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Suiza le sigue a Islandia en declarar la guerra contra los Bancos


"Si quieres seguir siendo un esclavo de los bancos

y pagar el costo de tu propia esclavitud,

entonces deja que los banqueros sigan

creando dinero y controlando el crédito”.

Josiah Stamp


Islandia ha ganado la admiración de los populistas en los últimos años haciendo lo que ninguna otra nación en el mundo parece estar dispuesta o ser capaz de hacer: enjuiciar a los banqueros criminales de diseñar el colapso financiero con fines de lucro.

Su revuelta eficaz contra la clase bancaria, que condujo a la pequeña nación a una crisis económica en 2008, es el ejemplo aún más brillante de que el mundo no tiene que estar en deuda a perpetuidad a una austera y criminal élite adinerada.

En 2015, 26 banqueros islandeses fueron condenados a prisión y el gobierno ordenó una venta del banco en beneficio de la ciudadanía.

Inspirados por el progreso de Islandia, activistas en Suiza ahora están haciendo un stand importante contra los cárteles de la banca y han solicitado exitosamente a llevar la iniciativa a referéndum público que atacará a los bancos privados donde más importa:

Su poder para prestar dinero que en realidad no tienen, y crear dinero de la nada:

"Suiza celebrará un referéndum para decidir si se debe prohibir a los bancos comerciales crear dinero.


El gobierno federal suizo confirmó el jueves que celebraría un plebiscito, después de que más de 110,000 personas firmaron una petición para que al banco central se le diese el único poder de crear dinero en el sistema financiero.


La campaña - dirigida por el movimiento Dinero Suizo Soberano y conocido como la iniciativa Vollgeld - está diseñada para limitar la especulación financiera, al exigir alos bancos privados mantener reservas 100pc contra sus depósitos."


Suiza se encuentra en una posición clave para desempeñar un papel revolucionario en cambiar cómo funciona la banca global.

Además de ser el puerto más seguro del mundo para el almacenamiento de la riqueza, es también el hogar del Banco de Pagos Internacionales (BIS), una sombría empresa privada propiedad de muchos de los bancos centrales del mundo, y actuando como un prestamista de los bancos centrales. 

El BIS es el corazón de la banca mundial de reserva, es la política que permite a los bancos a prestar dinero que no existe realmente en sus depósitos bancarios, sino que es, literalmente, creado electrónicamente de la nadacada vez que un banco extiende una línea de crédito.

La reserva bancaria es la política que garantiza la deuda insuperable como el resultado de todas las transacciones financieras.

La iniciativa de Dinero Soberano en Suiza tiene como objetivo frenar la especulación financiera, que es el resultado deseado e inevitable de la banca de reserva, la herramienta que hace posible el aventurerismo financiero mediante el suministro de los bancos con cantidades infinitas de dinero fiduciario.

Limitar la capacidad del banco para producir dinero de la nada sería un golpe directo a las raíces del cartel bancario, y paralizaría su capacidad de manipular la economía mundial.

Así es como funciona, en términos bastante simplificados:

"...si tuviéramos acceso a los mismos terminales informáticos que los bancos tienen, podríamos hacer magia dentro o fuera de la existencia de todas las cosas imaginarias a las que estamos entrenados para pensar como importantes - el dinero - en cualquier cantidad que quisiéramos.

Así es como funciona:

cuando imprimen un buen montón de estas cosas hay un auge

cuando imprimen demasiado de él, hay inflación (en realidad, la impresión del dinero es inflación)

cuando dejan de imprimirlo o simplemente se aferran a él, hay una depresión".


En Suiza, el 90% de todo el dinero en circulación es electrónico, y para ello, el Banco Nacional de Suiza se ha convertido en el blanco directo de la Campaña de Dinero Soberano.

La legislación suiza en el pasado ha requerido a los bancos respaldar toda creación de moneda con activos colaterales como la plata o el oro físico, sin embargo, en las últimas décadas, el clima ha cambiado, y,

"debido a la aparición de las transacciones de pago electrónico, los bancos han recuperado la oportunidad de crear su propio dinero."

La campaña de base dijo en una declaración pública con respecto a las intenciones del referéndum,

"Los bancos ya no serán capaces de crear dinero para sí mismos, sólo serían capaces de prestar el dinero que ellos tienen de los ahorradores o de otros bancos."



Este es un interesante giro en la saga humana del hombre versus los bancos, y si bien queda por ver si el referéndum pasa o no, debe ser señalado que tiene sus propios problemas, articulados por Sam Gerrans:

"...se dice que al banco central se le debe dar derecho exclusivo de crear dinero.

Esto dejaría esencialmente la creación de dinero en las mismas manos que aquellos que controlan la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra en lugar de permitirles cosechar del proceso. Pero al menos se nota que la gente está empezando a despertar a dónde reside el verdadero poder.

En el improbable caso de que este movimiento popular en Suiza se saliera con la suya y su legislación propuesta fuera promulgada y, luego empieza a transformarse en algo que realmente amenazaría a la élite bancaria, no hay que sorprenderse si Suiza es dentro de poco acusada de albergar armas de destrucción masiva, o haber planeado el 09/11, o que está financiando el Estado Islámico".

Parte del condicionamiento cultural de nuestro tiempo es una arraigada presunta dependencia en las instituciones de vacas sagradas como la banca.

Al igual que es imposible para la mayoría de los estadounidenses imaginar un mundo sin demócratas y republicanos, es difícil para la mayoría de la gente imaginar un mundo sin banca global depredadora.

Sin embargo, hay una serie de otras posibilidades para comerciar, almacenar riquezas, y facilitar el desarrollo en el mundo.

Este no es el único sistema económico que podemos imaginar, y como Islandia ha demostrado, la gente puede recuperar el control de su riqueza colectiva, así que quizás esta revolución se fomentará aún más en Suiza, presentando la oportunidad de, al menos, lograr una mayor sensibilización a la verdad sobre la banca central.

traducción de Adela Kaufmann


Publicado por Enrique Sierra Mendoza

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