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Nicaragua: Walter Mendoza y los hermanos Ismael Castillo y Franklin Porras

16 años de edad tenía Walter Mendoza Martínez cuando tomó la decisión de dedicar su vida a la causa revolucionaria convirtiéndolo sin desearlo, en otra de las figuras extraordinarias de la Revolución Popular Sandinista. 

Nació en la ciudad de Matagalpa un 28 de Junio de 1958, 21 años después fue secuestrado, torturado y luego asesinado por la Guardia Somocista el 7 de Julio de 1979 en La Barranca, Masaya. Su cadáver fue encontrado en una fosa común en el cerro El Coyotepe.

Matagalpa fue la ciudad que lo vio crecer y formar como revolucionario. Sus calles fueron recorridas por éste incansable joven mientras cumplía tareas comunales a favor de familias pobres en los barrios San Martín y La Virgen, en compañía de Margine Gutiérrez, Fabio Martínez y Sergio Guerrero, todos miembros de la Juventud Cristiana de Matagalpa. 

Corría el año 1974, aún era un estudiante destacado de la secundaría en el Instituto Eliseo Picado, donde logró bachillerarse con notas sobresalientes mientras tenía la responsabilidad de la creación de la base social y redes de apoyo al FSLN.

La captura del compañero René Núñez Téllez, responsable directo de Walter Mendoza el 27 de Diciembre de 1974, lo deja desconectado de la organización guerrillera sin embargo, el trabajo de Walter continuó en los barrios.

Razones de seguridad obligan a los jóvenes sandinistas a cambiar nombres de las organizaciones juveniles intermedias del FSLN, desaparece la Juventud Cristiana de Matagalpa y surge el Movimiento Juvenil Cristiano y poco después se organiza la Asociación de Estudiantes de Secundaria en la que Walter Mendoza, es su secretario de propaganda y divulgación.

En 1976 dirige junto a la compañera Aura Ortiz, una huelga estudiantil en el Instituto Nacional Eliseo Picado de Matagalpa, para exigir la destitución de varios profesores identificados como somocistas. 

Además del trabajo estudiantil, desarrolla la organización comunitaria y es asignado al trabajo en los barrios “La Chispa”, “Gracias a Dios” y “El Chorizo”. Junto a Margine Gutiérrez y otros compañeros editan el periódico “Los de Arriba”, que refleja la dura vida de los habitantes que subsisten en la cima de los cerros que rodean la ciudad de Matagalpa. 

Ese mismo año (1976) ingresa a la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua para estudiar la carrera de Periodismo. Casi de inmediato se incorpora al trabajo revolucionario a través del Frente Estudiantil Revolucionario (FER).

Por su capacidad organizativa, Carlos Arroyo, responsable de Walter Mendoza le orienta trabajar en los sectores populares de la ciudad de Managua y atiende los barrios de San Judas, Open No. 3, Santa Ana y otros. Walter trabaja muy de cerca con la militante sandinista Aura Ortiz, concentrando su trabajo además, con el sector obrero a quienes capta para integrar el Frente Sandinista de Liberación Nacional.

1977 fue el año más difícil para el Frente Sandinista de Liberación Nacional, la caída en combate de Pedro Aráuz y otros militantes sandinistas entre ellos Carlos Arroyo, es un duro golpe la organización guerrillera. Frente a estos acontecimientos, Walter Mendoza, se ve obligado a pasar a la clandestinidad.

Este mismo año ya en la clandestinidad, edita el periódico “Pueblo Trabajador”, una hoja volante que se distribuye entre los planteles obreros de Managua y que refleja la situación de explotación que vive el sector. 

Para Walter, era importante contar con un medio que denunciara el descontento del pueblo y que a la vez fuera instrumento para sumar fuerzas, creara un ambiente generalizado propicio para la toma del poder a través de una insurrección popular.

Realiza las primeras acciones militares de recuperación de recursos económicos, la estructuración de una vasta red de casas de seguridad y el reclutamiento de nuevos compañeros para la organización revolucionaria.

Se destaca no sólo en el trabajo ideológico y político, sino también en el militar. Organiza, planifica y ejecuta con otros compañeros acciones contra la Guardia Nacional en el Open No. Tres, hoy Ciudad Sandino, hostigamientos a la Guardia Nacional en San Judas y a pesar del asedio de la dictadura, logra con éxito el traslado de armas, municiones y material para la elaboración de bombas.

Sus amigos lo identifican como un hombre firme, visionario, fraternal y valiente. 

La formación militar fue otra tarea que debió cumplir Walter Mendoza, Fue organizador de la primera escuela militar llamada “Las Lomas” ubicada en el municipio de San Francisco del Carnicero, hoy San Francisco Libre. Esta escuela fue dirigida por el Comandante William Ramírez y en ella pasaron importantes cuadros del FSLN.

Los cursos de preparación militar fueron multiplicados a pequeños grupos de obreros y crea otras escuelas en barrios como Bello Horizonte y Ducualí.

Incansable trabajo desarrollado por Walter Mendoza con apenas 18 años. El Frente Sandinista de Liberación Nacional orienta la creación de los Comités de Acción Juvenil, los Comités de Acción de los Trabajadores y los Comité de Acción Popular. A Walter Mendoza le corresponde elaborar la estructura del Movimiento Sindical Pueblo Trabajador y de paso, asume la dirección política de los barrios y del movimiento sindical.

Walter funda el órgano de propaganda “El Comité”. Su tarea es la difusión del trabajo realizado en los barrios. A la par, participa en acciones armadas como la recuperación económica en la sucursal Bolonia del Banco Central, otra recuperación económica en Ticuantepe y Las Esquinas.

En septiembre de 1978, mientras en las ciudades de Masaya y Estelí se registra insurrecciones armadas contra la dictadura Somocista, Walter asume la dirección del trabajo de masas en Managua, tres meses después es nombrado a la cabeza del trabajo organizativo popular en toda la capital.

Walter uso diversos seudónimos. “101”, “René”, “Rolando”, “Ernesto”.

Como parte de la preparación de la ofensiva final contra la dictadura somocista, Walter participa en un audaz operativo en el Hospital Bautista, para recuperar equipo quirúrgico que serviría para la atención de los heridos durante la insurrección armada que ya era una realidad.

A pesar del arduo trabajo que implicó la organización guerrillera y que le ocupaba el poco tiempo existente, Walter siempre se preocupó por mantener fuerte la relación con su familia. La dureza de la clandestinidad no fue obstáculo para mantener comunicación con su madre Diega del Carmen Mendoza y con sus hermanos a quienes, además de expresar sus sentimientos de amor, promovió en ellos el compromiso social, la solidaridad, la ética y la moral como principios básicos para la formación del hombre nuevo.

Significativa fue la última visita que Walter hizo a su madre y hermanos a pocos días de iniciar la insurrección popular armada en Managua, fue como una premonición de su partida. A finales del mes de mayo de 1979, “101” tomando todas las medidas de seguridad requeridas para el momento, llegó a la humilde vivienda donde vivía su mamá con tres de sus hermanos, Salvadora, Gladiola y Dany. 

La visita de Walter sirvió para explicar a su madre la necesidad de organizar la seguridad de la familia frente a la batalla final que se avecinaba pero también, para celebrar en medio de la clandestinidad la sublime fecha del Día de la Madre, el último que compartiría con su amada familia.

Los días entonces eran de arduo trabajo organizativo, planificaciones, preparación militar, orientaciones, conformación de las escuadras tácticas de combate, distribución de armas, definir casas para establecer los hospitales clandestinos, centros de almacenamiento de alimentos y medicinas. Había llegado el momento final de la dictadura militar somocista, los días para el inicio de la insurrección popular estaban contados, la marcha hacia la victoria no se detenía.

Walter cumplió a cabalidad sus tareas en medio de lo difícil que implicaba estar frente al asedio de orejas, de miembros de la oficina de seguridad nacional y de la Guardia Nacional. 

El nueve de junio de 1979 cuando inicia la ofensiva final en Managua, Walter participa directamente en los enfrentamientos armados en los barrios orientales. Pero aún en la guerra, Walter desarrolla diversas actividades tanto en el Reparto El Dorado donde se concentra el Estado Mayor del Frente Interno, como en otros barrios capitalinos cuya población ya está alzada en armas contra la dictadura.

Tras semanas de fieros combates, el Frente Sandinista de Liberación Nacional toma la decisión de replegarse a Masaya. 

 El Frente Interno orienta a Walter Mendoza, asuma el trabajo político de reorganización de las fuerzas que se quedaban en la Managua herida por la represión, las operaciones de limpieza de la Guardia y la destrucción causada por los bombardeos somocistas.

En medio de la represión militar, Walter inició el trabajo de organización de contacto con los compañeros que habían quedado desconectados tras el repliegue, organizó escuelas militares de preparación de la población, preparó la defensa civil de la ciudad y reorganizó las redes de apoyo al FSLN.

Casi de inmediato edita un periódico cuyo nombre retomó el órgano oficial de difusión del FSLN tras el triunfo de la Revolución Popular Sandinistas. “Barricada”. 

El Frente Interno que ya estaba instalado en Masaya tras la llegada del repliegue táctico, requirió la presencia de Walter Mendoza y le orienta viajar a esa ciudad. 

 El 7 de Julio de 1979, Walter prepara su viaje a Masaya y orienta a los compañeros Franklin Porras e Ismael Castillo, lo acompañen en la misión, los tres se movilizan en un vehículo amarillo.

Buscando como burlar a los guardias somocistas que se encontraban en los alrededores de El Coyotepe, los tres combatientes revolucionarios deciden ingresar a Masaya por el camino viejo a Nindirí, pero al llegar al lugar conocido como La Barranca, fueron sorprendidos por una patrulla de la guardia somocista.

Los tres muchachos fueron sacados del vehículo, sometidos a una fuerte golpiza y dos de ellos, Walter Mendoza y Franklin Porras, son acribillados a balazos. 

A Ismael Castillo lo dejan con vida para con la ayuda de varios prisioneros que fueron traídos desde El Coyotepe, subieran los cadáveres de Walter y Franklin, a la cima del cerro, Castillo es obligado a cavar un hoyo donde lanzan los cadáveres de sus compañeros, una lluvia de disparos también terminó con la vida de Ismael.

Tras el triunfo de la Revolución Popular Sandinista, doña Diega del Carmen Mendoza y las madres de Ismael y Franklin se dan a la tarea de buscar a sus hijos en los centenares de cementerios clandestinos que la guardia dejo en Managua.

Dos meses después de búsqueda incesante, un guarida somocista prisionero confesó que en los patios de El Coyotepe habían enterrado a tres sandinistas. Los familiares acudieron al lugar localizando los cuerpos de Walter, Franklin e Ismael.

Los restos de Walter Mendoza fueron trasladados a la ciudad de Matagalpa y tras múltiples honores, fue sepultado en el cementerio de la localidad.

Los compañeros que rindieron honores militares a Walter fueron los primeros estudiantes de lo que fue primeramente, la Escuela de Policía Walter Mendoza.

Esa escuela es hoy la Academia de Policía Walter Mendoza, en honor al destacado militante sandinista que fundó las primeras escuelas de preparación militar de combatientes sandinistas en toda Managua.

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