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El bloqueo de Cuba: crimen y fracaso

No existe una recuperación real en EE.UU.


Oscar-René Vargas...
Especial para Carta Bodán...

El panorama mundial no luce nada alentador.

La sólo lectura de los periódicos nacionales y de otros países refleja esa situación. 

Estados Unidos aún no se recupera de la crisis económica, derivada de la debacle hipotecaria y financiera; la Unión Europea atraviesa por su peor momento desde el nacimiento de la Eurozona en 1999, que asumió la moneda única; los volcanes políticos-sociales del Medio Oriente comenzaron a registrar erupciones que se llevan de paso a sus antiguos regímenes; mientras Japón, uno de los tigres del Asia, está tratando de manejar el lamentable desastre consecuencia de los frecuentes movimientos telúricos en la zona. 

Existen tres características que se encuentran en los casos japonés, británico y estadounidense: Endeudamientos y con extraordinarios déficits públicos, recesión y ausencia de liderazgo político creíble (es decir competente y que disponga de medios de actuar).

Es un cóctel explosivo para los semestres venideros. La Eurozona está sometida a un gran estrés interno a causa de la implementación de su sistema de protección financiera y presupuestaria. 

La ausencia de liderazgo político que la caracteriza genera tensiones peligrosas en la opinión pública europea porque no se da ninguna explicación clara a las decisiones tomadas y menos aún sobre el camino a seguir.

No existe una recuperación real en Estados Unidos. 

Lo que pasa es que el gobierno está gastando sumas descomunales de dinero y aquellos que lo reciben parecen mejorar, pero la situación general es mucho peor. 

La economía norteamericana jamás ha salido de la depresión en la que entró en 2008, a pesar de la inyección de millones de millones de dólares como, por otra parte, lo sabe la inmensa mayoría de los estadounidenses. El 80% de los estadounidenses creen que la economía va mal. 

Los niveles de deuda no hacen más que crecer y la situación empeorará de aquí a un tiempo. 

En los próximos años, va a haber problemas con algunas ciudades y estados de Estados Unidos.

Algunas de ellas ya están en quiebra pero no se ha puesto de manifiesto porque el gobierno federal ha estado costeando parte de los gastos, aunque eso no puede sostenerse a medio plazo. 

Por estas condiciones internas el dólar perderá su estatus como divisa internacional predominante. 

Dólar, principal amenaza para el mundo

A nivel internacional, los Bancos Centrales han estado volviendo al oro, pero lanzando aún más dólares al mercado, lo que augura obvias dificultades para su recuperación rápida. 

Lo esencial de las compras de plata o de oro) está alimentado por el temor de que las divisas-papel y el dólar, en particular, se desvaloricen fuertemente en un futuro cercano. 

Los años de solidez de la divisa-dólar se sustentaron en la potencialidad económica y militar de Estados Unidos. 

Pero desde la guerra de Vietnam hasta la de Irak, esta última con un costo diario de US$300 millones de dólares, Washington ha llegado a un punto en que la confianza en su moneda comienza a resquebrajarse. 

Muchos economistas piensan que el fin de Quantitative Easing 2, representa el fin de una época, en la que el "dólar era la divisa de Estados Unidos y el problema del resto del mundo". 

A partir de julio de 2011, el dólar se constituye en la principal amenaza para el mundo y en el problema crucial de Estados Unidos.

La sociedad de análisis económico Fathom calculó que los principales cuatro bancos centrales mundiales (FED, Banco Central Europeo, Banco de Japón y Banco de Inglaterra) habían inyectado directamente US$5.0 millones de millones de dólares a la economía mundial en el curso de los años 2008-2010 (esto no incluye las recientes inmensas inyecciones japonesas post-catástrofe, ni todas las medidas de garantías de todo género que acompañaron estas medidas).

Esto representa cerca del 10% del PIB mundial con el resultado que ya se conoce: Un endeudamiento público gigantesco, un endeudamiento privado que realmente no ha disminuido y economías que apenas progresan o que están nuevamente en recesión.

Lastrado por el desajuste de la actividad económica que provocó el terremoto del once de marzo de 2011, Japón entró en recesión durante el primer trimestre con una profunda caída del 3,7% de su Producto Interior Bruto (PIB) respecto al mismo periodo del pasado año 2010. 

La tercera economía mundial se contrajo un 0.9% respecto al anterior trimestre. 

Fue el segundo trimestre consecutivo en que la economía nipona suma un crecimiento negativo, lo que equivale técnicamente a una recesión, situación que este país no vivía desde marzo de 2009. 

Los datos divulgados muestran que tanto el gasto de los consumidores, que supone el 60% del PIB, como la inversión empresarial registraron caídas. 

El gasto de capital de las empresas japonesas cayó un 0.9% por primera vez en seis trimestres, mientras el consumo privado retrocedió un 0.6%.

Europeos con serios problemas económicos 

Al mismo tiempo, los europeos tienen serios problemas económicos y políticos, en parte porque algunos países han gastado de forma desmesurada y ahora esos problemas se han vuelto en su contra. 

Muchos países europeos que necesitan ser rescatados, desde Portugal a España pasando por Bélgica o el Reino Unido. 

Estos países han gastado en exceso y más tarde o más temprano alguien tendrá que costear la factura. En los compromisos de Grecia, Portugal o Irlanda ninguno se comprometen a reducir su deuda sino a que ésta no siga creciendo.

De aquí a tres o cinco años estos países tendrán una mayor deuda y la situación va a ser mucho peor.

Si Grecia quiere cumplir con sus objetivos de déficit tendrá que acometer aún más recortes.

Si Irlanda quiere superar la crisis de deuda que atraviesa necesita encarecidamente recibir más dinero del rescate europeo. 

El goteo de malas noticias se añade a las dudas sobre la capacidad de Grecia de esquivar una reestructuración de su deuda. 

Los problemas de deuda de los países periféricos de la Unión Europea vuelven a estar en primera línea.

El foco, pues, vuelve a ser Grecia al ser calificada la deuda griega como equivalente a un bono basura. 

La idea de un segundo plan de rescate para Atenas o de una reestructuración de la deuda helena sobrevuela los despachos de los ministros de Economía de la eurozona. 

De fondo late el temor de que los problemas de Atenas acaben reverberando en Dublín y Lisboa. Lo razonable es pensar que lo que ahora ocurre en Grecia acabará pasando en Irlanda y Portugal. 

El efecto bola de nieve llegó hasta las Bolsas, con pérdidas generalizadas en toda Europa y más pronunciadas en España. 

La suerte sobre Grecia ya está echada, el FMI, el Banco Central Europeo (BCE) y la Comisión Europea pidieron a las autoridades de Atenas radicalizar sus reformas para poder otorgar líneas de créditos frescas.

Crisis no calma ataques especulativos

A principios del 2010 empezó a surgir tensión por la situación económica en Portugal.

La crisis desatada en la zona euro, primero en Grecia y después en Irlanda, parece no haber calmado los ataques especulativos sobre la situación financiera en Europa y dio lugar a contradicciones y descontentos, pero ha pegado fuerte en los países europeos más débiles, y Portugal no logró sostener su economía y colapsó. 

El presidente del Banco Central Europeo, Jean- Claude Trichet afirmó que la crisis financiera de la Unión Europea no ha terminado y que el ambiente económico es aún difícil.

El primer país de la zona euro con problemas derivados de la crisis financiera internacional fue Grecia, agudizado por el falseamiento de las cuentas públicas y por los problemas estructurales del país. El rescate se aprobó formalmente en 2010. 

El problema de Grecia es tener una deuda pública tan elevada (142,8% del PIB), el pago de los intereses de la misma, unido a la crisis económica con tasa crecimiento negativa del PIB del -4,5% en 2010, lo que dificulta alcanzar el objetivo de reducir el déficit público, aunque en 2010 lo ha reducido desde el 15,4% al 10,5% del PIB. Grecia se encuentra en una recesión profunda: 

La economía se contrajo, en el primer trimestre de 2011, con una tasa negativa de -3.0%. 

Desde enero de 2011, las jubilaciones fueron reducidas en un 20% y los salarios un 15%, además de la eliminación de todas las bonificaciones sociales.

La deuda pública griega, que antes de la declaración de la crisis se estimaba entre el 85% y el 110% del PIB de Grecia, ha atravesado alegremente la barrera del 140%. 

El truco de aumentar la deuda mientras se podan los gastos es la consecuencia de la subida enorme de la tasas de interés que paga el Estado: 

El bono del Tesoro griego a dos años "rinde" el 25,5% de interés anual (último registro), lo que equivale a un "riesgo-país" de 1.200 puntos cuando se lo compara con un bono alemán, que cuesta 3,5%; el bono a diez años promete un 15,5%, lo que no deja de representar un “riesgo” sobre el similar germano.

La prima de riesgo de un país se mide con el diferencial entre el bono nacional a diez años y el alemán del mismo plazo, el riesgo país de Grecia es de 1.200 puntos básicos, 700 puntos de Irlanda, y 560 puntos de Portugal.


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