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La cumbre de los $15 millones


Falta poco menos de dos semanas para el inicio de la VII Cumbre de las Américas a celebrarse en Panamá el 10 y 11 de abril, en cuya organización el gobierno de Juan Carlos Varela dispuso el gasto de $15 millones. 

Esta cifra ha levantado críticas en algunos sectores diplomáticos y académicos, quienes cuestionan el monto de los beneficios tangibles que dejaría este cónclave.

De ese monto, $3.5 millones han sido destinados para la adecuación del Centro de Convenciones Atlapa.

El consorcio accidental integrado por Grupo Poma, Magic Dreams y la colombiana Marketmedios Comunicaciones S.A. fue escogido para cumplir estas tareas. El ganador tiene entre sus rostros más conocidos a Mauricio Benaim, quien fuera el jefe de las comunicaciones de Cancillería en los tiempos del panameñista José Miguel Alemán.


Ante el incómodo que han levantado las medidas de seguridad en el perímetro de 47 kilómetros alrededor de la sede principal de Atlapa, Manuel Lecaro, uno de los organizadores, informó que se ha levantado un censo de residentes y personas que laboran en los establecimientos comerciales de la zona, cuya información estará en manos de los cuerpos de seguridad ubicados en cada punto que, tras su verificación, permitirá que desplacen por el área custodiada.

La administración gubernamental ha dispuesto para esta cumbre también el alquiler de medio centenar de vehículos, entre los cuales figuran 10 automóviles blindados a un costo total aproximado de 90 mil dólares.

Por cuenta de Panamá se cubrirá, igualmente, los gastos de alojamiento de los jefes de Estado o de Gobierno de los 35 países invitados. Por tres noches, entre el 9 y el 12 de abril, se cubrirá los gastos de una habitación tipo “suite” para el presidente que incluye internet, desayuno y alimentación, y una “junior suite” para cada ministro de Relaciones Exteriores o jefe de delegación que están previstos a estar en Panamá entre el 8 y el 12 de abril.

Pese a que los hoteles sedes seleccionados para esta cumbre son el Sheraton Panamá, el hotel RIU Plaza y el hotel Miramar Intercontinental, las delegaciones tienen la libertad de hospedarse en cualquier otro lugar.

Por ejemplo, el presidente estadounidense Barack Obama, a quien le acompañan cerca de mil 200 personas, se hospedará en el Westin de playa Bonita, mientras que el primer ministro de Canadá, Stephen Josep Harper lo hará en Le Meridien sobre la avenida Balboa y calle Uruguay. 

Dilma Roussef, presidenta de Brasil, tiene previsto hospedarse en el hotel Bristol, situado en el corazón financiero de la ciudad, y el cubano Raúl Castro estará en el Plaza Paitilla. Aquellas delegaciones que vienen con tripulaciones de aeronaves militares o privadas, los organizadores le recomendaron el hotel Holiday Inn en Clayton, el Trip, ubicado en Albrook o el Riande Continental Aeropuerto.

Ya el gobierno de Varela dispuso cerca de 129 mil dólares que cubrirán los gastos de hotel y servicio de “catering” de las reuniones que sostenga la sociedad civil organizada y el foro de la juventud en eventos previos a la celebración de la cumbre. Además, sufragó los gastos de hospedaje y comida entre los días 11 y 12 de marzo pasado, de reuniones de la sociedad civil. Allí se cubrieron 25 habitaciones sencillas y la logística de las reuniones, además 100 almuerzos bufé más bebidas; 20 cenas bufé más bebidas; 100 estaciones de café y té más el brindis de clausura.

Pero los gastos no quedan allí. Se ha destinado fondo, cuyo monto y número no han sido revelados, para alquiler de cabinas de traducción, confección y suministro de uniformes para el personal que trabajará en el cónclave, cargadores de celular, gel alcoholado de cartera, maletines para los miembros de las delegaciones y la alfombra roja.


Crítica

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