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El país todavía absorbe el impeachment de Dilma y la entronización de Michel Temer.
Dentro de ese contexto, viene ganando fuerza en la agenda un proyecto de ley de 2004, el llamado Escuela Sin Partido, mientras que en otros frentes se pautan flexibilización de los derechos sociales y laborales, además de una reforma regresiva de la previsión social. 

Es sobre esa coyuntura que conversamos con Lisete Arelaro, profesora de pedagogía de la USP, quien participó del Partido de los Trabajadores desde su fundación (NdT: febrero de 1980) hasta 2003. 

Correio da Cidadania: ¿Cuál es su opinión sobre el proyecto de ley Escuela Sin Partido y cómo lo relaciona con la actual coyuntura política y social del país?

Lisete Arelaro: El proyecto Escuela Sin Partido es una cosa tan esdrújula y tan fuera de época como otras que, infelizmente, estamos viviendo hoy.

Tuvimos la destitución de una presidenta electa e, independiente de la evaluación y del momento de lo que ella hizo de correcto o errado, efectivamente no se probó ninguna razón constitucional para su destitución.

De hecho, la derecha decidió que ellos van a mandar en el país. Ya están allí de forma ilegítima, para atacar los derechos de los trabajadores y de la ciudadanía.

Cada día nos despertamos con la extinción de alguno de los programas del gobierno anterior que beneficiaban al pueblo. Eso es inédito.

Una situación que nunca se había visto en Brasil. Siempre tuvimos golpes con el apoyo de los militares y esta vez (por eso es un “golpe moderno”) lo tuvimos sin la participación directa de los militares.

Soy antigua. Hice pedagogía en Campinas, en la Universidad Católica, y comencé un año antes de que la Unicamp abriera el curso de pedagogía.

Tuvimos el privilegio histórico de hacer la primera marcha de estudiantes durante la dictadura militar, que fue filmada.

 Después pagamos un precio. Una marcha de estudiantes universitarios en una ciudad del interior. Campinas no gusta de ser llamada de interior, pero es interior y fue muy interesante.

Lo que más hice en esa época fue apoyar la organización estudiantil, que considero fundamental para avanzar en el país.

En lo concreto, después de la dictadura militar los movimientos estudiantiles, secundaristas y universitarios recompusieron la fuerza política y de movilización nacional que existió algún día en el país. Eso para mostrar cuanto son los estudiantes de peligrosos.

Estuve en un debate en Mogi das Cruzes hace poco y fui allí sabiendo que en esta ciudad existía un abogado llamado Miguel Nagib, que en 1993 tenía una hija en el tercer año de la enseñanza media.

La profesora de sociología comparó o se permitió comparar a Che Guevara con San Francisco de Asis.

El padre quedó indignado y fue la primera manifestación pública de un padre muy molesto con lo que él llamaba de “ideologización de los contenidos de la sociología en la Enseñanza Media”.

En 2004, el tiempo pasó y tuvimos una situación interesante.

Luiz Inácio Lula da Silva, un obrero de baja escolaridad, había sido electo presidente de Brasil dos años antes.

 Evidentemente, un líder popular de origen pobre.

Luego, consideraron que desde aquel momento, con el Partido de los Trabajadores gobernando, El Capital y el Manifiesto Comunista sería leído y decorado en las escuelas.

Digo esto con ironía, pues es un chiste.

Y fue para estar contra esa bobada que crearon el Escuela Sin Partido hace 12 años.

 Si usted hubiera entrado al inicio de junio de 2016 en el sitio de ellos, las cuestiones que estoy colocando de manera irónica, ya estaban allá.

Hoy el sitio continúa, pero un poco más sofisticado y sutil, para las personas que lo visitan no perciban lo reaccionario y conservador y hasta lo delincuente que ese grupo es.

¿Qué es lo que Escuela Sin Partido pretende y por qué gana fuerza en el momento del golpe civil que envuelve al poder Judicial y al Legislativo?

No por casualidad, Michel Temer se tornó presidente de la República, además de ilegítimo. Vale recordar que fue Delfim Netto quien ayudó a escribir los discursos de Temer.

No se engañen cuan él habla que “el gobierno Lula fue muy bueno desde que no invadiese el espacio”, o sea, hay un riesgo en el chau (NdT: hace referencia al “Chau Dilma”), ellos están allá y nosotros aquí. Eso es pedagógico.

Ahora el gobierno del PMDB realmente estableció como propuesta la idea de “orden y progreso” para dirigir sus acciones en Brasil.

O sea, para seguir haciendo las tramoyas que ya estaban haciendo antes, precisaban que el pueblo brasilero estuviera absolutamente desorganizado, desmovilizado y además de todo con miedo.

 El miedo, lo sabemos, es inhibidor. También para la juventud, no apenas para los adultos. Inclusive, dicen que la gente crece y se acomoda, sobre todo, por miedo.

Precisamos ser jóvenes, en el sentido de la osadía y de la irreverencia que la juventud tiene.

Escuela Sin Partido en este momento histórico, incluso haya comenzado con esos objetivos, está hoy al servicio del silenciamiento de la movilización popular en Brasil.

El profesor, hasta ridículo es decirlo, que vivió la última dictadura cívico-militar sabe que las providencias del atemorizar y hasta la insinuación de la posibilidad de prisión por lo que ellos hablan en el aula, son los suficientemente inhibidoras para cambiar sus programas de aula

Correio da Cidadania: ¿Y cómo era esa censura durante el régimen de 1964? ¿De qué forma se expresaba en el día a día en el aula?

Lisete Arelaro: En la dictadura vivimos situaciones, como mínimo, indelicadas. Colegas míos sin duda alguna tenían problemas políticos para discutir la Segunda Guerra Mundial en el aula, por ejemplo.

Primero, porque hallaban que no se podía hablar sobre la Revolución Rusa.

Y era gracioso, se salteaba la Revolución Rusa y después Rusia salía de la discusión.

¿Entonces, cómo se justifica la Segunda Guerra Mundial?

De allí el profesor preguntaba si algún alumno tenía dudas, deseando que nadie preguntara. No es broma porque se comienza a tener una vigilancia agresiva sobre los hechos históricos, geográficos y científicos; también en relación a libros, reportajes y películas que los profesores recomendarían y encarnan más a la sociedad brasilera y nuestra desigualdad.

Eso de repente puede ser peligroso e ilegal.

Es muy importante tener claridad de que un profesor precisa, en nombre de la ciencia, de las artes, de las letras y de la tecnología, de la libertad de pensamiento y de estímulo al pensamiento crítico, cosa que de no hacerse dispensa la necesidad de la escuela.

Se fuera una simple retransmisión del contenido, el google lo haría mejor que nosotros. Nosotros no somos retransmisores, somos formadores: de opinión, de valores, de concepciones.

Por tanto, es eso que nos hace profesionales importantes en Brasil y en el mundo. Cuidado con el proyecto Escuela Sin Partido. 

Correio da Cidadania: ¿Cree que el avance de pautas religiosas en el Congreso pueda impulsar tal proyecto de ley?

Lisete Arelaro: Es importante no confundir religión con política.

Por ejemplo, la Teología de la Liberación en América Latina y particularmente en Brasil fue muy importante en los años 60 para la formación de otra concepción y organización de sectores populares, estudiantes universitarios y secundaristas sobre todo.

Yo misma fui de la JEC, la Juventud Estudiantil Católica. Efectivamente, no hay duda ninguna de que un católico debería, ante todo, estar atento a las condiciones sociales y de vida que el país experimenta y esa es una forma bella de ser cristiano.

En todo el país, en tiempos de la dictadura fueron los grupos religiosos, que después inclusive apoyaron el movimiento de resistencia al golpe cívico-militar, dieron cobertura, escondieron personas, participaron directamente.

No fue solamente un grupo teórico. Participaron de movimientos de izquierda, inclusive de guerrillas y movimientos clandestinos, razón por la cual Don Paulo Evaristo Arns, aquí en San Pablo, perdió la coordinación (episcopal) de la gran región de San Pablo y la Iglesia Católica se dividió, poniendo Don Odilo Scherer, conservador extremo, como nuevo arzobispo.

En San Pablo, con todo respeto a él, pero las posiciones de la Iglesia Católica sobre la cuestión de género en las últimas discusiones de los planos municipal, estadual y nacional de educación fueron lamentables, de tan reaccionarias.

Veo aquí el proyecto del senador Magno Malta (NdT: pastor evangélico, miembro del Partido de la República) que está en el Senado y vamos a hacer un abordaje.

Además de incorporar el programa Escuela Sin Partido la ley de Directrices Básicas que está en nuestra Constitución educacional, es una cosa sin pie ni cabeza, todavía escriben que “la educación atenderá los siguientes principios: neutralidad política y religiosa del Estado”.

 Ocurre que nuestros profesores, hasta por deber de oficio, sabemos que no existe neutralidad. No existe en la ciencia, en las artes y ni en la literatura.

En la medida que yo valorizo esto o aquello, voy mostrando mi visión de mundo y concepción.

Y eso no es necesariamente imponer visiones. 

Correio da Cidadania: ¿Usted ve truculencia en este movimiento que propone el Escuela Sin Partido?

Lisete Arelaro: No es casual que vemos el compromiso de esta pauta en un movimiento de rechazo a un educador como Paulo Freire.

Al final de cuentas, Paulo Freire está siendo negado y llamado de “comunista”, adoctrinador, etc.

No es que ser comunista sea un defecto, pero ese grupo adora usar tal retórica.

 También fuimos tildados de comunistas adoctrinadores” durante la audiencia llamada por el diputado Carlos Giannazi (NdT: miembro del Partido Socialismo e Liberdade) para debatir la ley.

En la ocasión, ellos ocuparon espacio en la Alesp para protestar.

Es veradad que hicieron protofascistas, como, por ejemplo, decir que Bolsonaro (NdT: Jair Bolsonaro, diputado del Partido Progresista) era el rey de ellos.

Hacía unos 40 años que nadie me llamaba de comunista como una forma de insulto.

Divergir en alguna cosa con ellos significa ““ser comunista”, luego, “manda arrestar o matar”.

Este es el entendimiento que esas personas tienen.

 Y como la derecha domina la media -uno de los errores del gobierno Lula fue no haber incursionado sobre los dueños de los medios de Brasil- tenemos esa situación , en la cual pocas familias mandan en Brasil en los medios de comunicación.

Por lo tanto, tenemos un proceso de información única, en todo el país, en donde dicen lo que bien entienden y, entre otras cosas, promueven este tipo de pensamiento en los telediarios y programas sensacionalistas.

Es una situación muy delicada.

Vamos a tener que mantener las redes sociales en funcionamiento como una forma de resistencia.

Correio da Cidadania: ¿Cómo evalúa a la izquierda en medio de esa coyuntura?

Lisete Arelaro: Espero que los grupos de izquierda, a los cuales también pertenezco y actúo, seamos un poco más generosos con nosotros mismos y aprendamos un poco con la derecha, que se junta en lo esencial incluso jugando en lo periférico.

 Nosotros hemos hecho, infelizmente, las dos cosas: jugamos en lo esencial y en lo periférico.

Un movimiento que yo considero fundamental es que los grupos de izquierda sean más tolerantes entre si nos cerremos en lo esencial.

Voy a recordar aquí una gran enseñanza que aprendí del profesor Florestan Fernandes: “en esos momentos de crisis es cuando más precisamos estar juntos, independientemente de cualquier contradicción que tengamos entre nosotros”.

Este es una primera apelación, una sugestión, yo creo que ya avanzamos un poquito.

Veo que estamos comenzando a servir la mesa, hasta porque el momento es muy grave y estamos sintiendo la necesidad de aproximarnos.

Es preciso continuar especialmente con el trabajo de formación.

 Un proceso de formación por la izquierda y libertatio es, sin duda ninguna, fundamental.

Y digo una cosa antigua: yo tuve una formación clásica de izquierda, y siendo así, que me disculpen las nuevas generaciones, un partido político es fundamental.

 Un ejemplo de eso es la Escuela Florestan Fernandes del MST (Movimiento de los Sin Tierra), que viene cambiando la capacidad de lucha de los campesinos aquí de América Latina, lo que es muy importante.

Si fuésemos a analizar, los sindicatos y partidos abrieron mano del proceso de formación política de sus cuadros y tal vez hí esté la razón de la crisis de representación de los partidos políticos de izquierda.

 Por otro lado, la formación escolar también se despolitizó.

 Este es un campo que está a nuestra disposición y tenemos que poner manos a la obra.

Veo un gran debate que ha dividido a la izquierda brasilera y muchas veces impedido el diálogo. Sobre si el impeachment fue golpe, o si un “buen efecto” de los errores de las gestiones petistas, que son muchos.

 En mi opinión están confundiendo dos cosas diferentes.

Yo diría que golpe es golpe, pero olvidar que existe lucha de clases es otra cosa.

Estamos en un golpe: hay reglas en el país y tales reglas, sin que haya existido un proceso revolucionario y de protesta, fueron quebradas.

 De hecho, la derecha resolvió que el poder es de ella.

 Eso es golpe. Otra cosa es lo que el PT viene haciendo, una política de conciliación de clases que falló, entre otros equívocos.

 En cuanto eso, terminadas las elecciones municipales, en noviembre el PT tendrá que hacer un balance y una autocrítica.

Si el PT no hace una autocrítica profunda, se acabó como partido.

-Correio da Cidadania: ¿Cómo ve la posibilidad de que Luiz Inácio Lula da Silva sea nuevamente presidente do Brasil?

Lisete Arelaro: Nos puede gustar o no, pero el mayor líder popular hoy en Brasil se llama Luiz Inácio Lula da Silva.

Él está liderando las encuestas. Siendo profesora titular de la USP, tengo algunos amigos de derecha que conversan conmigo.

Ellos tienen algunas hipótesis las cuales no me permito reproducir. De toda forma, fue hecha ese grupo que está en el poder una encuesta y efectivamente Lula aparece con cerca de 62% de los votos para el segundo turno de las elecciones en 2018.

Esa es la razón por la cual el golpe no va a parar por aquí.

Tengo dos hipótesis: una que él vaya preso, como Sergio Moro había amenazado y en ese caso tendríamos a Meirelles, Temer, Serra y Alckmin, cuatro candidatos a la presidencia que no tienen ninguna apoyo en Brasil.

 La inserción de Lula en las camadas populares fue lo que tornó al PT en el “único ladrón” y corrupto en el proceso.

 La otra hipótesis, un poco más extrema, es de que la derecha mate a Lula caso no consiga meterlo preso, lo que es una posibilidad no tan lejana en Brasil.

Obviamente sería una tragedia y no gustaría que eso ocurriera.

¿Pero mataron en EEUU a Kennedy en ejercicio, por qué no matarían a Lula?

 Tal vez porque lo transformarían en mártir.

 ¿Pero eso es una razón suficiente? No sabemos.

Tenemos un lumpen político en Brasil que cree que se puede hacer eso con tranquilidad.

 Ya escuché políticos y dirigentes económicos decir que Lula debería morir, no es algo distante.

Tenemos hoy a Bolsonaro que dice que en lugar de tener presos políticos la dictadura debería haberlos matado.

Y fue una declaración pública. Refuerza la idea de que vinieron a poner orden en el país y que los últimos gobierno dejaron que cada uno se organizase y se manifestara trayendo el caos a Brasil.

Pero como izquierda, tenemos que reconocer que el PT renunció a su relación de clase y está pagando el precio histórico (...)

Correio da Cidadania: ¿Volviendo al PT, cuáles las perspectivas para el futuro del partido?

Lisete Arelaro: No hay lugar para el PT en el centro, y no creo que haya centro.

Voy a concordar con uno de los grandes petistas, que siempre creaba frases.

 Algo muy interesante que dijo fue: “el pasaje hacia el centro se hace por la derecha”.

O sea, usted va para la derecha y después vuelve al centro. Esa no es una discusión cualquiera.

El comportamiento de Dilma en su segundo mandato es realmente sorprendente.

Yo que actué para la elección de ella en el segundo turno de 2014 -pues entre ella y Aécio yo no tenía ninguna duda, quien era mejor y en tales circunstancias estoy contra el voto nulo- tengo que admitir que de hecho ella traicionó al electorado.

Voté creyendo que protegería a los trabajadores y, obviamente, las medidas tomadas por ella fueron al contrario.

Tenemos que aguantar un hecho real: la Ley Antiterrorista fue aprobada en el gobierno de ella, así como la ley de reducir la mayoría de edad penal y, efectivamente, todos los retrocesos que Temer está acelerando.

La reforma agraria no fue realizada en ninguno de los gobiernos del PT, entre otras cosas.

En 1993, nosotros llamamos a Plínio de Arruda Sampaio (1) para discutir el Estatuto de la Tierra con los estudiantes.

Infelizmente Plinio murió, pero si él estuviese vivo lo estaríamos llamando, en 2016, para debatir la reforma agraria.

 El mismo hombre que estaba en 1963 con una de las reivindicaciones más básicas de Brasil estará hoy hablando de los mismo.

Eso significa que los grandes propietarios de tierras siguen hasta hoy mandando y desmandando, inclusive el agronegocio lidera la economía brasilera, una cosa absolutamente inaceptable, con todas las cargas perjudiciales que la acción de esos grupos traen a las tierras brasileras.

 La discusión tiene que ser hecha y el PT admitir que tuvo un comportamiento de derecha.

Recordemos todavía que Dilma no autorizó la auditoria de la deuda y que fue el gobierno de ella que encaminó el PL 257 (NdT: Proyecto de Ley) cuyas consecuencias para los trabajadores, a menos que consigamos derrotarlo en corto o mediano plazo, son terribles.

 ¿En un país como Brasil, con 52% de trabajadores informales y sin cartera de trabajo, vamos a darle al empleador el privilegio de poder discutir términos con el trabajador y pasar por encima de la CLT (NdT: Consolidación de las Leyes del Trabajo) y de toda la legislación laboral, para hacer lo que él combinó?

 ¿Qué patrón negocia en igualdad de condiciones de argumento con sus empleados?

Él va a mirar y hacer lo que ya vimos en Brasil: o acepta o está despedido.

Y lógicamente, entre un empleo y ningún empleo, el trabajador va a tener que optar. 

Eso no pasaría si el PT fuera oposición. Y el PT debe reconocerlo, tiene que decir: “erramos en cuestiones vitales, nos confundimos con el enemigo”.

 La Red Globo, por ejemplo, es un enemigo y fue un error intentar tenerla como aliada, y saber estratégicamente quiénes son los enemigos es la primera obligación de la izquierda, sin confundir enemigos con adversarios.

Esa es una cuestión bastante seria y espero que el PT pueda reverla, caso contrario perderá su importancia, con la historia que tiene. 

Es el partido que más trajo propuestas y esperanzas de un eventual cambio progresista, y lo tengo que admitir, a pesar de ser una socialista. 

Fue un partido muy rico de ideas, todos los sectores que lucharon contra la dictadura cívico-militar estuvieron juntos en el inicio de este partido en los años ´80, aprendimos mucho, hicimos mucho, formamos juntos y fuimos tomados. 

En nombre de esa trayectoria del PT yo quiero apostar que ellos puedan hacer una reflexión histórica.

El PT que está ahí no es de nuestro interés ni interesa a Brasil. 

El centro ya está lleno de partidos, y la derecha también. 

Correio da Cidadania: ¿Para finalizar, qué piensa del núcleo que controla el Ejecutivo después de Dilma Rousseff?

Lisete Arelaro: Tuve un gran amigo sociólogo llamado Maurício Tratenberg.

 Era una persona especial y acostumbraba decir: “relájate y goza, porque sólo estamos entre el último golpe y el próximo”.

 Aunque yo no acredite tanto en eso, diría que se núcleo está volviendo, porque fueron electos con Fernando Henrique. 

Y luego en la primera semana que FHC (2) fue electo un hombre de su gobierno dijo que ellos venían para quedarse 20 años. 

Se quedaron ocho. 

Privatizaron todo lo que mejor teníamos y así se complotaron. 

Y ahora están de vuelta.

Nota de Correspondencia de Prensa

1) Plínio de Arruda Sampaio (1930-2014), abogado, intelectual activista, fundador y militante del PT hasta 2005. Luego se integró al PSOL (Partido Socialismo e Liberdade) y fue candidato a la presidencia en 2010.

2) Fernando Henrique Cardoso (FHC), del Partido de la Social Democracia Brasileña, presidente de la República en dos períodos entre 1995 y 2002.



Correio da Cidadania

Traducción: Ernesto Herrera

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