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¿Será nuestra derrota, la miseria de nuestros niños y niñas?


Fue Bobby Sands, mártir de la causa republicana irlandesa, el que acuñó la frase: “Nuestra venganza será la risa de nuestros niños”. 

Toda una declaración de principios que indica que el objetivo real de todo movimiento revolucionario no es nada más y nada menos que la generalización de la justicia, especialmente para los sectores más desprotegidos de la sociedad. 

Incluso para los y las que por edad no pueden votar y por tanto nadie les diseña campañas de marketing para tal efecto y solo se reducen a diseñarles campañas comerciales.

Los datos que voy a mostrar a continuación no pertenecen a la izquierda, movimientos sociales ni organizaciones revolucionarias vascas. 

Y no pertenecen porque sencillamente nadie los elabora, no se si será por falta de medios o por ganas. 

Los datos vienen de movimientos religiosos, ONGs de dudosa financiación y agrupaciones pro-gubernamentales vascas. O sea, que son datos que con casi toda seguridad menores a lo que la realidad vasca realmente contiene.

En menos de la última década, los niños y niñas de Euskal Herria en riesgo de pobreza se han duplicado. Por ejemplo, si en el 2012 el 14% de quienes se encontraban en riesgo eran menores de 14 años, ahora ya son el 25%. 

Las situaciones de pobreza real entre menores de 14 años avanzan a mayor ritmo que en cualquier otra franja social. 

Si la pobreza de la población vasca mayor de 14 años ha aumentado entre 2008 y 2014, el aumento en puntos se cuadruplica en la población menor de 14 años. La evolución de la tasa de pobreza infantil ha hecho que actualmente sean los niños y niñas de Euskal Herria los que han pasado a ser el grupo de edad con mayor riesgo de pobreza.

Se estima que el 22,2% de los menores de 15 años (66.458 niños) están ya en riesgo y peligro de exclusión social, lo que supone no contar con recursos económicos suficientes para hacer frente, en el corto plazo, a los gastos habituales considerados necesarios para mantener los niveles mínimos en esta sociedad. Según Unicef se descubre que cada vez son más los niños vascos en peores condiciones que están menos satisfechos sobre su vida y sobre todo entre las niñas y los migrantes.

Cuando hablamos de pobreza infantil, nos imaginamos al chaval o la chavalilla harapienta que nos extiende una mano en la calle para que le echemos unas monedas. 

Lo cierto es que los casos de malnutrición infantil en Euskal Herria están subiendo exponencialmente y muy bien camuflados. Se cuentan por decenas de miles. Según datos oficiales de la burguesía vasca ya superarían los 16.000.

 Un problema prácticamente invisibilizado pero que se está dando. Puede ser perfectamente el chaval que le rugen la tripas en la ikastola.

Este cuadro de pobreza que se va abriendo paso desde la infancia unido a la situación precaria y dependiente de la juventud vasca indica claramente que Euskal Herria se dirige a buen ritmo en dirección a la desestructuración generacional de la clase trabajadora vasca por mucho que los indicadores burgueses hagan sus comparativas victoriosas con los entornos y datos que más les conviene. 

Pero no cabe duda que la dirección que lleva Euskal Herria nos acerca a ellos cada día que pasa más con una mayor pérdida de capacidad material para la clase trabajadora vasca, empezando desde la niñez. Que las políticas asistenciales, la limosna y el supuesto estado de bienestar que dicen defender algunos políticos de derecha o izquierda no son ninguna solución ya que no ataja el modelo político-económico que genera la desigualdad.

La pobreza y la pérdida de poder adquisitivo de las clases populares es directamente proporcional al beneficio de los que acumulan riqueza. No de supuestos accidentes climatológicos caídos del cielo. No es solamente el estado español o francés el que arruina a Euskal Herria, es principalmente la clase burguesa vasca la que lo hace y se beneficia con ello (una de las razones principales de que aún no seamos independientes), y es la clase trabajadora vasca la que en ausencia de su fuerza y vigor para enfrentarse a ella, puede hacer que su derrota sea la la falta de soberanía y esconder la miseria de nuestros niños y niñas.


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Publicado por Odio de Clase

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