Pablo Gonzalez

Nicaragua: Álvaro Montoya Lara


El 14 de julio de 1979, se produjo la heroica muerte de Álvaro Montoya Lara en Ostayo, Rivas cuando a la cabeza de una columna de la Organización Militar del Pueblo (OMP), pretendían desalojar de sus posiciones a una agrupación de las fuerzas élites de la EBBI.
Al momento de su caída, Álvaro o como le llamaban” El Compadrito” era miembro de la comisión política del Partido Socialista Nicaragüense (PSN) y Comandante en Jefe de la OMP brazo militar de este Partido. 

Nacido en León donde realizó sus estudios primarios, que por esos años era un escenario agitado por los sucesos políticos que estremecían a toda la nación, hechos como la ejecución de Somoza en 1956 así lo demostraban.

 Estudiaba en secundaria cuando se dieron los sucesos sangrientos de julio de 1959, conocido como el día de los Estudiantes. 

Un espíritu inquieto y con muy temprana capacidad de observación, no podía permanecer al margen de los acontecimientos, de esta manera. Inició su participación política organizada en el año de 1960 en Juventud Patriótica Nicaragüense (JPN), en donde además de destacarse, confluyó con otros jóvenes opositores revolucionarios y cuadros del PSN. 

Fue clave su encuentro con el dirigente socialista Rigoberto Palma para que adquiriera simpatía y adhesión a las ideas marxistas y en 1962 pasó a ser militante del Partido, convirtiéndose en uno de los principales cuadros juveniles de esta organización en su ciudad natal. 

Fue en ese mismo año, en que, como parte de una alianza Política con el naciente Frente Sandinista, participa con otros jóvenes socialistas, en el comando militar dirigido por Jorge Navarro, que se tomó las instalaciones de Radio Mundial para denunciar en una proclama la conspiración que realizaban los cancilleres de la OEA en San José Costa Rica, contra Cuba Socialista.

 Entre los años de 1963 y 1964 realiza estudios de capacitación política en la Escuela de Cuadros de Moscú en la URSS. 

A su retorno se integra a la Comisión Nacional de Cultura y preparación Política del Partido, pero además a los trabajos que llevarían a la formación del brazo armado del Partido que años después tomaría el nombre de Fuerzas Armadas Revolucionarias de Nicaragua (FARN). 

En el Partido asciende a niveles de responsabilidad hasta ser miembro del Comité Central en el año de 1966.Le correspondió a su vez, representa en distintos eventos internacionales al Partido y desde entonces asumió el cuerpo de dirección del órgano clandestino del PSN “Orientación Popular”. 

En 1968 corona su carrera en periodismo al mismo tiempo que se involucraba en la creación de las redes de las FARN, con los compañeros Nicolás Arrieta, Jacinto Baca, Abdul Sirker, César Cortés Téllez y otros. 

Debe de recordarse que en ese mismo año el aparato militar, inició sus actividades clandestinas. En 1969, tras el secuestro del terrateniente Aquileo Venerio, se dio una implacable persecución en su contra, por parte de la OSN, logrando evadirla en medio de la clandestinidad, situación, en la que se sumergió en esos días, hasta el año siguiente. 

Por estos años, como parte de la Comisión Especial (Militar) del Partido, impulsó tanto relaciones con cuadros del FSLN, así como la preparación militar y clandestina de cuadros y militantes del Partido, en los territorios, lo que le llevó a tener diferencias con los sectores conservadores que ya proyectaban sus posiciones en el seno del Partido. 

Posteriormente logró obtener consenso, para que un grupo de compañeros saliera a preparase militarmente en el Campo Socialista. En noviembre de 1973, en medio de una aparatosa movilización fue capturado por la OSN y bárbaramente torturado en la Loma de Tiscapa, con el objeto de que revelara la actividad militar del Partido y sus vínculos con el FSLN resistió de forma estoica y valiente las torturas sin que revelara ninguna de sus actividades al enemigo, siendo condenado a 6 meses de cárcel. 

En este mismo año es electo Miembro de la Comisión Política del Partido, por parte del X congreso del Partido. 

Al salir de la cárcel, incorporado a la actividad partidaria se les asignó la responsabilidad junto a otros compañeros, de incorporarse al creciente movimiento opositor siendo uno de los suscriptores del llamado “Documento de los 27” previo a la creación de la alianza opositora UDEL fundada en diciembre de 1974. 

En 1976 tras haber permanecido casi un año en los distintos países del Campo Socialista se incorpora en junio de este año al proceso de discusión interna del Partido, que conllevó a la división del PSN en dos fracciones en 1977: la revolucionaria encabezada por el Dr. Julio Briceño Dávila y la reformista encabezada por Luis Sánchez.

 Ratificado en este año como miembro de la Comisión Política y se le encomendó la creación del necesario brazo armado, que requerían las condiciones políticas del país. De esta manera surgió la mencionada OMP, que involucraba a la militancia joven del Partido y a la Juventud Socialista Nicaragüense (JSN) en todos los territorios. 

Desde fines de 1978, se trasladó al exterior, permaneciendo en Costa Rica, Panamá y en Cuba coordinando las actividades militares del Partido, logrando sacar dos contingentes que ya entrenados, se incorporarían al interior de Nicaragua a lo largo de 1979, para reproducir sus conocimientos en las redes partidarias. 

Desde Cuba se trasladó a Costa Rica en los días previos a la insurrección final, para coordinar acciones con las tendencias del FSLN y las relaciones del Partido con otras organizaciones. De igual manera, concentraba a un grupo de compañeros que se incorporando al Frente Sur Benjamín Zeledón. 

A la cabeza del segundo contingente se dirigió a la frontera con Nicaragua a mediados de junio participando en distintas acciones combativas con los internacionalistas y sucedió lo que ya mencionamos. 

El día 14 de julio, a la cabeza de un pelotón de combatientes de la OMP, en medio de una acción temeraria, como era la de avanzar desde una llanura, hacia una elevación controlada por las fuerzas de la EEBI, que en medio del hostigamiento de días anteriores no estaban descuidadas. 

Pero antes de lograr su cometido, una lluvia de granadas de mortero y fusilería cayó sobre el grupo que no tuvo ninguna oportunidad de defenderse. 

De este modo murió físicamente el legendario Comandante de la Organización Militar del Pueblo, quien puso la dignidad de los combatientes comunistas en primer plano a costa de su propia vida. 

Murió también el periodista revolucionario, cuya pluma estuvo al servicio de la clase obrera y campesina y de los oprimidos en general. 

Tras el triunfo revolucionario, una comisión del Partido acompañada por uno de los sobrevivientes (el joven militante Luis Casanova Fuertes) extrajo los restos del camarada para llevarlos a León, ciudad que le vio nacer y le brindó un cálido reconocimiento revolucionario. 

A su muerte dejó en la orfandad a sus tres hijos Álvaro, Vilma y Gabriela. Ellos perdieron a un padre y Nicaragua perdía a uno de los más prominentes luchadores por la democracia la Liberación Nacional y el Socialismo.

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