Pablo Gonzalez

Militares yanquis consideran que la agresión a Siria es una payasada

De acuerdo a esta nota (a cuya maquinal-macarrónica traducción metí mano haciendo cierto aquella equivalencia de traductor/traidor), los militares estadounidenses piensan que el lanzamiento de todo tipo de misiles sobre Siria es un capricho de Obama y sus jefes civiles. 
 
Por supuesto, yo nunca diría "Pentágono" por "militares", ya que el Pentágono es el lugar dónde se articula el complejo militar industrial que impulsa la guerra, siendo enm esta tragedia Obama apenas un Tío Tom, un payaso siniestro. 
 
Acaso el título fomente una confusión deliberada, acaso no haya sido puesto por el autor. 
 
Hay que tener en cuenta que el Washington Post ha sido adquirido recientemente por un multimillonario contratista del Pentágono y se ha puesto muy belicista. 
 
Y que enta tragedia Obama es apenas un Tío Tom, un payaso siniestro.

Original:
The Washington Post 05/09/2013 http://www.washingtonpost.com/opinions/us-military-planners-dont-support-war-with-syria/2013/09/05/10a07114-15bb-11e3-be6e-dc6ae8a5b3a8_story.html

Una guerra que el Pentágono no quierePor Robert H. Scales (mayor retirado y ex comandante de la Escuela de Guerra del Ejército de EE.UU)

El video cuenta la historia. Vuelve a mirar la imagen del general de más rango, Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas y observa su lenguaje corporal durante el pasado martes en la audiencia sobre la crisis siria en la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado.
 
 Es obvio que no quiere esta guerra. Mientras el secretario John Kerry agita los brazos enfatizando su rabia por las atrocidades cometidas por Bashar al-Assad , Dempsey se mantuvo en completo silencio.

Ese silencio refleja la opinión de la mayoría de los jefes militares. No pretendo hablar en nombre de todos nuestros hombres y mujeres de uniforme.
 
 Pero comparto los sentimientos de las personas que dentro del Pentágono y en otros lugares hacen planes y desarrollan estrategias para evitar las guerras. 
 
Después de intercambios personales con decenas de militares en activo y en retiro en los últimos días, estoy seguro de que lo que diré a continuación representa su abrumadora opinión mayoritaria acerca de los acontecimientos que están empujando a los Estados Unidos a embarcarse en una nueva guerra.

Están avergozados de que se los vincule con el amateurismo de los intentos del gobierno de Obama por elaborar algún plan que tenga sentido estratégico. 
 
Dicen que nadie en la Casa Blanca tiene alguna experiencia en guerras ni entiende su dinámica.
 
Y añaden que al menos hasta ahora la ruta escogida viola todos los principios de la guerra, comenzando por el elemento de sorpresa, alcanzar una masa crítica y tener un objetivo claramente definido y obtenible.

Sienten animadversión por la hipocresía de una ofensiva mediática que advierte contra el regreso del hitlerismo y aduce que el motivo dado para arriesgar vidas estadounidenses es la "responsabilidad de proteger" a los inocentes del mundo. 
 
Porque los amos civiles de los militares admiten en privado que la acción pleaneada no está motivada por amenazas sistémicas a la seguridad de Estados Unidos, sino por remordimientos por no haber impedido matanzas en Ruanda, Sudán y Kosovo.

Están indignados por el hecho de que se arriesguenr vidas estadounidenses para compensar la inacción ante pasadas "líneas rojas" con el único objetivo perceptible de restaurar la reputación de un presidente. 
 
Argumentan que matar sirios no hará que amengüe la determinación de Irán de confrontar.

El pueblo lamenta que no se escuche a nuestros veteranos, que se se enorgullecen de sus luchas dentro de coaliciones con aliados que comparten nuestros objetivos estratégicos. 
 
Esta guerra, sin embargo, será sólo nuestra.

Los veteranos están cansados de los bisoños enamorados de la tentación de la guerra a distancia, sin derramamiento de sangre. de la máquina sin sangre. "Mirá", me dijo uno, "si se quiere poner fin a esta situación, hay que enviar tropas y derrotar al ejército sirio, no atacarlos a distancia y después dejarlos en paz". Pero a la vez advierten que Siria no es Libia o Serbia.
 
 Tal vez, razonan, los Estados Unidos se han acostumbrado a luchar contra ejércitos de tercera categoría. Pero los israelíes aprendieron en 1973 (guerra de Yom Kippu) que los sirios son "asesinos difíciles y mezquinoa sin nada que perder".

Nuestros militares toman en serie su juramento de defender la autoridad constitucional de sus jefes civiles. Saben que los Estados Unidos es la única democracia liberal que nunca ha sido gobernada por sus fuerzas armadas. Pero también saben de qué va la guerra y se resienten de que sus jefes civiles los quieran embarcar en una guerra en la que ni ellos ni sus familiares sufrirán en lo más mínimo.

El control civil de las fuerzas armadas no significa que los civiles no deben escuchar a los militares experimentados. El presidente militar más respetado fue Dwight Eisenhower, que tuvo el coraje de decir no a los belicistas ocho veces durante su presidencia, puso fin a la Guerra de Corea y se negó a ayudar a los franceses en Indochina. 
 
Le dijo que no incluso a sus viejos amigos de la Segunda Guerra cuando Gran Bretaña y Francia exigieron la participación de Estados Unidos en la captura del Canal de Suez. Y resistió a los demócratas liberales que querían ayudar al recién formado gobierno de Vietnam del Sur. Todos sabemos lo que ocurrió después, cuando el sycesor de Eisenhower ignoró su consejo: mi generaciónfue a la guerra.

En los últimos días, las opiniones de los funcionarios que confiaron en mi están cambiando, pues su indignación va decreciendo. Un oficial me dijo: "¡Al diablo con ellos. Si este tipo (Obama) quiere la guerra, que la tenga. Parece que de todos modos nadie va a salir herido".

Pronto los militares le harán la venia al lanzamiento de cientos de misiles de crucero que mataran a unos cuantos de los que decimos desear proteger.
 
 Los lanzarán con toda la profesionalidad y habilidad que esperamos de ellos. Ojalá Kerry ser tomase un momento para ver el video de las audiencias de esta semana antes de ir a la guerra.

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