Tres agentes del Servicio Secreto norteamericano fueron enviados de nuevo a su país desde Ámsterdam poco antes de la llegada de Barack Obama a la ciudad holandesa el domingo.
Los miembros de seguridad fueron suspendidos administrativamente luego de que uno de ellos fuera descubierto "ebrio y casi inconsciente" en un pasillo del hotel. Los otros dos agentes fueron considerados cómplices porque no intervinieron pese a que estaban en posibilidad de asistirlo.
La denuncia presentada por el periódico estadounidense The Washington Post revela una vez más problemas de disciplina y conducta en los miembros de esta agencia. En abril del 2012, trece agentes estuvieron involucrados en un escándalo de prostitución en Cartagena, Colombia.
Luego de aquel escándalo la agencia puso en práctica reglas más estrictas respecto a la conducta de sus miembros, buscando curar su dañada imagen, incluyendo la designación de una nueva directora, Julia Pierson, en marzo del 2013. Curiosamente, Pierson, viajó a bordo del Air Force One con Obama al día siguiente.
Los agentes se encuentran con licencia administrativa hasta que las investigaciones concluyan, según el vocero oficial del Servicio Secreto, Ed Donovan, quien no brindó mayores detalles pero aclaró que la seguridad del presidente no se vio afectada por el incidente.
Los tres pertenecen al equipo CAT (Counter Assault Team, por sus siglas en inglés), un grupo antiasalto que acompaña la caravana presidencial.
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