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Seis indicios que vaticinan que 2016 será un año peor


El portal zerohedge.com nos ofrece un listado de acontecimientos que han impactado de manera negativa en nuestra vida durante el año en curso —sin importar en el país en el que vivamos— y que nos afectarán en 2016.

1. Los cambios geopolíticos

El mundo cada vez es más inestable: desde el prolongado conflicto en el sudeste de Ucrania hasta las disputas territoriales entre Japón y China, pasando por la sangrienta guerra en Siria, la crisis de refugiados en Europa, el aumento de los conflictos religiosos en todo el mundo y el fortalecimiento del macabro Estado Islámico.

Las guerras tradicionales, en las que dos Ejércitos luchaban en el campo de batalla, son cosa del pasado; en el futuro, los conflictos tendrán lugar cerca de nuestras casas. Por lo tanto, los autores advierten que es necesario estar preparados para afrontar una época de mayor inestabilidad, en relación con la política y con más problemas de seguridad.

2. Auge del totalitarismo

El auge inesperado del Estado Islámico y de sus afiliados es una noticia inquietante que produce una mezcla heterogénea de sentimientos, que van desde el miedo hasta la ira, pasando por la tristeza. "En última instancia, todos ellos conllevan el mismo resultado: los Estados ejercen más control sobre sus ciudadanos y las libertades individuales menguan", sugiere el artículo.

Un ejemplo de ello es que los países occidentales están limitando el uso de efectivo, con el pretexto de combatir el terrorismo y las actividades ilícitas. "Si miramos hacia el futuro, parece que esta tendencia empeorará y nos dirigimos hacia un Estado policial 'orwelliano', en el que nadie tendrá derecho a la privacidad financiera".

3. El 'rescate' de Grecia

A principios de este año, una de las cuestiones más apremiantes era la posible salida de Grecia de la zona euro, el llamado 'grexit'. En ese momento, parecía muy real que ese país pudiera salir de la zona euro, aunque al final lo 'salvaron'. Una vez más, "la idiotez política prevaleció sobre la racionalidad económica", asegura Zerohedge, que estima que ese paso retrasó el "inevitable fracaso del sistema financiero griego".

Para este portal, resulta más sorprendente que Grecia, que representa alrededor del 0,38 % del PIB mundial, recibiera otro paquete de rescate enorme a cambio de aplicar controles de capital, restringir la retirada de efectivo o cerrar el mercado de valores, entre otras medidas estrictas. Es decir, una violación de la propiedad privada sin precedentes en un país occidental moderno.

4. Aumento de la tasa de interés de la Reserva Federal

La Reserva Federal de Estados Unidos (FED) ha subido las tasas de interés por primera vez desde 2008. En los últimos siete años, estaban entre el 0 % y el 0,25 %. Por lo tanto, este organismo se ha convertido en la primera [y principal] gran entidad bancaria central que elevó las tasas de interés.

Con esta ligera subida, la FED trata de demostrar al mundo que su política durante la crisis financiera fue adecuada y tuvo un efecto positivo. Sin embargo, la economía de EE.UU. no está tan bien como pudiera parecer.

5. El aumento mundial de impagos de deuda

En 2015 fuimos testigo de la mayor cantidad de impagos de deuda corporativos después de la crisis financiera. Muchas empresas, sobre todo del sector de la energía y las materias primas, incurrieron en esa situación fruto de su endeudamiento excesivo, debido a que fueron engañadas por las tasas de interés cercanas a cero.

Cuando el barril de petróleo costaba más de 100 dólares, resultaba una inversión muy interesante, pero ahora los precios han caído más de un 50 %, con lo cual muchas compañías de este sector han dejado de pagar sus deudas.

En 2016, los autores predicen que se producirá una oleada masiva de impagos.

6. La caída del precio del petróleo

El precio del petróleo cayó a su nivel más bajo en casi 11 años, hasta alrededor de 35 dólares por barril. El portal argumenta que se trata de una clara señal de que la economía no se encuentra en un momento tan bueno como indican los medios de comunicación.

Además, el colapso de muchas empresas que trabajan en la industria podría generar una crisis de tal intensidad que podría hacer que lo vivido en 2008 fuera algo insignificante.
¿Qué se puede hacer?

A pesar de que todo el mundo desea tener seguridad y estabilidad, el pronóstico para el futuro es bastante sombrío: las tensiones geopolíticas no cesan de aumentar, cada vez hay menos seguridad y las grandes compañías aumentan sus deudas a diario.

Como en estos momentos es imposible predecir el futuro, incluso a corto plazo, los autores señalan que una de las inversiones menos arriesgadas sería adquirir oro y plata, siempre y cuando pueda tener acceder a esos materiales con total libertad y en cualquier momento.

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