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Los Somoza no eran inmunes a la muerte...la soberbia los mato


Hay hechos que cambian la historia, ò por lo menos, ayudan a cambiarlas a mediano plazo, uno de esos hechos en Nicaragua, fue la muerte de Anastasio Somoza García, el acto de héroe de Rigoberto López Pérez, ocurrido por una decisión soberbia, autoritaria de yo "soy el mando" del iniciador de la dictadura Tacho Somoza García.

El 21 de septiembre de 1956, horas antes de irse a su última fiesta, el General Anastasio Somoza García, Presidente de la República y Director de la Guardia Nacional, escuchó dos avisos de advertencia de que sería asesinado, pero los ignoró por completo.

Uno de los avisos provino del fundador de la Oficina de Seguridad Nacional (OSN), el norteamericano Richard Van Winckle; y el segundo, de su leal amigo, el Coronel Camilo González. Sin embargo, el precursor de la dinastía Somoza, se rio de ambas advertencias de muerte y las calificó de “locuritas”.

“Tacho, no vayas, que te van a matar”, le advirtió el Coronel González Cervantes, su amigo de infancia, minutos antes de abordar la caravana militar que lo conduciría a la Casa del Obrero, de León. Somoza, dirigiéndose al joven Danilo Barreto, Jefe de Protocolo Presidencial, le respondió: “Miré hijo, parece que hoy todos los locos andan sueltos”.

El Coronel González, entonces, le pidió registrar a todo el que asistiera a la fiesta de esa noche y “Tacho” se negó. “Sería una ofensa para mis amigos obreros”, dijo y marchó a la recepción. 

Horas después, caería mortalmente herido por el impacto de cuatro proyectiles calibre 38, disparados desde un revólver Smith & Wesson, de gatillo escondido, en manos de Rigoberto López Pérez.

Años después, el reportero Roberto Fonseca interrogó ¿Por qué Somoza desestima las dos advertencias?, y recuerda-.

Le pregunté a Agustín Torres Lazo, ex integrante de la Corte Militar de Investigación y Fiscal en el Consejo de Guerra.

 “Porque en Nicaragua, en aquellos años, era una constante oír decir que querían matar a Somoza, como es el caso del famoso jorobado, que se dijo que venía de Costa Rica para matar a Somoza”.

EL JOROBADO

 En los años 45 y 46, rememora Torres Lazo, la OSN recibió información de que un asistente del presidente costarricense José “Pepe” Figueres, de nombre Frank Marshall, había contratado a un jorobado para asesinar a Somoza García, durante la inauguración del puente de Ocotal. El dictador nicaragüense dio una orden fulminante: “Al primer jorobado que vean, me le meten plomo y después averiguamos”.

Sin embargo Meses después, el embajador de Nicaragua en Guatemala, Carlos Duque Estrada, informó que el gobierno del dictador Carlos Castillo Armas le notificó que tenían detenido a un jorobado, el mismo que presuntamente atentaría contra Somoza García. 

Entonces, partió a Guatemala el coronel Heberto Sánchez, quien era “hombre que Somoza utilizaba para muchos servicios”, para “negociar” con el gobierno guatemalteco la extradición del jorobado.

Concluidas las gestiones, voló una avioneta de la Fuerza Aérea Nicaragüense al país centroamericano, llevando a bordo a Carlos Malespín y Lázaro García, para traer consigo al famoso jorobado.

Es curioso, Somoza García desde antes de su fallecimiento, buscó cuidarse sus ESPALDAS como acto de prevención y obvia desconfianza y por innumerables enemigos y Somoza García trajo a Nicaragua a un ex Agente del Buró Federal de Investigaciones de los Estados Unidos (FBI), de nombre Richard Van Winckle, para montar y organizar la tenebrosa Oficina de Seguridad Nacional (OSN), encargada de velar por la seguridad de la familia gobernante y del régimen dictatorial. 

Fue el quién le advirtió, Somoza desestimó por soberbia a su amigo norteamericano y antes de ocurrir los hechos, el norteamericano le renunció al cargo y funciones. Somoza García falleció y lo enterraron con su soberbia.

¿Quién era Van Winckle, el gringo director y fundador de la Seguridad… Somoza decide organizar la Oficina de Seguridad Nacional y para ello trae a un agente del FBI de los Estados Unidos, llamado Richard Van Winckle, un gringo alto, desgarbado. Con una decena de oficiales pasó a formar la Oficina de Seguridad. 

Entre los nombres que recuerdo están Oscar Morales, Ruperto Hooker, Gregorio Pichardo, Agustín Torres López, Carlos García, Lázaro García, todos ellos tuvieron participación en el andamiaje somocista de represión y se convirtieron en grandes torturadores, recuerdan oficiales de la GN, ya en el exilio en la década de los 80.

Ellos conforman la Oficina de Seguridad, cuyo objetivo y misión fundamental era la seguridad de Somoza y su familia; Van Winckle dirige la Oficina de Seguridad hasta que el Coronel González se hace cargo de ella”. Una necesidad de "nueva imagen", refieren algunos del circulo de Somoza García. 

Fuera de la acción de Rigoberto López Pérez, Somoza García fue víctima de creerse infalible, de que su poder era tan poderoso, que no había fuerza humana que quisiera terminar con su vida, simple soberbia, dueños de todo, terminó sin nada y enterrado, después de fallecer en Panamá.

Al morir, es más, la polémica sobre su muerte le siguió, al insinuarse que su muerte fue aprovechada por la CIA, autoridades máximas norteamericanas, ya no querían más Somoza García, y con las circunstancia de sus heridas de cuatro balas, su decisión de vivir ò morir, quedó en manos gringas.

Médicos nicaragüense que lo atendieron de emergencia, como el Doctor César Amador Kuhl, rememoró los hechos y sugirió que Somoza García, había fallecido por descuido ò mal práctica médica, ya que sus heridas originales no eran tan dramática como para morirse.

La soberbia del poder, es adquirida en el ejercicio del poder y nubla situaciones que bien pueden llevar a la muerte, y este caso de Somoza García, es un ejemplo de que nadie está infalible, igual ha ocurrido en tiempos modernos, con otras realidades no comparables, es el caso del venezolano Comandante Hugo Chávez Frías, poderoso, hegemónico, pero murió de cáncer, salvando la revolución por tener visión de líder y dejó líderes que le reemplazarán en la guía de Venezuela.

Estas son lecciones a entender en pleno 2015, a propósito de una efeméride más de la muerte de Somoza García, provocado por los disparos del héroe y poeta Rigoberto López Pérez, al que quien tipificarlo de "asesino", pero lamentable para los que hablan así, la realidad fue un atentado, un herido y Rigoberto muerto por 54 balazos, que terminaron inmediato con su vida, por ende tipificarlo no es posible, porque le mataron los guardaespaldas, si de un atentado, y hasta ahí nomás

¿Por qué escogió a Van Winckle? Porque en Nicaragua se tenían pocos conocimientos de Seguridad Nacional, de vigilancia de gobernantes y trajeron al gringo como un hombre que sabía; años más tarde Frank Barry, también ex agente del FBI y uno de los hombres de seguridad de la Casa Blanca, fue uno de los agentes de seguridad de “Tachito” junior y de la Hope (Portocarrero de Somoza) y los acompañaba a todas partes. 

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