La decisión del presidente de Rusia, Vladímir Putin, de lanzar una operación militar en Donbás obedece a las constantes violaciones que Ucrania ejerció en contra de los Acuerdos de Minsk y a los derechos humanos de los rusos étnicos de la zona, asegura Ana Teresa Gutiérrez del Cid, internacionalista mexicana.
El ambiente militar en la región de Donbás, al este de Ucrania, no es algo nuevo. La zona, desde hace años, se encuentra asediada por las tropas de dicho país que han emprendido medidas contra los habitantes del este de Ucrania, en donde la mayor parte de la población es rusoparlante.
Donbás, en donde se encuentran las Repúblicas Populares de Donetsk y Lugansk, recientemente reconocidas por Rusia, libra desde hace ocho años una guerra de baja intensidad que ha dejado en este lapso de tiempo alrededor de 15.000 civiles muertos, explica en entrevista con Sputnik Gutiérrez del Cid.
La guerra interna ucraniana se configuró, señala la experta, gracias a la ayuda de los países occidentales, principalmente Estados Unidos, que derivó en un golpe de Estado en 2014 producido en Kiev y desde entonces no cesa el conflicto entre el Gobierno central y los dos territorios.
"Esto subió a la gente más nacionalista, negativamente hablando incluso pronazi y que tienen una historia, de hecho, desde la Segunda Guerra Mundial (...)
En Ucrania hay neonazis y esto no se dice en Occidente. A partir del golpe de Estado los neonazis comenzaron a amenazar a los rusos étnicos ucranianos que viven en Donbás", señala la experta en entrevista con Sputnik.
Ante las constantes violaciones de los Acuerdos de Minsk y situación que se vive en la zona, la decisión del presidente de Rusia, Vladímir Putin, llega en medio de alertas enviadas por Moscú que fueron ignoradas y un Gobierno que atenta contra su propia población, asevera Del Cid.
"Ocho años el conflicto permaneció en guerra de baja intensidad, matando civiles, sin ninguna razón, pero además amenazando con lemas neonazis (...) Rusia tuvo mucha paciencia porque fueron ocho años los que espero que los medios diplomáticos actuaran y se evitara un conflicto bélico", sentencia.
Para la experta, la decisión de Vladímir Putin no es un llamado a la invasión ni a una guerra, sino que es un intento de proteger a los habitantes civiles de Donbás.
Sobre las sanciones que se impondrán a Rusia y entre las cuales destaca el freno de las operaciones del gasoducto Nord Stream 2, la internacionalista indica que esto podría afectar más a Alemania, y a Europa en general, que a Rusia, pues este país podría tiene la opción de expandir su mercado petrolero a Asia.
"Aquí lo que está sucediendo es la competencia por la hegemonía mundial que Estados Unidos no quiere dejar y esta sacrificando incluso a los europeos en general porque hay una escasez de gas", aseveró.
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