El MRS, el MAM y demás siglas opositoras no lograron atraer gente a sus movilizaciones de los miércoles, por lo que cambiaron la rotonda de Metrocentro por los pasillos del Congreso norteamericano.
Los directivos del MRS ahora se hacen los idiotas, como que se acaban de enterar de que la Cámara de Representantes de los Estados Unidos aprobó la ley llamada Nicaraguan Investement Conditionality H.R.5708, conocida como Nica Act, mediante la cual se arrogan el derecho de limitar los préstamos al gobierno sandinista.
Ha sido un proceso de casi un año que incluyó visitas de grupos antisandinistas a la capital norteamericana en busca de apoyo de parte de senadores ultraderechistas como Ileana Ros-Lehtinen, quien asumió el liderazgo desde Washington de la oposición nicaragüense aglutinada en el MRS y los ONG que confrontan al actual gobierno.
En una publicación cargada de cinismo, el MRS señala que “Esta decisión se suma a la cada vez más amplia condena internacional que ha suscitado la actuación autoritaria de Ortega, en especial la inexistencia de condiciones para unas elecciones limpias, transparentes y competitivas…”.
¿Cuál condena internacional?
Las críticas hacia el gobierno de Daniel Ortega han provenido precisamente de organismos financiados por dinero norteamericano y reproducidas velozmente por la cadena de medios de comunicación al servicio de la política de Estados Unidos.
Contra gobiernos progresistas
La orden de la ultraderecha gringa, que es la que impulsa las relaciones de su país con las demás naciones, fue terminar con los gobiernos populares o de izquierda que proliferaron en los últimos lustros en América Latina debido a que los pueblos se sintieron acorralados por el neoliberalismo.
No es nada nuevo lo que intentan hacer en contra de Nicaragua.
Es similar a lo ocurrido en los años 80, solo que esta vez el mecanismo de agresión contiene otros matices y con actores que en la década mencionada se consideraban enemigos del imperialismo norteamericano.
No tenemos un ejército mercenario en armas atacándonos, pero sí toda una legión de apátridas y vividores que ansían recuperar el poder para las familias oligárquicas que lo han detentado desde la denominada independencia de España.
Mentalidad medieval
Hay que decirlo claramente: muchos de los exsandinistas que hoy acompañan a la derecha local, provienen de esas familias cuyos miembros han creído que por derecho divino están predestinados a gobernar los destinos del país.
Y lo creen de verdad porque lo copiaron de los reyes medievales europeos que habían hecho creer a sus súbditos –y a los que no les creían se los imponían con garrote y hoguera-, que Dios los había puesto en el cargo y que no había forma de quitárselos de encima.
Esa forma de ver las cosas vino cambiando de apariencia con el paso del tiempo hasta convertirse en el “establishment” actual, que no es otra cosa que la “misma mona, con distinto rabo”.
En Nicaragua el asunto sin embargo es peor, debido a que muchas de las familias oligárquicas mantienen un pensamiento decimonónico, por no decir medieval.
Los oportunistas al ataque
Por eso es que la mayoría de los de la clase social que acompañó al somocismo jamás aceptó la irrupción del sandinismo en 1979.
Algunos acompañaron a la revolución con la creencia de que se trataba de un cambio de hombres en el poder a como estaban acostumbrados en las reyertas libero-conservadoras, pero al constatar que no era así, se convirtieron en enemigos del FSLN.
Los hubo oportunistas en extremo que gozaron de las mieles del poder hasta las elecciones de 1990, tras lo cual se pusieron a la orden de los nuevos gobernantes neoliberales o en el mejor de los casos decidieron seguir con sus vidas, algunos de ellos enriquecidos tras abusos cometidos a la sombra de la revolución.
Creyeron que el cuento de hadas estaba completo y que vivirían felices para siempre en sus mansiones, donde eran respetados por la oligarquía que había retomado el poder, la que incluso les toleraba su aura de “héroes”.
Ese grupo, aglutinado actualmente en el MRS, es el mismo que estaba cómodo en sus sillones de diputados tras el triunfo de la señora Violeta Barrios en 1990 y que hizo tienda aparte del FSLN en 1995 tras una traición monumental.
De la mano de la Ros-Lehtinen
Del presunto antiimperialismo que decían haber heredado del General de Hombres Libres, Augusto C. Sandino, pasaron a un vergonzoso entreguismo y lo que es peor, a solicitar la intervención del Senado norteamericano en los asuntos internos de Nicaragua, por la sencilla razón de que el pueblo no quiere saber nada de ellos y se los ha demostrado en sucesivas elecciones.
No fue nada difícil para los del MRS –Dora María Téllez, Sergio Ramírez y compañía-, convencer a la Ros-Lehtinen, una mujer que proviene de una familia acaudalada en Cuba que perdió sus privilegios con la revolución de 1959.
Es además una republicana del ala ultraderechista de dicho partido.
El hecho de que casi el 70% de la población apoye al gobierno sandinista, es un claro mensaje de que los opositores tendrán que aguantarse seis años más para poder aspirar al poder y muchos de ellos, ya desgastados y a un paso de sus provectos años, están claros de que esta es su última oportunidad.
Por eso la actual es quizás la campaña electoral en donde más ofensas han soltado en contra de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
Su desesperación es tal, que ya no se conforman con solicitar financiamiento a fin de denigrar al gobierno del FSLN, sino que demandaron a la Ros-Lehtinen y al Congreso gringo la intervención preferida del momento: el “golpe suave” que en este caso, a través de la negativa de préstamos, propicie la sublevación popular con que tanto sueñan.
Pero como decía Calderón de la Barca: …”que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son”.
http://nicaleaks.com/noticias/item/4332-mrs-de-la-rotonda-a-pasillos-del-congreso-de-eu