Ante el escándalo de acoso sexual en vivo, por parte de Enrique Tovar hacia su compañera Tania Reza, ambos conductores del programa ATM, de Televisa Ciudad Juárez, la redacción de Regeneración ha hecho un recuento de videos en los cuales se puede observar el discurso machista y sexista utilizado en la televisión mexicana hacia las mujeres.
El alcance de este tipo de programas en un país donde la televisión es la tecnología a la que más tienen acceso los mexicanos, (el 95% de los hogares cuenta con un aparato para informarse y/o para entretenerse) es preocupante.
De acuerdo con información proporcionada por la Encuesta Nacional de Hábitos, Prácticas y Consumo Culturales (Conaculta, 2010) el 90% de los entrevistados ve televisión, y entre ellos, el 40 % lo hace por más de dos horas al día.
Además, según encuestas nacionales en vivienda de Parametría los conductores de programas más conocidos son aquellos que pertenecen a las barras de entretenimiento por encima de las de información.
Personajes como Galilea Montijo y Andrea Legarreta, encabezan las listas de popularidad en todo México. Programas como Hoy y Sabadazo son productos de televisa consumidos de manera masiva en todo el país.
Por medio de estos programas, se refuerza la estigmatización de la imagen femenina y el rol que se le ha otorgado durante décadas en la sociedad, tanto como de objeto del deseo como de sumisión ante el hombre.
Pero no sólo eso, también refuerza la vieja creencia de que el hombre es dueño de la mujer, además de ser poseedor de un instinto sexual incontrolable que debe ser saciado con prontitud. Ambas, sobra decir, son creencias totalmente erróneas.
Estas son las imágenes, voces y discursos que se vuelven imaginarios de niñas y niños, adolescentes y adultos, potenciales reproductores de actitudes machistas y violentas.
¿Hasta qué punto hemos normalizado la violencia que se ejerce hacia la mujer, cosificando su cuerpo, y atribuyéndole a ella un valor en función sólo de su aspecto?
¿Cuál es la responsabilidad de los medios ante la reproducción de estos valores y estereotipos?
Cosificación sexual: consiste en representar o tratar a una persona como un objeto sexual, ignorando sus cualidades y habilidades intelectuales y personales y reduciéndolas a meros instrumentos para el deleite sexual de otra persona.
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