La guerra psicológica, según el Departamento de Defensa norteamericano, consiste en el uso planificado de la propaganda y otras acciones psicológicas con el propósito primario de influir en las opiniones, emociones, actitudes y conductas de grupos extranjeros hostiles en apoyo al logro de objetivos nacionales. [1]
Si bien inicialmente sus procedimientos se concebían para ser empleados durante los conflictos bélicos, actualmente Estados Unidos los emplea también en tiempo de paz, como estrategia enfilada hacia la psicología del adversario para provocar que actúe de la manera que les convenga.
Esto les permite obtener sus fines estratégicos de forma no convencional, con una reducción sustancial del empleo del armamento de fuego y por tanto de una manera más limpia, intentandoaparentar la imagen de un desmantelamiento desde dentro del país y evadir ser considerado como agresor.
El mayor uso de los recursos psicológicos se corresponde con la importancia que ha ido tomando, dentro de la estrategia del poder inteligente, el denominado poder blando, término acuñado en Estados Unidos en los últimos años como la habilidad de conseguir lo que usted quiere mediante la atracción, en lugar de la coerción o el dinero. [2]
Su empleo ganó notoriedad cuando Hillary Clinton, el 13 de enero de 2009, lo utilizó con frecuencia durante su audiencia en el Senado para la aceptación del cargo de Secretaria de Estado:
Debemos usar lo que ha sido llamado el poder inteligente: la gama completa de herramientas a nuestra disposición (diplomáticas, económicas, militares, políticas, legales y culturales), escogiendo la herramienta más acertada o la combinación de estas, para cada situación.
En realidad, no hay diferencia esencial entre las políticas del Poder Inteligente y del Gran Garroteque a principios del siglo XX enunciara el presidente norteamericano Theodore Roosevelt, en su famosa frase, tomada de un proverbio africano:
Habla suavemente y lleva un gran garrote, así llegarás lejos.
La diferencia radica en que la actual administración estadounidense, en relación con otros gobiernos y en especial con el anterior, le brinda una mayor importancia a la parte blanda del poder, en la cual está contenida todo lo relacionado con la información, la atracción y el convencimiento, sin renunciar por ello al empleo de su poderío económico y militar.
Con relación a Cuba, ya una estrategia muy similar se delineó en 1992, al aprobarse por el presidente George Bush la Ley Torricelli, que contenía dos aspectos esenciales: uno que reforzaba la política de sanciones y el otro, también conocido como Carril Dos, que fomentaba los contactos y las comunicaciones entre ambas naciones.
El empleo de la propaganda en la estrategia psicológica.
El dominio del mundo de la información les permite a Estados Unidos costear amplias campañas de difamación contra los gobiernos que consideran adversarios. Baste recordar la emprendida contra el de Cuba desde los primeros momentos del triunfo revolucionario de 1959, cuando se juzgaban a connotados criminales del ejército de Batista a partir de las leyes penales previstas y que quiso presentar al mundo como una sangrienta orgía.
Un instrumento asiduo para divulgar informaciones falsas lo constituye el rumor, que en la era digital tiene la característica de ser transmitido masiva e inmediatamente por los medios y redes sociales.
Un triste ejemplo sobre el uso de este recurso tuvo lugar a inicios de la década del 60 del siglo pasado, durante la operación que se denominó Peter Pan, cuando alrededor de 14 mil niños cubanos se enviaron por sus padres a los Estados Unidos, ante el temor de perder la patria potestad y fueran enviados a Rusia, como se rumoraba por la propaganda anticubana.
Desde hace muchos años, Estados Unidos transmite hacia la Isla programaciones que buscan promover incertidumbre y pesimismo hacia el futuro, generar la idea de que el modelo político, económico y social del país se encuentra derrotado y que no hay otra salida que derrocar al régimen totalitario para que la vida de los cubanos mejore sustancialmente, lo que se combina con la divulgación de una imagen satanizada de los dirigentes, acusándolos de dictadores, asesinos y violadores de los derechos humanos, todo lo cual resulta abiertamente violatorio de las normas del Derecho Internacional y las normas y reglamentos de la Unión Internacional de Telecomunicaciones.
En esa guerra mediática, se efectúan como promedio más de dos mil horas de emisiones subversivas por radio, con la utilización de más de 30 frecuencias.
De igual manera, se desarrollan transmisiones de televisión, empleando diversos medios, entre ellos los aviones EC130, que por primera vez en la historia se han utilizado en un escenario que no es de guerra.
En la propaganda el sector juvenil está priorizado. Contra la Unión Soviética también se empleó esa estrategia, lo que se puede apreciar, en el libro El Arte de la Inteligencia del ex director de la CIA, Allen W. Dulles, donde se plantea: Nuestra principal apuesta será la juventud.
La corromperemos, desmoralizaremos y pervertiremos. [3]
El empleo de la propaganda persigue también el objetivo de crear condiciones psicológicas favorables para justificar una intervención armada. Por ejemplo, el 13 de marzo de 1962 fue remitido al Secretario de Defensa de Estados Unidos, por la Junta de Jefes del Estado Mayor de ese país, un documento que bajo el título Justificación para una Intervención Militar Estadounidense en Cuba,incluía el lanzamiento de rumores empleando estaciones de radio clandestinas y una serie de acciones para culpar a la Isla de la ejecución de ataques y sabotajes en la Base Naval de Guantánamo, el bombardeo y hundimiento en ese lugar de una nave estadounidense (tripulada o no), el acoso a vuelos civiles, la destrucción de aviones estadounidenses (falsos o reales), el hundimiento real o simulado de una nave con refugiados cubanos en busca de asilo en Estados Unidos y el incendio de campos sembrados en países vecinos, entre otras justificaciones. [4]
Además, bajo el programa conocido como Operación Mangosta, el Departamento de Defensa norteamericano tenía varias propuestas similares. Doce de estas provenían de un memorando fechado también en marzo de 1962, titulado Posibles Acciones para Provocar, Hostigar o Perturbar a Cuba, escrito por el General de Brigada William H. Craig y remitido al General de Brigada Edward Lansdale, responsable del proyecto Operación Mangosta. Una contenía la Operación Truco Sucio, un plan para culpar a Fidel Castro si el vuelo tripulado que llevaba al astronauta John Glenn a la órbita espacial se hubiese estrellado, utilizando pruebas falsas para demostrar interferencias electrónicas realizadas por los cubanos. [5]
En los últimos años y en diferentes momentos, se han utilizado las más burdas mentiras y la manipulación de la información en más de 20 temáticas con la pretensión de convertirlas en pretextos para una agresión, entre las cuales destacan: la posibilidad de un éxodo masivo hacia Estados Unidos; la interferencia en sus comunicaciones y sistemas informáticos; el desarrollo de armas biológicas; la inestabilidad política; el apoyo al terrorismo internacional; el espionaje a instalaciones norteamericanas; la restricciones al ejercicio religioso, el tráfico de personas, el turismo sexual y la contaminación ambiental.
En los últimos tiempos se ha agregado a los recursos de la propaganda, el empleo de Internet y específicamente de las redes sociales como un mecanismo para fomentar la subversión, de modo más o menos abierto. Mientras Estados Unidos dificulta el acceso a los recursos financieros y tecnológicos necesarios para mejorar el servicio de Internet, destina recursos millonarios para suministrar equipos con tecnología de punta a quienes buscan promover un cambio de régimen político en la Isla.
La propaganda dirigida contra nuestro país, se identifica con una verdadera guerra cultural. Manuel Freytas ilustra este hecho así: La cuarta guerra mundial ya comenzó. Mientras Ud. descansa, mientras Ud. consume, mientras Ud. goza de los espectáculos que le ofrece el sistema, un ejército invisible se está apoderando de su mente, de su conducta y de sus emociones…Su voluntad está siendo tomada por fuerzas de ocupación invisibles sin que Ud. sospeche nada. Las batallas ya no se desarrollan en espacios lejanos, sino en su propia cabeza. Ya no se trata de una guerra por conquista de territorios, sino de una guerra por conquista de cerebros, donde Ud. es el blanco principal…El objetivo ya no es matar, sino controlar. Las balas ya no apuntan a su cuerpo, sino a sus contradicciones y vulnerabilidades psicológicas. Su conducta está siendo chequeada, monitoreada, y controlada por expertos. Su mente y su psicología están siendo sometidas a operaciones extremas de guerra de cuarta generación. [6]
Las acciones como parte de la estrategia psicológica
Al hablar de la guerra psicológica, comúnmente se comete el error de identificarla con la propaganda y se ignora el importante componente que el concepto encierra en relación con la ejecución de acciones que inducen a determinadas ideas, a sacar sus propias conclusiones, sin que medien palabras, sino hechos. Ambos contenidos, es decir, propaganda y acciones, se dirigen desde diferentes ángulos a un mismo objetivo: influir en la psiquis del adversario para derrotarlo.
Las agresiones y el terrorismo son acciones que persiguen el objetivo de desestabilizar el país, sembrar el pánico y el caos y provocar el derrocamiento del gobierno a través del golpe suave. Preparadas y financiadas por los Estados Unidos, se han desarrollado contra Cuba infiltraciones, ataques piratas a naves aéreas y marítimas, secuestros de aviones y embarcaciones, planes de asesinato a sus principales dirigentes; así como sabotajes, actos terroristas y agresiones biológicas. Sólo entre noviembre de 1961 y octubre de 1962, durante la administración Kennedy, se llevaron a cabo unos 5 700 actividades de ese tipo como parte de la Operación Mangosta. [7]
Con el objetivo de intimidar al adversario se emplea la demostración de fuerza militar, a través de diferentes formas, como la divulgación o el uso de un nuevo y potente armamento, las maniobras militares o la agrupación de fuerzas y medios en determinados lugares. En agosto de 1981, coincidiendo con una política gubernamental de incremento de la agresividad contra Cuba, las tropas de Estados Unidos desarrollaron el ejercicio Aventura Oceánica-81, la mayor operación bélica organizada por ese país desde la segunda guerra mundial y que incluía una maniobra de desembarco en la base militar que ocupa en Guantánamo. En el ejercicio participaron, por un período de dos meses, 120 mil soldados, 240 buques de guerra y un millar de aviones de 12 países. En el año 2006 se volvieron a efectuar maniobras en el Mar Caribe con un portavión nuclear y la participación de la OTAN, en clara advertencia a Cuba, Venezuela y al movimiento revolucionario en auge en esta zona del mundo. Otra clara intimidación lo constituyó en julio de 2008 la activación de la IV Flota norteamericana, para patrullar en aguas sudamericanas y caribeñas, fuerza que había sido desactivada en 1950.
Cuba ha sido blanco de múltiples acciones de carácter psicológico. Ya el 17 de marzo de 1960, a solo un año y dos meses del triunfo revolucionario, el presidente Eisenhower aprobó el plan de la CIA titulado Un programa de Acción Encubierta contra el Régimen de Castro, en el cual se ordenaban distintas medidas políticas, militares, subversivas, de inteligencia y de propaganda contra la Isla. [8]
Unos días después, el 6 de abril de 1960, el subsecretario asistente de Estado, Lester Mallory, escribiría un memorando que proponía las medidas para el establecimiento del bloqueo económico, comercial y financiero contra Cuba. Así decía: La mayoría de los cubanos apoyan a Castro (…) No existe una oposición política efectiva (…) El único medio posible para hacerle perder el apoyo interno (al gobierno) es provocar el desengaño y el desaliento mediante la insatisfacción económica y la penuria (…) Hay que poner en práctica rápidamente todos los medios posibles para debilitar la vida económica (…) negándole a Cuba dinero y suministros con el fin de reducir los salarios nominales y reales, con el objetivo de provocar hambre, desesperación y el derrocamiento del gobierno. [9]
A más de 50 años de su implantación, el bloqueo se mantiene con una clara intención psicológica, a partir de las carencias y dificultades que provoca a la familia cubana en todos los aspectos de su vida. Incluso durante la actual administración se ha visto recrudecido, en particular en el sector financiero.
Otra acción de fuerte influencia psicológica llevada a cabo por el gobierno de Estados Unidos ha sido la relacionada con el tema migratorio. Con la administración Eisenhower surgió el términorefugiado para nombrar a los inmigrantes cubanos, que comenzaron a recibir determinados privilegios con respecto al resto de los inmigrantes, en el propósito de estimular el abandono del país por cualquier vía.
En la misma línea de estimular la salida del país con el objetivo de desestabilizar el país y dar una imagen negativa de la realidad cubana, durante el mandato de Lyndon Johnson se estableció, el 2 de noviembre de 1966, la Ley Pública 89-732 o Acta de Reajuste del Status de Refugiados Cubanos, más conocida como Ley de Ajuste Cubano, que aún está vigente y otorga a cualquier ciudadano cubano que emigra legal o ilegalmente el estatuto de residente permanente, después de radicar un año y un día en el país de destino.
Durante el gobierno de James Carter se estableció la Ley de Refugiados de 1980, a partir de la cual se comenzó a nombrar a los anteriormente llamados refugiados como personas con el status deentrantes. Esta nueva condición le daba la oportunidad de formar parte de los programas de asistencia pública en igualdad de derechos que los ciudadanos y residentes permanentes en el país.
Entre los blancos preferidos de la política migratoria siempre se han encontrado los profesionales. Un ejemplo es el Programa de Profesionales Cubanos de la Medicina Bajo Palabra, que fue creado el 11 de agosto de 2006 durante la presidencia de George W. Bush para promover la emigración de personal médico cubano desde terceros países y que ha continuado bajo el actual gobierno.
En materia de inmigración, Obama tomó algunas medidas en el año 2011 como la autorización de las licencias para viajes de académicos, periodistas, instituciones religiosas, grupos culturales y otras organizaciones, en correspondencia con la política de aumentar el contacto pueblo a pueblo yapoyar la sociedad civil en Cuba.
La idea es que estas personas deslumbren a los cubanos con las virtudes del capitalismo y siembren la desconfianza en el socialismo y la Revolución. El Secretario de Estado John Kerry lo planteó claramente en un discurso en la sede de la OEA el 18 de noviembre de 2013: Nosotros estamos comprometidos con este intercambio humano y en Estados Unidos creemos que nuestra gente son actualmente nuestros mejores embajadores. Ellos son embajadores de nuestros ideales, nuestros valores y nuestras creencias. [10]
El gobierno de Estados Unidos destinó 205 millones de dólares de 1996 a 2011 a programas encubiertos, bajo el supuesto de promover la democracia en Cuba, sin incluir los recursos destinados a financiar Radio Martí y TV Martí, ni los programas y actividades de la comunidad de inteligencia. El 87% fue gastado desde el 2004, o sea los ocho años comprendidos entre el segundo gobierno de George W. Bush y el primero de Barack Obama. De acuerdo a un análisis realizado en febrero de 2013 por la Oficina de Auditoria del Gobierno de Estados Unidos, esos fondos fueron empleados por la USAID y el Departamento de Estado en programas subversivos diseñados desde instituciones oficiales para promover el derrocamiento del gobierno de la Isla. [11]
Un rasgo distintivo de los programas subversivos en estos últimos años ha sido el énfasis en los proyectos vinculados al uso de las tecnologías de las infocomunicaciones, en correspondencia con lo expresado por el presidente norteamericano en noviembre de 2013: Y tenemos que ser creativos. Y tenemos que ser más cuidadosos.
Y tenemos que seguir actualizando nuestras políticas … no tiene sentido la idea de que las mismas políticas puestas en marcha en el año 1961 serían de alguna manera todavía eficaces hoy, en la era de Internet y de Google… reconocemos que los objetivos siempre van a ser los mismos. Y lo que tenemos que hacer es encontrar constantemente nuevos mecanismos y nuevas herramientas.” [12]
[1] Glosario del Departamento de Defensa. Términos militares y asociados, 1987
[2] Joseph Nye Jr. Poder Blando: Los medios del éxito en política mundial, 2004
[3] Allen W. Dulles. El Arte de la Inteligencia. 1963 p. 2
[4] Operación Northwood, publicada por el Archivo de Seguridad Nacional de Estados Unidos el 6 de noviembre de 1988
[6] Manuel Freytas. Guerra de Cuarta Generación. Parte I. Sitio Web IARNoticias.
[7] Demanda del Pueblo de Cuba al Gobierno de Estados Unidos por daños humanos. La Habana. 31 de mayo de 1999; Jacinto Valdés-Dapena, La CIA contra Cuba, Ed. San Luis y Fabián Escalante, Cuba La Guerra Secreta de la CIA, Ed. San Luis, 1993.
[8] Memorándum de la Conferencia con el Presidente. CIA. Documento publicado por el Archivo de Seguridad Nacional, de la Universidad George Washington.
[9] Intervención del Ministro de Relaciones Exteriores de Cuba en el 68 Período de Sesiones de la Asamblea General de Naciones Unidas el 29 de octubre de 2013.
[10] Observaciones sobre la política de EE.UU. en el Hemisferio Occidental. En:http://www.state.gov/secretary/remarks/2013/11/217680.htm
[11] W.T. Whitney Jr. La intervención de Estados Unidos en Cuba sigue siendo intensa. 26 de marzo de 2013
[12] Discurso del Presidente Obama en Miami el 8 de noviembre de 2013
Dr. Emiliano L. Lima Mesa.
Profesor del Instituto Superior de Relaciones Internacionales “Raúl Roa García” de la República de Cuba