La decadencia moral de las potencias colonialistas ha llegado a límites en los que nada les importa con tal de mantener su hegemonía en el mundo.
Al ejercer su militancia, el revolucionario debe tener siempre en cuenta las medidas de seguridad. Estas deben ser parte inseparable de su trabajo revolucionario.
Sin embargo habrá quienes dirán que vivimos en un tiempo en el que pensar en medidas de seguridad es un tema de ortodoxos trasnochados.
A eso respondo que en efecto los tiempos han cambiado y hay espacios de participación democrática en todo el continente, pero la derecha es la misma, su esencia es la misma, sus intereses son los mismos, y sus razones y maneras de actuar no han cambiado.
El tiempo en que vivimos es de lucha a muerte entre dos visiones de la sociedad.
El militante revolucionario debe tener presente que los combates que se libran pueden ser los decisivos, y preparase para ellos. Estados Unidos para resolver la crisis económica provocada por el modelo económico capitalista está imponiendo la guerra a los pueblos que poseen recursos naturales que ellos necesitan para seguir siendo la potencia hegemónica mundial.
Pero además los Estados Unidos están perdiendo su hegemonía en América Latina y por eso están llevando a cabo una guerra sorda que les permita seguir apropiándose de sus recursos naturales. La guerra no es algo deseable, por los horrores que ésta significa, pero resulta que la guerra siempre le es impuesta a los pueblos, cuando estos luchan para lograr la paz y la justicia social.
Para detener esa guerra de rapiña, la población debe conocer las medidas de seguridad, que le permitan sortear los peligros a los que se expone al realizar sus tareas de resistencia y emancipación.
Los espacios que se han abierto en el continente son fruto del sacrificio de muchos patriotas, y no le han sido regalados a los pueblos. Los pueblos despiertan y la derecha está muy preocupada.
El modelo económico que les ha permitido vivir holgadamente, explotando a la masa trabajadora, se desmorona.
Tan preocupados están, que como no tienen propuestas claras que hacerle a la población, tratan de adoptar un lenguaje progresista y arrebatarle a los sectores de izquierda sus reivindicaciones y los avances logrados.
Pero no sólo buscarán arrebatarle el discurso a la izquierda, su esfuerzo llegará hasta penetrar los aparatos de Estado en los países en donde hay gobiernos progresistas, y crear organismos de aparente función social, que luego serán contestatarios para crear la desestabilización social, Para estos planes de nuevo control del Estado, su trabajo será muy sutil y de zapa; tratarán de ubicar sus peones en puestos de avanzada.
También buscaran apropiarse de los medios de comunicación alternativos, porque estos revisten un carácter estratégico en su esfuerzo de regresar a controlar el Estado para su beneficio personal, como antes. Los medios alternativos son peligrosos para ellos porque despiertan conciencias.
De ahí que es importante que el militante ejerza la vigilancia revolucionara, y que la población tome conciencia de que debe cuidar los logros alcanzados.
La militancia revolucionaria exige ahora una formación, aunque sea de base, en las nuevas tecnologías, porque estas son un peligro y un desafió para la seguridad.
El militante debe saber cosas elementales como que los teléfonos celulares ahora tienen incorporado un sistema de posicionamiento global (GPS) que permite saber en que sitio se encuentra el teléfono y que un teléfono apagado, no está necesariamente apagado; saber qué es el IP (protocolo de identificación) o saber que los computadores tienen una dirección mac, media access control; en español (control de acceso al medio) y que corresponde únicamente a una máquina conectada al Internet.
La dirección MAC de una computadora es única en el mundo, lo que hace posible retrazarla en la red. Este control de acceso al medio ha sido escrito directamente en el disco duro de cada maquina en el momento de fabricación.
Podemos anotar brevemente que el militante revolucionario debe desarrollar su capacidad de observación de todo lo que está a su alrededor, la puntualidad, la compartimentación, la discreción, conocer y poder hacer el chequeo y contrachequeo, saber guardar el anonimato cuando es preciso, recurrir a la mimetización si es necesario y ejercer la vigilancia revolucionaria al interior y al exterior de la organización.
El trabajo de inteligencia del ejército colombiano, que llevó a la muerte del guerrillero de las FARC Víctor Julio Suárez Rojas, "Mono Jojoy", ocurrió gracias a estas nuevas tecnologías.
Sabiendo el padecimiento de diabetes de Suárez Rojas, y que esto podía producirle llagas en los pies, se detectaron comunicaciones de la guerrilla en las que se pedían botas con características especiales.
Se interceptó el suministro y se le instaló un GPS, y éste permitió ubicar al guerrillero para abatirlo en un fulminante ataque aéreo.
Ahora existe una tecnología electrónica y satelital de aviones no tripulados de reconocimiento, intercepción de las comunicaciones, rastreo por GPS, y más.
La información así obtenida alimenta las redes de inteligencia de la CIA de Estados Unidos, del Mossad de Israel y del M16 de Inglaterra, y es compartida según convenga con sectores de la ultraderecha local.
El imperio graba todas las comunicaciones de teléfono y de computadoras, las clasifica y puede ir a buscarlas a los archivos cuando se necesita saber de la vida y ocupaciones de una determinada persona.
La decadencia moral de las potencias colonialistas ha llegado a límites en los que nada les importa con tal de mantener su hegemonía en el mundo.
Esto nos lo confirma una simple mirada de lo que pasa en el mundo, asesinatos de lideres políticos y hombres del pueblo como Monseñor Romero en El Salvador; los asesinatos perpetrados en operaciones encubiertas de científicos iranies; el asesinato de Arafat, llevado a cabo por el Mossad; el espionaje de ciudadanos y hasta de países amigos; el atentado a la vida del presidente de Bolivia Evo Morales, al negarle al piloto del avión presidencial, que sobrevolara el espacio aéreo de Francia, Portugal, Italia y España, a pesar de que el avión necesitaba aterrizar de emergencia por problemas en la lectura de la cantidad de combustible con que contaba la aeronave.
Son capaces de todo con tal de arrastrar a la guerra a los pueblos que luchan por defender su soberanía y recursos naturales.
Nos preguntamos, ¿por qué arrastralos a la guerra?, y la macabra respuesta es que el imperio no tiene ningún argumento apegado a la justicia que esgrimir, ni a la verdad, o al buen vivir entre los pueblos.
Solamente les queda la matonería de sentirse mejor armados.
Esa es la guerra que debemos frenar, haciendo trabajo de educación y organización, agitando consciencias, movilizando grandes sectores de la población, y buscando que estos sectores se den la mano con los pueblos de otras naciones.
La vigilancia
Es quizás la principal tarea que debe llevar a cabo el militante revolucionario en su anhelo y trabajo de construcción de una nueva y mejor sociedad, y de una mujer y un hombre nuevos, que se supone debe ser cada revolucionario.
La vigilancia externa, que sirve para detectar si hay vigilancia del enemigo en locales, saber si no se está siendo seguido al encaminarse a una reunión, si no hay personas o vehículos sospechosos cerca de ciertos sitios, locales, o del lugar donde se vive o trabaja.
Pero hay también una vigilancia interna que sirve para velar por el buen funcionamiento de la organización y para cuidar su limpieza, que no hayan elementos del enemigo que se infiltran, o compañeros que se desvían del pensamiento de izquierda, o que caen en actos de corrupción.
La vigilancia revolucionaria es una de las tareas que va íntimamente ligada a la militancia revolucionaria.
Pero al ejercer la vigilancia revolucionaria hay que tener cuidado de no caer en la difamación, ni en venganzas personales hacia otro militante.
La compartimentación
Compartimentar es separar o dividir en partes una cosa, y para el revolucionario significa dividir, por razones de seguridad, en partes, una información o una tarea, de tal manera, que el enemigo aunque logre interceptar la información o la tarea, no tenga completo conocimiento de que se trata lo que ha logrado interceptar.
Esto además de significar una protección para el militante es una protección para el logro de la tarea, pues preserva la información y protege a la organización.
Por otro lado, cuanto menos se sabe, menos se está expuesto
Hay un sabio decir revolucionario: “Nunca quieras saber más de lo que necesitas saber”.
La compartimentación sirve pues para mantener en secreto ciertas cosas y como protección de la organización y del militante.
Entonces, ¿es o no es apropiado hablar de medidas de seguridad en estos tiempos?