La lucha de Argentina y Reino Unido por lograr la soberanía de las Islas Malvinas, ubicada en el Atlántico Sur, se originó en 1833, luego de que los británicos ocuparan el archipiélago de forma arbitraria.
El archipiélago de Las Malvinas con unos 2 mil 900 habitantes está formado por algo más de 200 islas. Además, es uno de los 16 territorios no autónomos que la ONU mantiene bajo la supervisión de su Comité de Descolonización, un organismo que revisa anualmente la situación de las islas.
La era Kirchnerista se caracterizó por su endurecimiento en la política con relación a la gestión exterior. Las Malvinas y su soberanía era parte de la agenda internacional de la Argentina de Néstor y Cristina.
Desde el mandato de Néstor Kirchner, ha ido construyendo una política consistente en torno a la causa Malvinas, sustentado en la memoria, democracia y soberanía, que reafirma los derechos argentinos sobre las islas.
La exembajadora de Argentina en el Reino Unido, Alicia Castro, evidenció que durante la era K “se logró el apoyo de toda la comunidad internacional para promover el diálogo con el Reino Unido, no solo en el Mercosur, en Unasur, en la CELAC, sino que todos los países africanos reconocieron en una cumbre en Guinea Ecuatorial la soberanía argentina sobre el Reino Unido, por supuesto los latinoamericanos, el G77 más China, Rusia, entre otros”.
La gestión por la soberanía inició el 13 de julio de 2004, cuando el expresidente Néstor Kirchner introdujo en la causa Malvinas una modificación sustancial de la política vigente para ese año. Invitado a Reino Unido por el entonces primer ministro, Tony Blair, Kirchner renunciaba el llamado “paraguas de soberanía”, aquella cláusula tácita que regía las relaciones con el Reino Unido desde su restablecimiento en 1989 y que había congelado la disputa soberana en pos de una supuesta mejora de las relaciones económicas entre ambas naciones.
“Hay dos problemas fundamentales en los que creo que ambos gobiernos nos tenemos que poner a trabajar: la soberanía de Malvinas y la concesión de los permisos de pesca”. Así, por primera vez desde el conflicto bélico de 1982, un presidente argentino pronunciaba ante un primer ministro inglés el reclamo de soberanía por las islas.
En 2007, el Gobierno argentino finalizó el acuerdo de 1995 con el Reino Unido para la explotación de hidrocarburos en el Atlántico Sur, invocando el lanzamiento “unilateral” por la parte británica de licitaciones en el área de disputa.
Más tarde, en el 2009, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió reabrir las negociaciones y fue rechazado por el primer ministro del Reino Unido.
Macri ha sido el primer presidente en asumir el mandato que no menciona en ningún momento el reclamo de las Malvinas en su discurso de toma de posesión, desconociendo el derecho de los argentinos sobre el territorio de las islas.
El conservador Mauricio Macri desde su llegada al Gobierno argentino prometió un “nuevo tipo de relación” con Reino Unido, pero sin exigir el derecho a la soberanía sobre las Islas Malvinas. Así, se dio un giro en el tratamiento del reclamo, suavizando las discusiones con los británicos para abrir un “diálogo”, pese a que este ha sido rechazado en varias ocasiones por parte del país europeo.
Unos nuevos acuerdos se han trazado entre Argentina y Reino Unido: negociar la reanudación de los vuelos desde aeropuertos argentinos a las islas Malvinas y trabajar hacia la realización de proyectos conjuntos de exploración de hidrocarburos en las islas.
Los países que mantienen la disputa por la soberanía del archipiélago informaron que harán esfuerzos para eliminar medidas restrictivas en las industrias de petróleo, gas, transporte y pesca.
Asimismo, se comprometieron a trabajar más estrechamente en una serie de temas bilaterales, incluyendo comercio y seguridad.
(Telesur)