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Bananeros de Brasil tendrán ahora sus Olímpicos


Ahora los Juegos del canalla están de vuelta en Brasil -con una junta parlamentaria disputando medallas de oro con una banda institucional de criminales que involucra a los grandes bancos, las grandes empresas, medios de comunicación corporativos y sectores del poder judicial y la Policía Federal. 

La farsa se está vendiendo como un juicio en el Senado contra la presidenta Rousseff, acusada - sin pruebas - de maquillar financieramente el presupuesto del Estado.

Por Pepe Escobar

Los Juegos Olímpicos de Río se han acabado -Bolt, Phelps, Neymar, la piscina verde, Lochte el despreciable americano y todo lo demás- pero la audiencia global puede haber sido librada de un vergonzoso último acto.

Oportunista mediocre incompetente, corrupto traidor cobarde, y usurpador político certificado, el presidente interino Michel Temer, se negó a asistir a la ceremonia de clausura, temerosos de ser abucheado en un repleto estadio Maracaná. Según las últimas encuestas, el 79% de los brasileños quieren que Temer El usurpador se vaya. Ahora.

De esta manera Temer el usurpador no fue capaz, según el protocolo, de pasar el testigo (para los olímpico de Tokio en 2020) al primer ministro de Japón, Shinzo Abe. 

El equipo de Temer ofreció una reunión más tarde en la capital, Brasilia. Los diplomáticos japoneses se negaron rotundamente; ¿quién quiere que su primer ministro se reúna con un cobarde escondido?

El ex presidente Lula cabildeó fuertemente para llevar los Juegos Olímpicos a Río de Janeiro, y los preparativos continuaron durante el gobierno de Dilma Rousseff. Junto con el temor primigenio de Temer el usurpador de ser abucheado al igual que en la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos, que condujo a su posterior humillación diplomática, una campaña de propaganda política nociva y patética se desplegó hasta el final de los juegos, tratando de disminuir o incluso extinguir el papel de Lula y Dilma. 

Un buen número de atletas brasileños con grandes actuaciones en los juegos se beneficiaron de los programas deportivos apoyados por el gobierno.

Ahora los Juegos del canalla están de vuelta en Brasil -con una junta parlamentaria disputando medallas de oro con una banda institucional de criminales que involucra a los grandes bancos, las grandes empresas, medios de comunicación corporativos y sectores del poder judicial y la Policía Federal.

 La farsa se está vendiendo como un juicio en el Senado contra la presidenta Rousseff, acusada - sin pruebas - de maquillar financieramente el presupuesto del Estado.

A diferencia del cobarde usurpador, Rousseff se presentará en el Senado para mirar a los 81 miembros directamente a la cara; estas son las personas que a finales de este mes, para todos los efectos prácticos, salvaran o sepultaran la democracia brasileña para siempre. Rousseff, en caso de -milagrosamente- no ser sometida a juicio político, propone un referéndum que conduzca a nuevas elecciones.

En su estado actual, las cosas no se ven bien. El fallecido, el gran Jean Baudrillard -un gran amante de Brasil- caracterizaría el ímpetu del juicio político contra Rousseff como un simulacro, borrando el verdadero crimen; el golpe parlamentario/institucional orquestado por un grupo notorio de sinvergüenzas, Temer incluido.

El multidimensional golpe, con elementos de guerra híbrida modificados, viene con un final preestablecido. No importa que incluso los expertos brasileños del Ministerio Público hayan admitido en varias ocasiones que no hay base jurídica para el juicio político contra Rousseff. Incluso el fiscal federal en el caso concluyó hace unas semanas que ella no ha cometido ningún crimen -«responsabilidad» o de otra manera.

La banda a cargo del enjuiciamiento incluye dos de cada tres miembros del Congreso brasileño que enfrentan a una serie de escándalos. Toda la farsa institucional apunta al Legislativo, al Poder Judicial y el Ministerio Público demorándose en acusar a los sinvergüenzas del legislativo al tiempo que aceleran el procedimiento contra Rousseff. Esa es la definición de crimen organizado.

El objetivo final, desde el punto de vista de la galaxia golpista, es penalizar y terminar para siempre con el Partido de los Trabajadores -de Lula y Rousseff hacia abajo- bajo una inminente andanada de nebulosas acusaciones de «obstrucción de la Justicia».

Y a la administración Obama le encanta

El presidente de la gigante empresa constructora Odebrecht, detenido desde hace meses, acusó a Temer el usurpador de suplicar por -y recibir- «ayuda electoral» no revelada, en efectivo, para su partido, el PMDB. Temer ya ha sido condenado por violar las leyes de financiación de las elecciones y se le ha prohibido postularse para un cargo público durante ocho años.

El canciller interino, José Serra, también recibió «ayuda electoral» para su campaña presidencial en 2010; parte del botín fue pagado en el extranjero, algo que investigado adecuadamente podría conducir a su partido, el PSDB, a perder su registro.

En estas últimas semanas, Temer el usurpador sin rodeos ha acelerado el calendario de la farsa del juicio político, evitando al mismo tiempo que Dilma monte una defensa detallada. Su excusa; él tiene que ir a Hangzhou, China, para la cumbre del G-20 a partir del 4 de septiembre. Y necesita ir como presidente a cargo -no como «líder» de un gobierno provisional no elegido actuando como que ha ganado su mandato en la mesa de votaciones.

La verdadera razón de la prisa, sin embargo, es que Temer temía como la peste, la grave acusación de corrupción en el caso Odebrecht . Otros cargos pueden ser inminentes. Sin embargo, él está protegido -al menos por ahora; la mafia -como en la Diosa del Mercado, los grandes bancos de Brasil y sus cómplices en los medios corporativos- está de su lado.

Brasil sigue estando totalmente paralizado por la farsa política/institucional. La octava economía más grande del mundo, el segundo mayor exportador de productos alimenticios, y la mayor plataforma industrial del Occidente en desarrollo, esta sangrado, gravemente. Los trabajadores petroleros están acusando a la Mafia por la pérdida de 1.5 millones puestos de trabajo. Enormes proyectos de infraestructura se han paralizado. Grandes empresas constructoras están prácticamente en bancarrota; Odebrecht ha despedido a más de 70.000 trabajadores.

Simultáneamente el «gobierno» del usurpador Temer ya ha comenzado a promulgar su plan maestro - directamente del manual del capitalismo del desastre. Una de las «políticas» clave es vender Petrobras - y las reservas pre-sal- a los intereses corporativos extranjeros, usualmente estadounidenses. Lula identificó correctamente las reservas del pre-sal -hasta ahora el mayor descubrimiento de petróleo en el siglo 21- como fuente privilegiada para un nuevo impulso para el desarrollo de Brasil.

Pero hay muchos más desastres en espera; la venta del desarrollo industrial autóctono brasileño a través de la privatización incondicional, el abandono de la defensa de la ingeniería brasileña de conocimientos especializados; severos recortes en la educación, la salud, la ciencia y la tecnología; «flexibilización» de los derechos de los trabajadores, que equivale a atacarlos en todos los frentes; un ataque regresivo sobre las pensiones; y sabotear el Mercosur -el mercado común sudamericano- en beneficio de la subordinación vasalla a los intereses estadounidenses.

El -legítimo- ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Rodolfo Nin Novoa, fue incluso obligado a denunciar al -ilegítimo- ministro de Relaciones Exteriores de Brasil, el inmoral Serra, por tratar de comprar la ayuda de Montevideo para impedir que Venezuela ocupe la presidencia temporal del Mercosur. En poco más de tres meses, Serra logró reducir la diplomacia brasileña a un montón de bananas podridas.
Y luego, por supuesto, está la cereza en el pastel de queso; el pleno apoyo de la administración del pato cojo Obama, al golpe y la farsa de juicio político.

Obama no tuvo los cojones de decirlo directamente. Eso se hiso a través de una reunión del secretario de Estado John Kerry con el repelente Serra, en un viaje a Brasil a principios de agosto. Kerry incluso emitió una larga declaración -a todos los efectos prácticos de legitimación del golpe.

Kerry no tuvo los cojones para reunirse con Temer el usurpador. Y qué; todo el Hemisferio Sur ahora sabe cuál es la posición de Washington. Cambio de régimen parlamentario/institucional es, por supuesto, okey. Mientras impida la integración de los BRICS y el comercio chino/avance comercial en Latinoamérica.

Hay que seguir adelante, no hay nada que ver aquí -en tanto Washington procede con el serio asunto de la negociación de dos bases militares cruciales con el vasallo neoliberal de Argentina, Mauricio Macri; una en la Patagonia, rica en recursos, la otra justamente en la triple frontera entre Brasil, Argentina y Paraguay, justo al lado del acuífero más grande del planeta.

Y luego está todo el petróleo pre-sal a punto de ir a Chevron! ¿Cómo no encantar el olor de un cambio de régimen en la mañana? Definitivamente huele a victoria. Y usted ni siquiera necesita enviar a los marines para ello.

Publicado por La Cuna del Sol
USA.

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