El poder de fuego del narco vuelve a sacudir a México.
Regeneración, 6 de mayo del 2015.
“Un ataque con armamento de guerra contra un helicóptero militar en el estado de Jalisco la semana pasada a manos del cartel Jalisco Nueva Generación encendió las alarmas”, así comienza su exposición el periodista Juan Paullier (@juanpaullier), en un artículo para la BBC-Mundo.
Los seis militares que viajaban en el helicóptero murieron.
Guadalajara, la segunda ciudad del país, y otros puntos del estado sufrieron la virulencia de esta organización delictiva, considerada por las autoridades de México y Estados Unidos como una de las más peligrosas del país.
Quince muertos (seis militares, un policía y ocho presuntos delincuentes), decenas de “narcobloqueos” y gasolineras atacadas tras los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y hombres armados en el marco de la “Operación Jalisco” destinada a debilitar al cartel.
Ese fue el saldo de la caótica jornada del 1º de mayo.
El ataque directo a una aeronave militar tuvo, reconoció el gobierno, “una connotación especial”.
La violencia no es nueva en el estado. A comienzos del mes pasado, 15 policías murieron en una emboscada del cartel con armas de grueso calibre y lanzagranadas.
Pero el ataque directo a una aeronave militar tuvo, reconoció el gobierno, “una connotación especial”.
Ante esto, las autoridades buscan mostrarse en control de la situación.
El secretario de gobernación (ministro del Interior), Miguel Angel Osorio Chong, encabezó este martes una reunión del gabinete de seguridad en Jalisco y prometió que se actuará con “firmeza, decisión y oportunidad”.
El mismo día el propio presidente Enrique Peña Nieto aprovechó un acto con militares para recordar: “Nuestros soldados y marinos han contribuido decisivamente a neutralizar a 93 de los 122 objetivos relevantes de la delincuencia”.
Son los miembros de los carteles más buscados por las autoridades, los llamados “objetivos prioritarios”. Uno de los que sigue suelto es “El Mencho”, Nemesio Oseguera Cervantes, líder del cartel Jalisco Nueva Generación.
Después de los enfrentamientos, la Secretaría de Defensa de México infomó que decomisó al cartel cuatro lanzagrandas y diez cohetes.
“Un reto frontal al Estado”
Aunque la del viernes no es un tipo de ofensiva sin precedente en el país, evidenció la capacidad de fuego de los carteles que han sumido a ciertas zonas del país en ocasionales escenarios de guerra.
El analista en seguridad Alejandro Hope no busca quitarle trascendencia a lo ocurrido, pero intenta ponerlo en contexto.
En conversación con BBC Mundo, recuerda artículos y cifras de años previos en los que se habla de al menos 55 ataques del crimen organizado contra aeronaves del ejército.
Las denuncias de armamento de guerra en manos de los carteles no son nuevas.
“La novedad es que le dieron al rotor y sí lo tumbaron, pero balaceras contra helicóptero ha habido. Fue muy grave lo sucedido, fue un reto frontal al Estado, pero no es un hecho sin precedentes”, explica.
El propio gobierno, a través del Comisionado Nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, reconoció la gravedad del ataque.
“El hecho de que hayan atacado al helicóptero Cougar con unos cohetes que se lanzan a través de una granada, se llaman RPG, demuestra la capacidad de fuego de este grupo”, señaló a la cadena Televisa.
El origen de las armas
Las denuncias de armamento de guerra en manos de los carteles no son nuevas y, opina Hope, no representan un incremento en la capacidad de ataque ni el equipamiento de estas organizaciones.
Lanzacohetes, AK-47, ametralladoras Uzi, fusiles Galil, granadas de fragmentación, fusiles Barret, fusiles AR-15: algunas de las armas que se han denunciado están en manos del narco.
De hecho, de acuerdo a datos oficiales, entre 2006 y 2012 fueron decomisados a organizaciones delictivas 81 lanzacohetes de tipo RPG.
El gobierno informó este martes que en el operativo de la semana pasada se incautaron de dos lanzacohetes RPG, dos lanzacohetes LAW, armas largas y cortas, granadas y casi 4.000 cartuchos de diferentes calibres.
Surge la evidente pregunta del flujo de armamento hacia los carteles.
Lanzacohetes, AK-47, ametralladoras Uzi, fusiles Galil, granadas de fragmentación, fusiles Barret, fusiles AR-15: algunas de las armas que se han denunciado están en manos del narco.
Los RPG (del inglés rocket-propelled grenade), también conocidos como granada propulsada por cohete o lanzacohetes, “pueden ser muy mortíferos pero lo usa cualquier milicia de tercera en cualquier guerra civil de quinta, no estás hablando de un arma de alto grado de sofisticación”, señala Hope.
“Si una milicia en Somalia lo usaba, por qué no acá. Se encuentran en todos los conflictos internos del mundo. Aquí la sorpresa fue que le pegaron (al helicóptero), el tirador debe haber sido el primer sorprendido de que le pegó”, añade.
El analista considera que aunque no puede asegurarlo con precisión no le sorprendería que “vinieran de Centroamérica”.
“En algún momento se rastrearon cargamentos de granadas de fragmentación, que venían del Ejército de El Salvador, misiles LAW, arsenales militares de Honduras que habían sido regalados por Estados Unidos por los ’80”, sostiene.
Pero esto es el material vistoso, un porcentaje menor en los arsenales del narco.
La mayoría es el rifle de asalto u otro tipo de armas que se adquieren legalmente. El mercado negro tiene su relevancia, y también el gris: donde se compra legalmente en un país determinado, pero se importa ilegalmente a México.
“Es más difícil comprar un coche”
“El 90% de las armas del narco vienen de Estados Unidos. Es una cifra lógica”, señala Hope al recordar un estudio sobre la materia publicado en 2010 por el Centro Internacional para Académicos Woodrow Wilson, con sede en Estados Unidos.
Otras investigaciones de oficinas públicas del gobierno de EE.UU. han asegurado que el porcentaje es del 70%.
“Hay como 8.000 armerías del lado americano en estados fronterizos, hay gun shows (feria de venta de armas)”, añade, “mercados secundarios de armas donde ahí no piden identificación de nada, no te hacen ninguna pregunta, es más difícil comprar un coche que un arma”.
El informe del Centro Wilson asegura que las principales armas recuperadas en México que habían sido compradas en Estados Unidos eran los rifles semiautomáticos AK-47 y AR-15.
Los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y hombres armados el viernes en Jalisco dejaron 15 muertos.
En una investigación de Eugenio Weigend Vargas y Silvia Villareal González publicada el año pasado en la Mexican Law Review, y reproducida por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, se estima que anualmente se trafican a través de la frontera entre ambos países 253.000 armas de fuego.
De acuerdo con cifras del primer informe de gobierno de Peña Nieto, presentado en 2013, durante 2011 se incautaron alrededor de 40.000 armas, siendo este año el de mayor número de incautaciones en los últimos diez años, recordó Weigend en un artículo en la publicación Nexos el año pasado.
“En el mejor de los casos”, sentenció, “se está incautando el 16% de las armas entrantes”.
Weigend, doctor en Política Pública del Instituto Tecnológico de Monterrey, afirmó en su investigación que uno de los retos para atacar el flujo de armas desde el otro lado de la frontera es “la autonomía que posee cada estado en Estados Unidos para decidir sus propias regulaciones en materia de armas”.
“Estas diferencias”, explicó, “crean mercados grises que benefician las utilidades de la venta de armas en un lado de la frontera, mientras que fortalece a los grupos del crimen organizado en el otro”.
Capacidad económica
Martín Barrón, investigador del Instituto Nacional de Ciencias Penales (Inacipe), plantea interrogantes sobre el uso del armamento mencionado en Jalisco pero va más allá.
“El principal tema es la capacidad financiera que tienen las organizaciones delictivas para la adquisición de material y equipo de guerra”, le dice a BBC Mundo.
El presidente Enrique Peña Nieto recordó el martes que el gobierno neutralizó a “93 de los 122 objetivos relevantes de la delincuencia”.
Sobre el origen del armamento, coincide en que el gran mercado del tráfico de armas es Estados Unidos, señala también el flujo proveniente de América Central e incorpora Asia.
“El segundo gran mercado de donde se dice que provienen muchos de los rifles AK-47, es el mercado asiático”, explica.
Y en cuanto al acceso a este tipo de mercados, y al entrenamiento para usar armamento de variado calibre, recuerda la presencia en ciertos carteles en el país de exintegrantes del ejército mexicano y de fuerzas de seguridad de países sudamericanos.
En el marco de una guerra contra el narco que lleva más de ocho años y más de 100.000 muertes, Barrón teme por una escalada si el gobierno se ve obligado a utilizar equipos más sofisticados en respuesta al desafío del narco.
“La autoridad debe tomar otras medidas, porque es a la que le compete la protección de los ciudadanos”, opinó, “y no usar ese armamento sino hacer más labor de inteligencia donde se privilegie el conocimiento y el análisis de las organizaciones”.
(*) Alberto Nájar contribuyó en la producción de este artículo.
Publicado por Hualaue