Es innegable que Hugo Torres fue un buen combatiente durante estuvo en las filas del FSLN. Es que en el Frente Sandinista que fundó Carlos Fonseca no se podía militar si no se tenía la voluntad y decisión de someterse a una disciplina férrea y de cultivar elevados valores y principios que permitieran asumir todas las tareas que demandaba la lucha, hasta entregar la vida si era necesario.
Así eran los hombres y mujeres que ingresaban al FSLN. No había de otra. Naturalmente que hubo excepciones que confirman la regla.
Pero los seres humanos cambian, más cuando no se posee una ideología revolucionaria científica.
Si asumimos como cierta la máxima de que el hombre piensa como vive, el modo de vida adquirido al amparo de la revolución los condujo a asumirse y comportarse como la nueva élite. Y de allí a cambiar de condición y posición de clase no hay más que un paso.
Cambian los intereses, cambian los objetivos de vida y naturalmente cambia también la posición política. Los sueños y aspiraciones ya no son los mismas que cuando eran jóvenes.
Ya no se ve al imperialismo como el enemigo fundamental a derrotar si no que se sataniza a quien se opone férreamente a la política exterior de los Estados Unidos.
Y así Hugo dejó de ser antimperialista y pasó también a ser anticubano y se puso al servicio de Estados Unidos. En una ocasión declaró que Nicaragua pertenecía al selecto club de mafiosos que integraban Cuba y Venezuela. Increíble.
De allí para adelante no hubo marcha atrás y tristemente Hugo se alió con Estados Unidos y con la oligarquía local y puso al servicio de los gringos y en contra de nuestro pueblo, los conocimientos y la experiencia adquirida en el FSLN, con un saldo sangriento de muerte, destrucción y dolor.
Esto no lo dicen quienes hoy corren a agarrar cámara y su minutito de fama a costa del triste final de quien pudo formar fila con los grandes héroes de la patria pero no fue así por decisión propia, por haberse aliado con esos que hoy se lucran de su muerte.
Lamentablemente el periodismo mercenario, que pulula en las cloacas del imperio y vive de los jugosos financiamientos a su pluma venal, más algunos oportunistas - falsos izquierdistas, vividores, corruptos- tienen que recurrir a la mentira, a la calumnia, a la tergiversación y falsificación de los hechos como último y desesperado recurso para intentar desacreditar al gobierno y conseguir un apoyo popular que nunca les llegó.
Por eso su visión de los hechos y coyunturas es parcial y mal intencionada
Y en ese afán juegan y manosean a sus muertos. No los respetan. Falsifican sus momentos finales. Los usan y manipulan, todo con el pervertido fin de mantenerse a flote políticamente para seguir siendo tomados en cuenta como fichas del imperio.
Fichas con una falta de credibilidad pavorosa y todos formando fila con la derecha internacional más reaccionaria y proimperialista.
Algunos odiados y repudiados por una parte de la población por su utilización de la guerra para enriquecerse de la forma más abyecta y la mayoría con una proyección política casi nula, más una enorme falta del sentido de oportunidad para saber la actitud política que cada circunstancia demanda.
Porque el momento debería ser de respeto, de rogar por su eterno descanso, de ofrecer consuelo a sus familiares en lugar de correr a rociar veneno y de aprovechar para abanicarse con méritos ajenos que ellos nunca tuvieron, porque jamás se expusieron al peligro.
Estos oportunistas que nunca han sido opción para el pueblo porque jamás trabajaron entre las masas y desde siempre se alinearon con las élites, también aprovechan este momento para intentar seguir siendo útiles al imperio y para que la gente se acuerde que todavía existen.
Margine Gutiérrez