Pablo Gonzalez

Ana Belén: Una mujer que supo entender y defender las razones de la cuba antimperialistas



Estaba congelada la verdad, más deshielo no altera la condena de Ana Belén Montes.

Una mujer que apoyó la causa de Cuba por moral, por convicción, por principios , por humanidad.

La Guerrera Ana Belén Montes es una amiga de Cuba. 

El próximo 28 de febrero cumple 63 años de edad, encerrada en una celda de máxima seguridad de una prisión en Fort Worth (Texas) reservada a las criminales más peligrosas y con enfermedades mentales. 

Americana de padres puertorriqueños, Montes llegó trabajando como agente doble para Cuba a lo más alto de la inteligencia del Pentágono.

 Era la gran experta en secretos militares cubanos. En las catacumbas del espionaje la conocían como La Reina de Cuba. Pero tras 17 años apoyando la causa cubana, fue detenida en 2001 

En 2016 trascendió por medio de un familiar de Ana Belén Montes, que durante su estancia en prisión, se le había detectado cáncer de mama y había sido operada. Condenada a 25 años de cárcel después de declararse culpable en un juicio en 2002 en el que afirmó que se había sentido “moralmente obligada” a defender a Cuba de la política “cruel” de EE UU, su puesta en libertad está fechada para 2023, cuando cumpliría 66 años. Sus apoyos se reducen a pequeños grupos de solidaridad que piden su liberación.

En Cuba, funcionarios cubanos se interesaron por ella en una reunión con EE UU. Un par de meses antes el cantante Silvio Rodríguez había pedido en un concierto en España que la dejasen libre, además, dio un concierto en Cuba en el que el maestro de ceremonias reivindicó su causa, y Mariela Castro, hija de Raúl Castro, posteó en Facebook una nota de la Agencia Bolivariana de Prensa que refería con vaguedad que desde Cuba “comenzó la campaña por su liberación”.

Ana Belén Montes es una HEROÍNA .

Ella, es considera la agente cubana que más a fondo se adentró en la inteligencia de EE UU. 

Fue reclutada en1984, adiestrada y se mantuvo con ella una conexión ultrasecreta en la que Montes era de día la perfecta analista del Pentágono y de noche reportaba a la isla por onda corta sin tocar un papel en su oficina, releyendo y grabando información en su prodigiosa memoria. 

Al tiempo que ascendía desde un puesto inicial de mecanógrafa la escalera de los organismos de inteligencia y recibía condecoraciones, hasta una entregada en persona por un director de la CIA, Montes, nacida en una base militar de EE UU en Alemania, hija de un psiquiatra del Ejército, con dos hermanos en el FBI y un exnovio en el Pentágono, revelaba los secretos del enemigo, como la identidad de cuatro espías americanos que se habían infiltrado en Cuba o puntos operativos de EE UU en Centroamérica. Todo ello sin recibir dinero y, confesaría ante el juez, por “amor al vecino”.

El exanalista de la CIA Brian Latell, que llegó a trabajar con ella, la recuerda como una persona de carácter “agrio” y “dispuesta a jugarse la vida por amor a Fidel Castro y su revolución”. 

El experto en política exterior de EE UU Piero Gleijeses fue su profesor en los años ochenta cuando Montes hizo un máster en estudios internacionales en la Universidad Johns Hopkins. 

La recuerda como una estudiante "brillante" y con fama en el aula de ser "muy conservadora". Gleijeses volvió a tener noticia de ella en los noventa cuando ya trabajaba para el Pentágono.

 La agente doble lo visitó con el pretexto de charlar sobre un estudio del académico sobre Cuba y Argelia, pero al presentarse en su despacho le reconoció que lo que le interesaba era conocer su opinión sobre la realidad cubana en aquel momento. 

Hace unos años, en una carta a una familiar, la Reina de Cuba escribió desde su depresivo encierro: “Hay ciertas cosas en la vida por las que merece la pena ir a la cárcel. O por las que merece la pena suicidarse después de hacerlas”.

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