión de Playa Girón en 1961, así como sobre otro plan similar que se planeaba ejecutar en junio de 1962, codificado por la CIA en un expediente con las siglas 6246, pero que no se realizó finalmente. No se descartó que la actriz supo de la existencia de misiles con cabezas nucleares en Cuba por parte de un acuerdo entre la Isla y la URSS, evento que conduciría a la llamada Crisis de Octubre.

No faltó quien involucró a la Monroe a la actividad de espionaje en el contexto de la guerra fría, tal como lo hizo la revista Weekly World News, el 29 de abril de 1997. La que aseguró que la actriz era agente soviética desde el año 1953. Según esta revista de corte sensacionalista, la chica dorada se había entrevistado con el mismo Nikita Sergéyevich Jrushchov, líder soviético, en once ocasiones.

Por otro lado, el FBI sospechó que la misma pasaba información a personas con supuestos vínculos con la URSS, como ya señalamos, sobre todo en su famosa visita a México entre el 20 de febrero y el 3 de marzo de 1962, en la que entrevistó con José Bolaños, sospechoso de trabajar para el FBI y la KGB al mismo tiempo, y con Frederick Vanderbilt Field, también reconocido en ese país como comunista.

Varias preguntas quedan sobre el tapete, sin lugar a dudas. ¿No habrá sido usada Marilyn Monroe como agente del FBI para espiar a los Kennedy, a sus amigos y a sus esposos: James Dougherty (1942-1946), Joe DiMaggio (1954) y Arthur Miller (1956-1961)? ¿No habrá sido ella misma una agente de la CIA y un peligro ulterior para la agencia, el cual debía ser eliminado?

La bella rubia, sex simbol en su época, murió asesinada sin lugar a dudas. Fue fruto de placer mundano para muchos hombres poderosos y centro de intrigas y complots. Fue usada por todos y eliminada cuando se convirtió en un peligroso estorbo.

Percy Francisco Alvarado Godoy

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